/ lunes 13 de mayo de 2024

Inversiones, la fuerte clave para impulsar el desarrollo sostenible

América Latina es una región en la que persisten diversos retos estructurales que afectan su desarrollo. Si bien es posible encontrar alternativas por medio del impulso a sectores como la agroindustria, energías renovables, turismo o manufacturas, actualmente el mercado interior está limitado en cuanto a su aprovechamiento, siendo que se encuentra convenientemente ubicado para su integración a las grandes cadenas de valor global.

Con el fin de contrarrestar esta situación, es clave incrementar los niveles de inversión en toda la región, tanto doméstica como extranjera, pública y privada. La urgencia a la búsqueda de este cometido se acentúa en las cifras totales de inversión de América Latina, la cual se sitúa en aproximadamente 20% del PIB, uno de los porcentajes más bajos en todas las regiones del mundo.

De acuerdo a la decimosexta edición de Perspectivas económicas de América Latina: Invirtiendo para un desarrollo sostenible de la CEPAL, OECD y CAF, es oportuno implementar diferentes estrategias para el incremento y flujo de capital, las cuales se basan en mayor apoyo a gestores de políticas públicas, sector privado y socios internacionales.

Los avances socioeconómicos se han estancado en los últimos años, enfatiza dicho informe. Haciendo una comparativa de niveles de pobreza anteriores a la pandemia en contraste con los actuales, permanecen, en promedio, muy similares, donde la pobreza se sitúa en 29% y la pobreza extrema 11.2%, destacando a su vez condiciones de una desigualdad más elevada.

Invertir en educación y promover empleos formales forman parte de las estrategias necesarias para la consecución de esta meta. Hacer frente a las brechas de inversión permitirá la consecución de diferentes objetivos esenciales, tales como la adopción de políticas de desarrollo productivo indispensables para el incremento de valor agregado local, así como la búsqueda de mayores acciones concretas para masificar las ventajas de la transformación digital, todo ello de la mano con prácticas cada vez más sustentables, por mencionar tan sólo algunos ejemplos.

Las reformas tributarias

Las reformas tributarias pueden incrementar el ingreso al mismo tiempo que hacen que los sistemas de impuestos y gastos sean más justos y eficientes. Por tanto, podemos decir que un papel elemental para impulsar la inversión son las instituciones de financiamiento del desarrollo, así como la mayor implementación de instrumentos innovadores. Otro punto importante es la alineación de la planificación de inversión con las estrategias nacionales de desarrollo y orientar así las prioridades sociales.

Durante el periodo 2021-2022, la recaudación tributaria como proporción del PIB aumentó en más del 75% de los países latinoamericanos y en promedio por región se incrementó 0.3 puntos porcentuales hasta alcanzar 21.5%, de manera que se mantiene discretamente por debajo de su nivel prepandemia (21.6%), de acuerdo al reporte Estadísticas Tributarias en América Latina y del Caribe 2024.

El aumento del promedio de la región se estimuló por el impuesto de sociedades, a causa del incremento de las ganancias de las empresas petroleras, aunque fue contrarrestado de manera parcial por un descenso de la recaudación de impuestos especiales, debido al decremento de la demanda y a la adopción de varias medidas políticas por parte de los países para aminorar el impacto de las subidas de los precios de energía y alimentos en los hogares y empresas.

La importancia de la Inversión Extranjera Directa

La región ha atraído niveles relativamente altos de inversión extranjera directa (IED) en contraste a la baja de su inversión doméstica. En 2022, Latinoamérica registró, en términos relativos, las mayores entradas de IED (equivalente al 4% del PIB de la región). Esta situación se explica debido a que las empresas extranjeras tienden a ser más productivas e invierten más en los rubros de innovación de productos y en investigación y desarrollo que las empresas nacionales.

