Alegría y resistencia

Mirar hacia adentro

Rodolfo Candelas

  · martes 27 de agosto de 2019

En la frontera oriental de Morelos, al centro, se encuentra uno de sus más jóvenes municipios (1977), Temoac. Entre las 4 comunidades que lo componen se halla el pueblo nahua de Huazulco, donde en el siglo XVIII al joven Catarino Sánchez, de regreso del campo, se le apareció Santa Catarina de Alejandría para decirle, en mexicano, el lugar dónde, en pleno centro del poblado, habrían de escabar los pozos de agua que lo abastecerían y cuyas aguas benditas serían curativas. Los pozos siguen allí y Santa Catarina se convirtió en la santa patrona del pueblo, erigiendose un templo en su nombre. Hasta la fecha esa agua milagrosa se ofrece en el templo, gratis, dentro de vasijas como las que mencioné en la columna pasada, hechas en Telixtac.

El nombre de Huazulco pudiera estar emparentado al amaranto, o “huautli” en náhuatl. Este grano es el principal producto de dicha población y motivo de orgullo para sus habitantes, pues a pesar de la prohibición de su cultivo durante el periodo virreinal, supieron mantenerlo vivo. En la actualidad, a partir de él elaboran una gran cantidad de dulces, como alegrías, calaveras para ofrendas de muertos, obleas y cereales. Esta producción provee de empleo no sólo a la localidad, sino a poblaciones vecinas y es uno de sus más importantes elementos identitarios. Además de ser deliciosos, estos dulces son muy nutritivos, pues el amaranto contiene más calcio, hierro y carotenoides que la mayoría de los vegetales; más fibra y mejores proteinas que el arroz y el trigo y comparables a las de la leche pero más fáciles de digerir. Tiene pocos carbohidratos y es el único grano que registra vitamina C. Por todo ello ha sido considerado por la ONU como un superalimento. Nosotros lo tenemos aquí a la mano, ofrecido en tiendas de dulces tradicionales, en el super y por señoras y señores que lo venden en las esquinas y hasta en los semáforos a muy bajo costo. Es uno de los muchos y grandiosos ingredientes que nuestro país ha proveido al mundo, como el cacao, el chile, el jitomate y el maíz. El huautli sigue aquí gracias a la resistencia de algunos pueblos como Huazulco, que no lo dejaron perder y con renovada alegría nos lo ofrecen.

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