El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, dedicó la homilía de este domingo 3 de noviembre al padre Marcelo Pérez, asesinado en octubre en Chiapas.
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Durante su mensaje, Castro aseguró que el crimen fue “anunciado” y, aunque las autoridades ya detuvieron al autor material, exigió que también se persiga a los responsables intelectuales.
“Ojalá se haga justicia. No han atrapado a todos los autores materiales, y dudo mucho que lleguen a las cabezas que ordenaron el asesinato”.
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El también secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano insistió en que el padre Marcelo solo buscaba la paz, pero fue la delincuencia la que le arrebató la vida debido a sus constantes denuncias contra el crimen organizado que opera en la región.
Él lo dijo una vez: ‘Mi cabeza tiene un valor’. Habían ofrecido desde 150 mil pesos hasta un millón por matarlo... y el momento llegó
En la catedral de Cuernavaca se colocó una ofrenda en su memoria y también se encendió la "lámpara de la paz" al inicio de la celebración.
Ramón Castro aseguró que el sacerdote amaba mucho su labor y a su pueblo y que no le importó dar su vida por la gente que representaba. “Él era una persona entregada a los pueblos indígenas de Chiapas, reconocido en México e incluso a nivel internacional, y a pesar de tener medidas de protección, podemos decir que fue la crónica de un asesinato anunciado”.
Monseñor Castro Castro agregó que el padre Marcelo, desde el año 2014, se pronunció públicamente contra el crimen organizado en Chiapas. Organizó decenas de caminatas por la paz en su comunidad y logró movilizar a 12 municipios, incluida la capital.
El padre Marcelo sabía que su vida estaba en peligro. Una de las cosas más dolorosas es que él decía la verdad y murió por la verdad; incomodó no solo al crimen organizado, sino también a aquellos que tienen intereses por los recursos naturales
En la diócesis de Cuernavaca y en el resto de las iglesias de México, el domingo 3 de noviembre fue dedicado al padre Marcelo.
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¿Qué le pasó al sacerdote?
El sacerdote Marcelo Pérez Pérez fue asesinado a balazos en la mañana del 20 de octubre en San Cristóbal de las Casas, cuando salía de la misa de las siete para continuar los oficios en otra parroquia, la de Guadalupe. Conducía una furgoneta blanca y viajaba solo, según medios locales, cuando el cristal del piloto recibió varios disparos que acabaron con su vida, como confirmó el obispo de esta diócesis chiapaneca, Rodrigo Aguilar Martínez.
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