A dos años del asesinato de Samir Flores Soberanes, activista opositor a la planta termoeléctrica de Huexca y el Proyecto Integral Morelos (PIM), familiares, amigos e integrantes de varios colectivos se congregaron este sábado en el pueblo de Amilcingo, del municipio de Temoac, para participar en la misa que fue ofrecida en su memoria, así como una procesión que salió de su hogar rumbo al panteón comunitario, en cuyo recorrido se gritaron reclamos de justicia y de oposición al PIM.
“¿Por qué Samir defendió con tanto ahínco y fervor el medio ambiente de alrededor de estas tierras? Porque en su corazón había nobleza. En su corazón estaba Jesús”, dijo el párroco Alfonso Leija Salas, de la Iglesia de la Plata en Morelos, durante la homilía.
La celebración se llevó a cabo en el patio de la casa donde Samir Flores vivía con sus padres, frente al nuevo hogar de su esposa e hijas, construido recientemente gracias al “Proyecto Samir: en defensa de la vida y un habitar digno”, tras una recaudación de donativos que inició después de su asesinato.
La misa formó parte de las acciones que fueron programadas para conmemorar el segundo aniversario luctuoso de Flores Soberanes, las cuales iniciaron este viernes con una manifestación en Cuernavaca, y continuarán este domingo con el “Encuentro Nacional e Internacional por la Vida, la Defensa del Agua, contra el Coronavirus y contra los Megaproyectos en Huexca”, que se realizará en esta localidad de Yecapixtla, donde en 2012 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) inició la construcción de la central de ciclo combinado sin una consulta ciudadana previa, factor que ha sido criticado por la defensa legal de las comunidades que se oponen a su puesta en marcha.
A dos años del asesinato de Samir, los habitantes de Amilcingo siguen exigiendo a la Fiscalía General del Estado (FGE) presentar a los responsables del homicidio. En varias ocasiones, el fiscal Uriel Carmona Gándara ha asegurado públicamente que existen avances importantes en la investigación, y en septiembre de 2020 el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, afirmó a medios que el funcionario sabía quién lo había matado, “pero no quiere decirlo por miedo”.
En la homilía, el párroco no habló de la exigencia de justicia para las autoridades, sino que hizo otra petición: “Dios, te encomendamos a Samir, pero también queremos justicia divina para todos los culpables. Que el señor esté con ustedes”, dijo.
La procesión avanzó por la calle Melchor Ocampo y se detuvo en las instalaciones de la radio comunitaria, lugar donde el activista trabajaba como productor y locutor, para finalmente adentrarse al panteón de la comunidad, donde los asistentes depositaron las ofrendas florales en su tumba.