/ lunes 20 de noviembre de 2023

Filippo Lippi

Es un lujo entender el arte a través de contar historias verdaderas y la vida de este famoso pintor italiano de la época del renacimiento es una de ellas.

Lucrecia y Sofia Spinetta llegaron al Convento de Santa Margherita en Prato, Italia, a principios de julio de 1456, en donde era capellán del Convento San Filippo Lippi, renombrado pintor y monje que había alcanzado mucha fama en pintar las más hermosas madonas o vírgenes coronadas con una elegancia de líneas y delicadas transparencias cromáticas.

Filippo pasaba mucho tiempo enfrente de su caballete mirando la tabla en la que llevaba días trabajando; era un encargo de Ottavio de Valenti, el personaje más acaudalado de Prato.

Era una virgen sentada en un maravilloso trono reproducido con piedras preciosas, su manto del más fino lapislázuli, pero no había cara.

¡Filippo no encontraba una cara para pintarle a la virgen!

Fray Filippo fue al convento como siempre lo hacía los lunes por las mañanas y vio a la nueva novicia Lucrecia, el pintor quedó encantado de su belleza.

Hermana Lucrecia, le dijo con delicadeza, es una auténtica bendición tenerla aquí, cuando tan necesitado estoy de lograr algo verdaderamente magnífico y hermoso para mi mecenas.

Apoyado el pintor por el Gran Cosimo de Medici, logró que le permitieran a la joven novicia ir a su estudio para que fuera su modelo.

La relación entre Lucrecia Butti y el famoso Filippo Lippi tendría consecuencias insospechadas, poco después artista y musa se convirtieron en amantes y se vieron envueltos en un romance escandaloso que amenazaba con destruir sus vidas.

Pero era tan fuerte su relación que el artista y su joven amante estaban dispuestos a desafiar las leyes de la iglesia y los estrictos códigos de conducta vigentes en la Italia del siglo XV.

A solicitud de los Medici, el papa Pío II se interesó por la difícil situación del reconocido pintor Fray Filippo y Lucrecia Butti y según consta en los archivos del Vaticano, les concedió un permiso para que contrajeran matrimonio.

Esto sucedía en la época del Renacimiento Italiano, un periodo de la historia en donde existía un mundo lleno de pasión ilícita, injusticias terribles, y abusos en la vida monástica.

Filippo fue uno de los pintores más importantes del siglo XV Actualmente la sala ocho de Galerías Uffizi, Florencia está dedicada al pintor Filippo Lippi y en muchas de sus obras aparece la figura de Lucrecia.

Galeriamayra2@gmail.com

www.mayragalleryart.com

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Galeria Mayra

Es un lujo entender el arte a través de contar historias verdaderas y la vida de este famoso pintor italiano de la época del renacimiento es una de ellas.

Lucrecia y Sofia Spinetta llegaron al Convento de Santa Margherita en Prato, Italia, a principios de julio de 1456, en donde era capellán del Convento San Filippo Lippi, renombrado pintor y monje que había alcanzado mucha fama en pintar las más hermosas madonas o vírgenes coronadas con una elegancia de líneas y delicadas transparencias cromáticas.

Filippo pasaba mucho tiempo enfrente de su caballete mirando la tabla en la que llevaba días trabajando; era un encargo de Ottavio de Valenti, el personaje más acaudalado de Prato.

Era una virgen sentada en un maravilloso trono reproducido con piedras preciosas, su manto del más fino lapislázuli, pero no había cara.

¡Filippo no encontraba una cara para pintarle a la virgen!

Fray Filippo fue al convento como siempre lo hacía los lunes por las mañanas y vio a la nueva novicia Lucrecia, el pintor quedó encantado de su belleza.

Hermana Lucrecia, le dijo con delicadeza, es una auténtica bendición tenerla aquí, cuando tan necesitado estoy de lograr algo verdaderamente magnífico y hermoso para mi mecenas.

Apoyado el pintor por el Gran Cosimo de Medici, logró que le permitieran a la joven novicia ir a su estudio para que fuera su modelo.

La relación entre Lucrecia Butti y el famoso Filippo Lippi tendría consecuencias insospechadas, poco después artista y musa se convirtieron en amantes y se vieron envueltos en un romance escandaloso que amenazaba con destruir sus vidas.

Pero era tan fuerte su relación que el artista y su joven amante estaban dispuestos a desafiar las leyes de la iglesia y los estrictos códigos de conducta vigentes en la Italia del siglo XV.

A solicitud de los Medici, el papa Pío II se interesó por la difícil situación del reconocido pintor Fray Filippo y Lucrecia Butti y según consta en los archivos del Vaticano, les concedió un permiso para que contrajeran matrimonio.

Esto sucedía en la época del Renacimiento Italiano, un periodo de la historia en donde existía un mundo lleno de pasión ilícita, injusticias terribles, y abusos en la vida monástica.

Filippo fue uno de los pintores más importantes del siglo XV Actualmente la sala ocho de Galerías Uffizi, Florencia está dedicada al pintor Filippo Lippi y en muchas de sus obras aparece la figura de Lucrecia.

Galeriamayra2@gmail.com

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