A dos años de registrarse uno de los sismos más fuertes en México, para 54 familias de Tlayacapan, todo cambió, desde las 13:14 horas del 19 de septiembre de 2017, su vida quedó en incertidumbre, al percatarse que el cerro de la Ventanilla registró un derrumbe que provocó que una enorme roca cayera en una vivienda, lo que causó temor y encendió los focos de alerta ante posible derrumbe.

Horas después de registarse el sismo, se conoció lo sucedido en la colonia Tres de Mayo de Tlayacapan, zona en donde se encuentra el cerro de la Ventanilla, tras dicha situación, autoridades municipales acudieron para desalojar las 54 viviendas que están en dicha zona, por lo que primero se habilitó como albergue el centro del municipio.

A partir de esa fecha y hasta inicios de septiembre de 2019, las personas se la pasaron entre albergues, primero en el centro de la localidad, después en la cancha de Nacatongo, ambos sitios, habilitados para que vivieran las 54 familias, se acordó por parte de diferentes fundaciones, lograr construir en un predio seguro para las 54.

Denisse, quien es una de las damnificadas, nos narra como a pesar de ese difícil momento, a partir de este mes a dos año del hecho que cambió su vida, hoy tiene una nueva esperanza, al recibir la vivienda en la que ella junto a su esposoy sus dos hijos, ahora viven.

Antes vivíamos con el temor porque sabíamos que existía el riesgo en el cerro de que pudiera haber un derrumbe sin saber en qué momento, ya lo vivimos y sabíamos que regresar a nuestras casas que estaban en el cerro, ya no era opción, porque sabíamos que en cualquier momento puede volver a pasar, precisó.

Denisse dijo que a inicios del mes se entregó a las 54 familias, las llaves de lo que será su nuevo hogar, ahora ubicado en la colonia Las Pilas, sitio plano, donde ya no existe riesgo de derrumbe.

30 por ciento de casas sin concluir su reconstrucción

A pesar de que ya han pasado dos años del sismo, actualmente habitantes de Tlayacapan, señalaron que falta 30 por ciento de viviendas por reconstruir, ya que en muchos casos, las casas fueron mal calificadas y sólo recibieron apoyo por daño parcial, cuando en realidad, perdieron todo ya que muchas se derrumbaron durante o después del sismo.