/ miércoles 21 de febrero de 2024

Mujeres en STEM (II)

Por: Andrea Navarro de la Rosa

Este año, en el marco del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia (11 de febrero, ONU) volvió a tener lugar la discusión sobre el por qué es necesario, urgente y prioritario garantizar el acceso de las niñas y mujeres al estudio y elección de las carreras STEM; que, recordemos, es el acrónimo en inglés que se refiere a las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, las cuales engloban carreras tradicionales y al mismo tiempo disruptivas e innovadoras tales como la robótica, genética, estadística, arquitectura, entre otras.

En el mundo las carreras STEM continúan siendo un campo de alta demanda, puesto que en países como Estados Unidos al menos el 20% del mercado laboral comprende habilidades y conocimientos STEM; proyectando un incremento en este tipo de empleos entre la década de 2022 a 2032, en cerca del 11% (U.S. Bureau of Labor Statistics).

Por otro lado, en Europa ya se habla de un incremento en las ocupaciones STEM en al menos un 25% versus un 20% en áreas relacionadas con la salud y el bienestar, al tiempo en que se prevé que para 20230 el 45% de los empleos serán digitales (McKinsey, 2023).

Más allá de que nos encontramos en un claro e inevitable escenario de transición hacia la digitalización e innovación tanto científica como tecnológica en todos los rubros, el tema de la brecha socioeconómica de la población significativamente agravada por la crisis sanitaria mundial, así como el poco avance en la eliminación de la brecha de género, sin duda conlleva a que las actuales y futuras generaciones deban ponerse “al nivel” de la demanda laboral cuanto antes.

Como ya lo pronostican diversas especialistas y organizaciones internacionales como la de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, la educación y preparación de los niños y las niñas en las habilidades STEM y digitales serán pieza clave en su total inserción a los trabajos del futuro, garantizando así su desarrollo profesional, mejora en su calidad de vida y disminución de cualquier tipo de brecha, incluyendo la de género.

Pero, ¿por qué importa tanto reducir la brecha de género incluso en las áreas STEM? ¿no han sido suficientes las discusiones y “creación de nuevas” políticas públicas en la agenda feminista?

Aunque para muchos conocedores y conocedoras del tema la respuesta es sumamente clara, la realidad es que al día de hoy ningún país ha eliminado la brecha de género en la ciencia y tecnología, ni está cerca de hacerlo. En palabras de especialistas y representantes del movimiento STEM, en el marco del Foro Mujeres en STEM celebrado en la Ciudad de México, México (COMEXI, 13/02/2024), el estudio y empleo en áreas de ciencia y la tecnología no son campos exentos del dominio masculino, donde la idiosincrasia machista y patriarcal aún permanece inalterable pese a los recientes cambios y movimientos culturales y sociales que, sin duda, mantienen como prioridad en la agenda un enfoque feminista sobre todo ante el nuevo mundo digital.

En ese sentido, nuevamente el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) recientemente volvió a referir el preocupante porcentaje de inserción de las mujeres en las áreas STEM, especialmente en el campo laboral, donde tan solo el 33% son potencialmente empleables al momento de egresar de la universidad. Encontrándose con que, además de saberse en una cultura machista y llena de estereotipos de género que les espera sin falta en sus lugares de estudio y de trabajo, el máximo aspiracional en su remuneración económica es de 82 pesos por cada 100 que perciben sus homólogos hombres por el mismo trabajo.

Con esa cifra, el IMCO advierte que estamos a 37 años de lograr la paridad y eliminación de la discriminación y violencia de género en STEM si continuamos con el mismo “progreso” de hasta ahora, que claramente no ha cambiado en nada en los últimos 3 años.

Ante esta situación evidentemente preocupante, México, Estados Unidos, Brasil y España (entre muchos otros) podríamos aprender de quienes ya han reforzado la eliminación de las brechas de género en las STEM. Por ejemplo, en países como Lituania, Islandia e incluso Polonia, más del 43% de las personas que estudian y se emplean en áreas STEM son mujeres.

Sin embargo, estos resultados no han sido de la noche a la mañana puesto que desde el año 2000, diversas iniciativas para garantizar la igualdad de estatus y de derechos (como la implementada en Islandia) entre hombres y mujeres han permitido la acumulación de acciones efectivas que ayuden a la eliminación de las barreras a las que se encuentran todas las mujeres en todos los aspectos de sus vidas, culminando en el espectro laboral.

Si queremos que la igualdad y eliminación de todos los tipos de violencia y discriminación contra las mujeres sea una realidad en los próximos años, en la mente de todas las personas estudiosas y profesionales en cualquier tipo de ciencia, incluídas las sociales, debe estar la participación de las mujeres y niñas en las STEM. Solo así podremos enfocar todos los esfuerzos e iniciativas de política pública para garantizar la paridad sin brecha de género, y contribuir a la necesaria actualización de nuestro país para que sea parte de la sociedad del futuro.

