Durante los últimos tres años, las protestas ciudadanas por falta de agua potable se han multiplicado en la capital de Morelos, situación que también han vivido otros municipios de la entidad. Este fenómeno es un signo de que Morelos se encamina a padecer una crisis de agua generada por las malas administraciones de los sistemas operadores municipales, los cuales enfrentan problemas de solvencia económica y que, en su mayoría, son dirigidos por personal que no tiene experiencia técnica suficiente.
Ese es el escenario que dibuja Juan Carlos Valencia Vargas, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Mexicana de Hidráulica, sección Morelos.
"La crisis ya está aquí, y cada año las manifestaciones de la población por escasez de agua se vienen multiplicando", asegura el investigador, quien durante los últimos seis años se desempeñó como secretario ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua (Ceagua) en esta entidad.
Hacia diciembre del año pasado, la deuda de los sistemas operadores de agua con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ascendía a más de 80 millones de pesos, con un 90 por ciento por parte del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (Sapac), el más importante del estado. Para Valencia Vargas, la administración de los sistemas municipales, responsables de brindar el servicio a los habitantes de Morelos, ha llegado a un punto de declive que hace necesario transformar la forma en que se administra el agua a la entidad.
La paradoja del agua en Morelos
Ubicado en la Cuenca del Río Balsas, Morelos no es un estado que no tenga agua por naturaleza. Además de los numerosos manantiales que hay en la entidad, desde 2013 los niveles de lluvia en el estado se incrementaron en un 65 por ciento con respecto a lo observado en el periodo 2004-2012, de acuerdo con el informe "Estadísticas del agua en el estado de Morelos, 2017", de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Aun así, la mala administración de los sistemas operadores ha llevado a la entidad a sufrir problemas de escasez en algunas localidades, un problema que año con año se ha ido extendiendo hasta generar descontento social. Para Valencia Vargas, gran parte de esta problemática se debe a que los sistemas locales son administrados por personas que no están capacitadas para desempeñar un cargo técnico de esta naturaleza.
Desafortunadamente todo parte de malas decisiones que deberían ser técnicas, pero se convierten en decisiones políticas que van dejando efectos negativos en las finanzas y la operación de los organismos operadores no sólo de Morelos, sino de todo el país. Por ejemplo, la designación de los directores, explica.
Este esquema operador, que ha ido convirtiendo a los sistemas locales en entes más bien políticos, ha llevado a los organismos de agua potable a ser incapaces de poder renovar sus tuberías, mientras que la infraestructura hidráulica actual tiene un rezago que se mide en décadas.
Falta de transparencia, un cáncer
Para Roberto Salinas Ramírez, codirector del Centro de Investigación "Morelos Rinde Cuentas", uno de los temas que ha causado esta crisis en la entidad ha sido la falta de transparencia por parte de los organismos operadores: la gran mayoría de ellos guarda sus finanzas con recelo, mientras que los resultados de la investigación realizada en el Sapac han dejado mucho que desear: de 2012 a 2017, su presupuesto para obra pública se redujo de más de 15 millones de pesos a cero centavos, de acuerdo con el estudio "Sapac, al borde del colapso".
Por otro lado, el Programa de Indicadores de Organismos de Gestión, que se realiza con los resultados que los sistemas municipales aportan al Instituto Mexicano de Agua, muestra que en Morelos sólo tres municipios aportan esa información (Cuernavaca, Emiliano Zapata y Xochitepec).
Es uno de los problemas que alimenta la corrupción, que no permite que podamos revisar e investigar qué está sucediendo en los sistemas de agua: si no se da la información no puedes entrar más a fondo, y hay datos que no nos han querido dar ni publicar.
Sapac, uno de los pocos organismos que sí ha hecho públicas sus finanzas, ha mostrado irregularidades en el total de sus cuentas de usuario (en un informe reportó 120 mil y en otro 105 mil) y se encuentra al borde del colapso operativo y financiero, con datos que muestran cómo su desempeño y las finanzas se deterioran a gran velocidad, la gobernabilidad interna se debilita y la inconformidad ciudadana se incrementa. Para Salinas, el resto de municipios de Morelos podrían encontrarse en iguales o peores condiciones.
¿Hay solución?
Para Juan Carlos Valencia, sí. Si bien atina a señalar que la mayoría de los sistemas operadores de agua de los municipios son administrador por personal no preparado, en el mismo sentido propone que una solución inmediata podría ser ubicar en esos puestos a técnicos que estén listos para hacer frente a los problemas de escasez de agua que han sido causados por el mal manejo de dichas instituciones.
"La mayoría de los directores dura un año y medio, y alguien que no sabe nada en ese tiempo apenas va entendiendo. Debe haber gente con experiencia, con la capacidad de resolver los problemas que tiene la población con el servicio de agua potable", refiere.
Por su parte, al reconocer que la causa de la escasez de agua en Morelos es la administración del líquido en los municipios, la Ceagua ha iniciado una serie de convenios con los que busca desarrollar la infraestructura necesaria para conducir el líquido, según ha declarado su titular, Moisés Agosto Ulloa.
Sin embargo, esto va más allá de Morelos: a nivel nacional la crisis de agua potable, aunada al cambio climático, ha llevado a la realización de cada vez más foros que buscan revertir estos escenarios y garantizar el abasto de agua a los mexicanos por más tiempo.
