En la periferia de Cuautla, la localidad de SantaInés es conocida por sus viveros, pero también por ser una zonade altos índices delictivos. Los viveristas dan cuenta de ello,pues algunos han sido víctimas de robo durante las noches.

“Se meten a robar y arrancan las plantas”,refieren.

Para quien haya visitado alguno de estos lugaresserá fácil suponer por qué ocurren estos robos: los sistemas deseguridad que utilizan son muy rudimentarios, en algunos casos, selimitan a una tranca de madera o de alambre de púas que puedefácilmente ser brincado.

Por ello, algunos han optado porcontratar a personas que se queden en las noches a cuidar de lasplantas.

“Les dan el techo y ellos trabajan y cuidan, perosí roban. Como ahorita: si no hubiera aquí un velador o alguienque cuidara, vienen en las noches y se llevan lo que tenemos”,explicó el trabajador.

Dado el precio que tienen las plantas de ornato, elhurto de viveros puede ser una actividad que retribuya cantidadesde dinero considerables para quien lo ejerce, sobre todo si esarrastrado a ello por la necesidad y el hambre.

En esta época del año, los viveros de Santa Inésson altamente productivos en cedro limón, también conocido comopino limón. Por su forma, este árbol puede convertirse en unaopción para las familias que acostumbran colocar árboles denavidad en sus hogares durante las celebraciones de diciembre.