A unos días de que se cumplan 28 años de la aprobación al derecho al medio ambiente en México, los gobiernos deben mucho a los ciudadanos e inclusive existe un retroceso en materia de tecnologías, así lo aseguraron los ambientalistas; Por su parte, los investigadores en la materia consideran que sí existe la manera de conciliar el desarrollo económico sustentable.
En el artículo cuarto de la Constitución Política del Estado Mexicano se establece que toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar, y es responsabilidad de todos proteger el medio ambiente y cuidar de los recursos naturales, refirió la doctora Patricia Mussali Galante, investigadora de tiempo completo del Centro de Investigación en Biotecnología (CEIB) de la UAEM.
Destacó que son muchos los compromisos que México adquirió en el Programa Especial de Cambio Climático 2020-2024, en total el país adquirió 171 acciones de diversos tipos, algunos de los compromisos más importes es reducir el 22 por ciento de los gases de efecto invernadero y el 51 por ciento del carbón negro para el 2030.
Dichas metas son muy ambiciosas, sin duda ayudarán al medio ambiente, pero estas metas no se han completado porque aún no se llega a esos años, pero la investigadora indicó que México está atrasado con estos compromisos.
Patricia Mussali indicó que sí se puede conciliar un desarrollo económico que sea sustentable, sin embargo advirtió que eso ha faltado.
La doctora consideró que México es un país privilegiado, mega diverso, ocupa el cuarto lugar en riqueza ambiental y ha faltado entendimiento para saber que los recursos ambientales hacen de México un país rico.
“Si cambiamos esta perspectiva de conciliar esta riqueza natural con la riqueza económica de los bienes que ya todos conocemos, entonces claro que se pudiera conciliar”.
Señaló que un ejemplo claro para conciliar el desarrollo económico sustentable es la nueva herramienta de la ONU en el tema, conocido como Sistema de Contabilidad Ambiental y Economía Integrada, dicha herramienta deberá integrarse en las políticas públicas del país, en los planes de manejo y en los sistemas económicos, esto ya se sigue en otros países, mismos integran el valor real de la naturaleza en las políticas públicas para tomar decisiones económicamente viables.
Otra forma de integrar la economía y el medio ambiente está dado por Producto Interno Bruto (PIB), el cual ya incluye el valor de los recursos naturales o que se va ver afectado cuando ya hay un crecimiento económico.
Morelos tiene riqueza natural
La investigadora resaltó que Morelos tiene una riqueza natural digna de presumirse, se cuenta con un sistema de barrancas que es muy importante ecológicamente hablando; existen diversas zonas como reservas de la biosfera, la reserva de Sierra de Huautla, declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Indicó que en la Reserva de la Sierra de Huautla se han publicado y exhibido los desechos mineros que existen en esa zona y que contaminan enormemente el medio ambiente, además de que se ha constado que la población del lugar tiene afectaciones en su salud.
De acuerdo a los estudios de los laboratorios ambientales de la UAEM, se han visto pocas acciones o interés por parte el gobierno.
Mussali Galante comentó que los tres grandes costos ambientales del crecimiento económico es la contaminación de los recursos, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
La perspectiva desde las organizaciones ambientales
Ariadna Urbina Ayala, representante de Impulso Sustentable Ambiental y Cultural A. C., comentó que existe una deuda enorme por parte de los gobiernos no solo con la sociedad sino con el propio entorno natural.
Señaló que el 28 de junio de 1999 se aprobó el derecho al medio ambiente sano; sin embargo, no se ha visto reflejado en los demás marcos normativos locales, esto debido al poco interés que se tiene por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
“Si no tenemos un marco normativo no solamente armonizado sino que sea congruente y pertinente con los profundos cambios ambientales que han existido en el planeta, evidentemente seguimos desfasados”, destacó.
En el caso de Morelos, indicó que la realidad ambiental es grave puesto que a pesar de ser uno de los estados con un porcentaje alto de áreas naturales protegidas desde las de carácter federal hasta la estatal y municipal, no ven que estas herramientas se trasformen en verdaderas políticas públicas que deberían ser estrictamente aplicadas en los municipios.
Un ejemplo, citó, son los planes de ordenamiento ecológico territoriales, los cuales han permitido que el territorio se fragmente en áreas que van desde la protección a la conservación, la restauración y el aprovechamiento, cuando deberían asignarles en sus usos para ver qué sí es compatible y que no.
Precisó que en el ambiente urbano también existen aspectos que se deben considerar, generar ambientes naturales, la creación de parques, incrementar el número de árboles, no solo cuidar y preocuparse por los animales domésticos sino también por otro tipo de fauna, pues si a nivel local o territorial no se ha podido avanzar, menos a nivel estatal y federal.
Desde el gobierno de Enrique Peña Nieta se cerraron muchos programas en los que participaba la sociedad civil en el ámbito ambiental y con la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador se han cerrado los Centros de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable, por lo que existe una profunda lejanía y un recorte presupuestal a todos aquellos proyectos que estaban siendo realizados por la sociedad civil organizada.
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