/ lunes 27 de mayo de 2024

La esencia del ser docente

El principal ingrediente de la esencia del docente es ser auténticamente paciente, ya que la paciencia es el valor fundamental para conectar con la alumna y el alumno.

Para los que amamos el ser docentes tenemos y llevamos en la sangre la paciencia, el humanismo, la pasión y el profesionalismo, pero una de las cosas más importantes es el amor que sentimos por la docencia; los maestros somos los guiadores de todos los seres humanos que quieren aprender para desarrollarse y se suma como parte del amor a la enseñanza, amar el levantarse temprano, desvelarse y a veces no siempre dormir. La esencia del docente no es regañar o gritarle a sus alumnos, es explicarles y guiarles con las herramientas que necesitan saben, pero algunas veces es corregirles lo que está mal para que su camino a la vida sea el indicado para su aprendizaje y desarrollo, el estudiar para ser docente es solo parte del protocolo para tener un certificado, un documento que avale que se estudió para docente, cuando realmente lo traemos en la sangre.

Hoy en esta reflexión festejo mis 21 años dedicados a la docencia sin haberla estudiado. Carlos Enrique De Saro Puebla ser humano con síndrome de Down por 10 años inicié impartiendo clases de computación a domicilio, completando con 11 años de dedicación a impartir las herramientas para la vida a los seres humanos con la condición de síndrome de Down y otras capacidades diferentes; hace unos meses atrás conocí a una joven quien su mama, quien fue docente, Ivonne Mónica Mouline González, tuvo un alumno con síndrome de Down que le enseñó a hablar, a leer y a escribir, a quien dedico esta reflexión y quien esta gran maestra que ya no se encuentra físicamente este 15 de mayo hubiera cumplido 45 años de servicio docente y a quien festejo aquí en esta vida mi vida al haber cumplido este Maestro especial 21 años de la esencia del docente.

El principal ingrediente de la esencia del docente es ser auténticamente paciente, ya que la paciencia es el valor fundamental para conectar con la alumna y el alumno.

Para los que amamos el ser docentes tenemos y llevamos en la sangre la paciencia, el humanismo, la pasión y el profesionalismo, pero una de las cosas más importantes es el amor que sentimos por la docencia; los maestros somos los guiadores de todos los seres humanos que quieren aprender para desarrollarse y se suma como parte del amor a la enseñanza, amar el levantarse temprano, desvelarse y a veces no siempre dormir. La esencia del docente no es regañar o gritarle a sus alumnos, es explicarles y guiarles con las herramientas que necesitan saben, pero algunas veces es corregirles lo que está mal para que su camino a la vida sea el indicado para su aprendizaje y desarrollo, el estudiar para ser docente es solo parte del protocolo para tener un certificado, un documento que avale que se estudió para docente, cuando realmente lo traemos en la sangre.

Hoy en esta reflexión festejo mis 21 años dedicados a la docencia sin haberla estudiado. Carlos Enrique De Saro Puebla ser humano con síndrome de Down por 10 años inicié impartiendo clases de computación a domicilio, completando con 11 años de dedicación a impartir las herramientas para la vida a los seres humanos con la condición de síndrome de Down y otras capacidades diferentes; hace unos meses atrás conocí a una joven quien su mama, quien fue docente, Ivonne Mónica Mouline González, tuvo un alumno con síndrome de Down que le enseñó a hablar, a leer y a escribir, a quien dedico esta reflexión y quien esta gran maestra que ya no se encuentra físicamente este 15 de mayo hubiera cumplido 45 años de servicio docente y a quien festejo aquí en esta vida mi vida al haber cumplido este Maestro especial 21 años de la esencia del docente.