A pesar de la brecha existente de inversión entre empresas extranjeras respeto a las nacionales, hay una oportunidad en cuanto al potencial para la transferencia de conocimiento entre éstas. En relación a lo anterior, las empresas foráneas presentes en la región latinoamericana suelen ofrecer salarios promedios más altos y emplear a una proporción más elevada de trabajadores no cualificados, entre otros aspectos. Además, las compañías provenientes del extranjero a menudo ofrecen mayores oportunidades de capacitación a los trabajadores para actualizar y mejorar sus competencias, promoviendo así las posibilidades de encontrar un mejor empleo. No obstante, el efecto de la IED desde un enfoque laboral varía de manera significativa de acuerdo al país del que procede y del sector en el que se invierte. Por ejemplo, la inversión de la Unión Europea y de Estados Unidos ha impactado de manera positiva en la creación de nuevos puestos de trabajo en el sector manufacturero latinoamericano. Por otra parte, la IED en energías renovables crea más empleos que la destinada a los combustibles de origen fósil, de acuerdo al informe Perspectivas económicas de América Latina para un desarrollo sostenible 2023.

La necesidad de transformación de la estructura productiva latinoamericana

Si bien la estructura productiva de América Latina se reconoce por niveles bajos de productividad, la inversión en conocimientos, innovación, así como capital físico será clave para la transformación que se requiere.

La inversión en investigación y desarrollo (I+D) se ha mantenido discreta en las dos últimas décadas, en torno al 0.65% del PIB en promedio, muy por debajo de la media de la OCDE. Es prioritario que la inversión se base en sectores estratégicos que se encuentren relacionados a la transición verde y la transformación digital. En relación a la primera, existen varias estrategias de gran potencial, tales como la producción sostenible de alimentos, implementación de políticas sostenibles, reestructuración del transporte, modelos empresariales orientados a la economía circular, por mencionar algunos.

Todo lo anterior conlleva una estrecha relación con la transformación digital, la cual es elemental para incrementar y mejorar el desarrollo de la implementación de estas estrategias, por lo que la inversión en dichos sectores es sustancial para la consecución de esta sinergia.

LUZ MARÍA GALLARDO CASTRO es licenciada en Negocios y Comercio Internacionales por la Universidad de Sonora y maestra en Estudios Internacionales por la Universidad de Santiago de Compostela, España. Actualmente se desempeña como consultora independiente y profesora en la Coordinación de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. X @LMariaGallardo.

América Latina es una región en la que persisten diversos retos estructurales que afectan su desarrollo. Si bien es posible encontrar alternativas por medio del impulso a sectores como la agroindustria, energías renovables, turismo o manufacturas, actualmente el mercado interior está limitado en cuanto a su aprovechamiento, siendo que se encuentra convenientemente ubicado para su integración a las grandes cadenas de valor global.

Con el fin de contrarrestar esta situación, es clave incrementar los niveles de inversión en toda la región, tanto doméstica como extranjera, pública y privada. La urgencia a la búsqueda de este cometido se acentúa en las cifras totales de inversión de América Latina, la cual se sitúa en aproximadamente 20% del PIB, uno de los porcentajes más bajos en todas las regiones del mundo.

De acuerdo a la decimosexta edición de Perspectivas económicas de América Latina: Invirtiendo para un desarrollo sostenible de la CEPAL, OECD y CAF, es oportuno implementar diferentes estrategias para el incremento y flujo de capital, las cuales se basan en mayor apoyo a gestores de políticas públicas, sector privado y socios internacionales.

Los avances socioeconómicos se han estancado en los últimos años, enfatiza dicho informe. Haciendo una comparativa de niveles de pobreza anteriores a la pandemia en contraste con los actuales, permanecen, en promedio, muy similares, donde la pobreza se sitúa en 29% y la pobreza extrema 11.2%, destacando a su vez condiciones de una desigualdad más elevada.

Invertir en educación y promover empleos formales forman parte de las estrategias necesarias para la consecución de esta meta. Hacer frente a las brechas de inversión permitirá la consecución de diferentes objetivos esenciales, tales como la adopción de políticas de desarrollo productivo indispensables para el incremento de valor agregado local, así como la búsqueda de mayores acciones concretas para masificar las ventajas de la transformación digital, todo ello de la mano con prácticas cada vez más sustentables, por mencionar tan sólo algunos ejemplos.

