CÓRDOBA, Ver.- Luchadores cordobeses se han dedicado a la venta de souvenirs, gorras, cubrebocas e inclusive sus máscaras para poder obtener un ingreso económico para llevar a sus casas, pues pese a que es poca la población que se dedica al 100 por ciento a este deporte extremo de exhibición, la pandemia los bajó del ring sin percibir un solo ingreso, dijo Jorge Bautista González, mejor conocido como “Ringo Acosta”.
Reconociendo la labor de sus compañeros de peleas cada semana, recordó que la última exhibición que tuvieron fue el 19 de marzo del año pasado, bajándose del ring con la promesa de que volverían en meses, sin embargo la situación de pandemia por el Covid-19 se tornó complicada, llegando a un año de este problema de salud que, como a muchos sectores, les afectó.
Ringo Acosta dijo que existen luchadores que tienen una vida fuera del cuadrilátero, pues además de dedicarse "a dar piruetas sobre el aire” tienen una profesión u otro oficio que les permitió tener una solvencia económica sin aquel ingreso extra que podían llegar a percibir cada día de luchas, en la arena Coliseo Cordobés, ubicada en la Calle 15 y Avenida 12 y 14.
Fue la venta de llaveros, playeras, cubrebocas y máscaras de sus personajes lo que les permitió, a quienes se dedican de tiempo completo a la lucha libre, llevar un ingreso a sus casas, pero refirió el gladiador que no fue un camino fácil.
Afortunadamente hace unas semanas las luces de la arena Coliseo Cordobés volvieron a prenderse y el cuadrilátero fue colocado nuevamente en el medio del lugar, ya que "las luchas han regresado pero solo con aforo del 30 por ciento", de acuerdo al semáforo epidemiológico de Covid-19, que corresponde al amarillo en la ciudad de Córdoba.
Con esto tienen la esperanza de que pronto su economía pueda recuperarse, pues aunque la afluencia no es total, los luchadores siguen ofertando sus productos al final de cada función.
El ansia por volver al cuadrilátero llenó de emoción a los guerreros del ring, quienes por un tiempo dejaron guardado el equipo de sus personajes y que hace poco volvieron a portar aquellos trajes coloridos, capas y máscaras que distingue a cada uno de ellos.
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Recordó Jorge Bautista González que algunos guerreros dejaron la actividad física que requiere un luchador y se enfocaron a correr o realizar ejercicios en casa, pues los gimnasios de la ciudad estuvieron cerrados por más de cinco meses y la condición física empezó a perderse, pero eso no quita de sus rostros la sonrisa de volver al ring para ver la emoción de los niños y llevarles un momento de felicidad.