ANDREA NAVARRO DE LA ROSA es Maestra en Marketing Digital y Comercio Electrónico. Licenciada en Relaciones Internacionales por la UNAM-FES Aragón. Actualmente es asociada del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (PJ COMEXI) y miembro de la Fundación española Ciencias de la Documentación FD–Mujeres Líderes de las Américas. Sígala en Twitter como @andie_nr



Por: Andrea Navarro de la Rosa

Este año, en el marco del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia (11 de febrero, ONU) volvió a tener lugar la discusión sobre el por qué es necesario, urgente y prioritario garantizar el acceso de las niñas y mujeres al estudio y elección de las carreras STEM; que, recordemos, es el acrónimo en inglés que se refiere a las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, las cuales engloban carreras tradicionales y al mismo tiempo disruptivas e innovadoras tales como la robótica, genética, estadística, arquitectura, entre otras.

En el mundo las carreras STEM continúan siendo un campo de alta demanda, puesto que en países como Estados Unidos al menos el 20% del mercado laboral comprende habilidades y conocimientos STEM; proyectando un incremento en este tipo de empleos entre la década de 2022 a 2032, en cerca del 11% (U.S. Bureau of Labor Statistics).

Por otro lado, en Europa ya se habla de un incremento en las ocupaciones STEM en al menos un 25% versus un 20% en áreas relacionadas con la salud y el bienestar, al tiempo en que se prevé que para 20230 el 45% de los empleos serán digitales (McKinsey, 2023).

Más allá de que nos encontramos en un claro e inevitable escenario de transición hacia la digitalización e innovación tanto científica como tecnológica en todos los rubros, el tema de la brecha socioeconómica de la población significativamente agravada por la crisis sanitaria mundial, así como el poco avance en la eliminación de la brecha de género, sin duda conlleva a que las actuales y futuras generaciones deban ponerse “al nivel” de la demanda laboral cuanto antes.

Como ya lo pronostican diversas especialistas y organizaciones internacionales como la de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, la educación y preparación de los niños y las niñas en las habilidades STEM y digitales serán pieza clave en su total inserción a los trabajos del futuro, garantizando así su desarrollo profesional, mejora en su calidad de vida y disminución de cualquier tipo de brecha, incluyendo la de género.

Pero, ¿por qué importa tanto reducir la brecha de género incluso en las áreas STEM? ¿no han sido suficientes las discusiones y “creación de nuevas” políticas públicas en la agenda feminista?

Aunque para muchos conocedores y conocedoras del tema la respuesta es sumamente clara, la realidad es que al día de hoy ningún país ha eliminado la brecha de género en la ciencia y tecnología, ni está cerca de hacerlo. En palabras de especialistas y representantes del movimiento STEM, en el marco del Foro Mujeres en STEM celebrado en la Ciudad de México, México (COMEXI, 13/02/2024), el estudio y empleo en áreas de ciencia y la tecnología no son campos exentos del dominio masculino, donde la idiosincrasia machista y patriarcal aún permanece inalterable pese a los recientes cambios y movimientos culturales y sociales que, sin duda, mantienen como prioridad en la agenda un enfoque feminista sobre todo ante el nuevo mundo digital.

En ese sentido, nuevamente el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) recientemente volvió a referir el preocupante porcentaje de inserción de las mujeres en las áreas STEM, especialmente en el campo laboral, donde tan solo el 33% son potencialmente empleables al momento de egresar de la universidad. Encontrándose con que, además de saberse en una cultura machista y llena de estereotipos de género que les espera sin falta en sus lugares de estudio y de trabajo, el máximo aspiracional en su remuneración económica es de 82 pesos por cada 100 que perciben sus homólogos hombres por el mismo trabajo.

Con esa cifra, el IMCO advierte que estamos a 37 años de lograr la paridad y eliminación de la discriminación y violencia de género en STEM si continuamos con el mismo “progreso” de hasta ahora, que claramente no ha cambiado en nada en los últimos 3 años.

Ante esta situación evidentemente preocupante, México, Estados Unidos, Brasil y España (entre muchos otros) podríamos aprender de quienes ya han reforzado la eliminación de las brechas de género en las STEM. Por ejemplo, en países como Lituania, Islandia e incluso Polonia, más del 43% de las personas que estudian y se emplean en áreas STEM son mujeres.

Sin embargo, estos resultados no han sido de la noche a la mañana puesto que desde el año 2000, diversas iniciativas para garantizar la igualdad de estatus y de derechos (como la implementada en Islandia) entre hombres y mujeres han permitido la acumulación de acciones efectivas que ayuden a la eliminación de las barreras a las que se encuentran todas las mujeres en todos los aspectos de sus vidas, culminando en el espectro laboral.

Si queremos que la igualdad y eliminación de todos los tipos de violencia y discriminación contra las mujeres sea una realidad en los próximos años, en la mente de todas las personas estudiosas y profesionales en cualquier tipo de ciencia, incluídas las sociales, debe estar la participación de las mujeres y niñas en las STEM. Solo así podremos enfocar todos los esfuerzos e iniciativas de política pública para garantizar la paridad sin brecha de género, y contribuir a la necesaria actualización de nuestro país para que sea parte de la sociedad del futuro.

ANDREA NAVARRO DE LA ROSA es Maestra en Marketing Digital y Comercio Electrónico. Licenciada en Relaciones Internacionales por la UNAM-FES Aragón. Actualmente es asociada del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (PJ COMEXI) y miembro de la Fundación española Ciencias de la Documentación FD–Mujeres Líderes de las Américas. Sígala en Twitter como @andie_nr