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En la Danza de los Doce Pares de Francia es inevitable que escurra la sangre. Blandiendo sus machetes en el aire, toque tras toque contra los demás, los danzantes saben que nadie está exento de sufrir una herida. Hace dos años, la primera herida de Francisco Catalán, de 21 de edad, requirió de puntadas.
““Es inevitable”, dice Francisco mientras una gota de sangre escurre por su mejilla.
"Te lastimas, te llevas unos buenos golpes”, dice Francisco, que casi sonríe al saber que, al menos por ahora. no tendrá que ir al médico y podrá seguir bailando.
La Danza de los Doce Pares es una tradición de Totolapan en su Feria del Quinto Viernes de Cuaresma, que venera al Cristo Aparecido, una figura hallada en estas tierras en el año 1543 por el Fray Antonio de Roa. Desde entonces, se ha convertido en uno de las figuras más veneradas por los feligreses del centro del país, y particularmente del estado de Morelos.
“Nosotros cada año estamos en esta peregrinación. Venimos de Iztapalapa, del barrio de San Miguel. En la pandemia no había peregrinación y eso nos hacía sentir tristes”, dice Arturo Buendía, mayordomo de la portada floral (un arreglo hecho a mano que sirve como portal al espacio en el que se encuentra la figura) en el exconvento de San Guillermo Abad.
Durante dos años, las autoridades de Totolapan se abstuvieron de realizar la feria para evitar contagios de covid-19 entre los fieles. A la hora de inaugurarla, el ayuntamiento ha pedido a la gente no olvidar que la pandemia no ha terminado y preservar las medidas de higiene, pero son muchos los que van por la calle sin cubrebocas.
Los Doce Pares
“Cuando salimos a bailar, llevamos lanza, machete y escudo, y es un riesgo para la gente que se acerca demasiado a nosotros. Hay que tener todo seguro, por el riesgo: si una persona va pasando y se pone muy cerca, puede recibir un golpe, así que les pedimos que mantengan la distancia”, dice Adalberto Castro, danzante, de 22.
La Danza de los Doce Pares es una tradición que tiene lugar en varios estados del país, entre ellos Morelos y Guerrero. Ataviados con trajes coloridos y brillantes, los pobladores escenifican la batalla entre el emperador Carlomagno y sus doce pares, y el almirante Balán y sus doce caballeros turcos o mahometanos.
“Cuando uno toma su papel, toma la vida del personaje, y hay que entrar con euforia, con gallardía para representarlo. Han venido obras de otros municipios, de otros estados, y se llevan la impresión de que aquí, en Totolapan, sí nos damos con todo, que no son toques sencillos, sino rápido, de acuerdo con los sones originales. Los golpes son reales, domo deben ser”, presume Adalberto.
La danza inicia la tarde del jueves y, con una primera presentación en la explanada principal de Totolapan, marca el inicio de la feria. Posteriormente, los danzantes avanzan por las calles hacia el atrio del exconvento, donde permanecen bailando hasta la noche y se marchan a casa sabiendo que volverán al día siguiente. De nueve de la mañana a nueve de la noche, la Danza de los Doce Pares se realiza durante cuatro días.
“Hay cortes, algunos salen, otros entran. Las damas salen a un bailete. Hay peleas, es tiempo a tiempo, así que no siempre estamos danzando”, explica Francisco.
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