La recolección de hongos, una tradición ancestral en la región de Los Altos, especialmente en zonas cercanas a los volcanes como Tetela del Volcán, Hueyapan y Ocuituco, es una actividad primordial para muchas familias locales. Aunque existe una variedad de hongos comestibles, el interés por los alucinógenos viene de locales y turistas nacionales e internacionales.
Miguel Arenas Arenas, promotor del grupo Cultura Tetela, reconoció la importancia de esta práctica:
"Hay familias completas que se dedican desde años atrás, en el periodo de lluvias, a la recolección de hongos. Hablando exclusivamente de hongos alucinógenos, yo recuerdo que desde cuando era niño, los turistas, principalmente los hippies, eran quienes más venían a Tetela", dijo.
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Estos turistas atraídos por el potencial espiritual y curativo de los hongos alucinógenos, buscan vivir experiencias transformadoras.
"Hay personas que vienen de diferentes lugares del país o incluso de otros países exclusivamente a la recolección o a comprar hongos alucinógenos. Me ha tocado ver algunos rituales, respetamos mucho esa parte".
Aunque la recolección y el consumo de estos hongos pueden generar controversia, la actividad perdura a través de las generaciones.
"No hay nada prohibido, porque desde hace años hay familias que lo hacen", afirma Miguel.
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Además, los beneficios económicos de la actividad no pueden ser ignorados. Aunque el principal objetivo de los visitantes pueda ser el consumo de hongos, su presencia fomenta el comercio local, generando un impacto económico positivo.
"Hay vecinos que toda la vida han recibido a estas personas, son muy respetuosas y no nada más vienen al consumo, aunque ese es su objetivo, pero al venir también consumen otras cosas y al final de cuentas hay una derrama económica a favor del municipio", destaca Miguel Arenas.
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