Las reformas tributarias

Las reformas tributarias pueden incrementar el ingreso al mismo tiempo que hacen que los sistemas de impuestos y gastos sean más justos y eficientes. Por tanto, podemos decir que un papel elemental para impulsar la inversión son las instituciones de financiamiento del desarrollo, así como la mayor implementación de instrumentos innovadores. Otro punto importante es la alineación de la planificación de inversión con las estrategias nacionales de desarrollo y orientar así las prioridades sociales.

Durante el periodo 2021-2022, la recaudación tributaria como proporción del PIB aumentó en más del 75% de los países latinoamericanos y en promedio por región se incrementó 0.3 puntos porcentuales hasta alcanzar 21.5%, de manera que se mantiene discretamente por debajo de su nivel prepandemia (21.6%), de acuerdo al reporte Estadísticas Tributarias en América Latina y del Caribe 2024.

El aumento del promedio de la región se estimuló por el impuesto de sociedades, a causa del incremento de las ganancias de las empresas petroleras, aunque fue contrarrestado de manera parcial por un descenso de la recaudación de impuestos especiales, debido al decremento de la demanda y a la adopción de varias medidas políticas por parte de los países para aminorar el impacto de las subidas de los precios de energía y alimentos en los hogares y empresas.

La importancia de la Inversión Extranjera Directa

La región ha atraído niveles relativamente altos de inversión extranjera directa (IED) en contraste a la baja de su inversión doméstica. En 2022, Latinoamérica registró, en términos relativos, las mayores entradas de IED (equivalente al 4% del PIB de la región). Esta situación se explica debido a que las empresas extranjeras tienden a ser más productivas e invierten más en los rubros de innovación de productos y en investigación y desarrollo que las empresas nacionales.

A pesar de la brecha existente de inversión entre empresas extranjeras respeto a las nacionales, hay una oportunidad en cuanto al potencial para la transferencia de conocimiento entre éstas. En relación a lo anterior, las empresas foráneas presentes en la región latinoamericana suelen ofrecer salarios promedios más altos y emplear a una proporción más elevada de trabajadores no cualificados, entre otros aspectos. Además, las compañías provenientes del extranjero a menudo ofrecen mayores oportunidades de capacitación a los trabajadores para actualizar y mejorar sus competencias, promoviendo así las posibilidades de encontrar un mejor empleo. No obstante, el efecto de la IED desde un enfoque laboral varía de manera significativa de acuerdo al país del que procede y del sector en el que se invierte. Por ejemplo, la inversión de la Unión Europea y de Estados Unidos ha impactado de manera positiva en la creación de nuevos puestos de trabajo en el sector manufacturero latinoamericano. Por otra parte, la IED en energías renovables crea más empleos que la destinada a los combustibles de origen fósil, de acuerdo al informe Perspectivas económicas de América Latina para un desarrollo sostenible 2023.

La necesidad de transformación de la estructura productiva latinoamericana

Si bien la estructura productiva de América Latina se reconoce por niveles bajos de productividad, la inversión en conocimientos, innovación, así como capital físico será clave para la transformación que se requiere.

La inversión en investigación y desarrollo (I+D) se ha mantenido discreta en las dos últimas décadas, en torno al 0.65% del PIB en promedio, muy por debajo de la media de la OCDE. Es prioritario que la inversión se base en sectores estratégicos que se encuentren relacionados a la transición verde y la transformación digital. En relación a la primera, existen varias estrategias de gran potencial, tales como la producción sostenible de alimentos, implementación de políticas sostenibles, reestructuración del transporte, modelos empresariales orientados a la economía circular, por mencionar algunos.

Todo lo anterior conlleva una estrecha relación con la transformación digital, la cual es elemental para incrementar y mejorar el desarrollo de la implementación de estas estrategias, por lo que la inversión en dichos sectores es sustancial para la consecución de esta sinergia.

LUZ MARÍA GALLARDO CASTRO es licenciada en Negocios y Comercio Internacionales por la Universidad de Sonora y maestra en Estudios Internacionales por la Universidad de Santiago de Compostela, España. Actualmente se desempeña como consultora independiente y profesora en la Coordinación de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. X @LMariaGallardo.