Hay personas que participaron muy activamente, con diferentes presidentes de México, es el caso de Antonio Ortiz Mena, quien fue Secretario de Hacienda y Crédito Público, en los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Ortiz Mena propuso hacer una reforma fiscal progresiva que hubiera puesto a México en el camino de la modernidad tributaria al cobrar más a los que más ganaban y cerrar las puertas a la evasión y la elusión. Sin embargo, ambos presidentes coincidieron en no molestar a los empresarios, si tenemos el petróleo.
Carlos Madrazo, líder del PRI, (quien tuvo una muerte terrible por aquel avionazo) proponía una reforma democrática permitiendo que en el partido PRI se designara libremente a los candidatos a escala municipal. Díaz Ordaz aceptó, pero al enfrentar la oposición de los gobernadores y los caciques decidió no llevarla a cabo. Destituyó a Madrazo, y por agitador, lo aisló.
Miguel de la Madrid, en 1982, intentó una campaña moralizadora para contener el cáncer de la corrupción, organizó la contraloría y empezó a vigilar el patrimonio de los políticos. La clase elite resistió, lo bloqueó y De la Madrid se retractó. Los siguientes cuatro presidentes se entregaron a la oligarquía hasta confundirse con ella.
Cabe reflexionar, ¿en qué momento la carreta se desbarrancó?. En Tamaulipas, cuando se habla del narcotráfico se baja la voz, no se dice “narcos”. Esto mismo pasa en otros estados del país donde el miedo se ha apoderado de espacios públicos, avanzando a los íntimos y familiares, creando una cárcel que aprisiona a todos.
¿Cuándo nos volvimos permisivos ante cualquier hecho, como el incendio del Casino en Monterrey, la guardería ABC, la quiebra de Mexicana de Aviación, Ayotzinapa, el Paso Exprés con dos personas muertas, el gasolinazo, la iglesia con Norberto Rivera, con tantos policías muertos niños huérfanos sólo con la bandera de un país ensangrentado, una de las elecciones más grandes llenas de asesinatos si de seres humanos contendiendo por su localidad y el país con miedo?
No hay un momento de quiebre, sino muchos momentos que se han ido sumando desde hace tiempo cuando desde el poder se permitió que la impunidad fuera un privilegio, cuando desde la sociedad se hizo de la corrupción una costumbre, cuando desde la Iglesia se llamo a la inmovilidad y cuando en las escuelas se perdieron los valores de comunidad, cuando los partidos se alejaron de la gente, cuando en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se permitió la inmunidad de los banqueros, cuando en la T.V. no importa los contenidos series de violencia, y la Secretaría de Gobernación dónde estaba para apoyar en valores cívicos televisivos, sin dar explicación, cuando a los niños se le enseño a jugar con el terror, cuando se abrieron las puertas de los hogares a la pasividad y la indolencia. Frente a este panorama parece que no hay salida. Pero la esperanza del cambio siempre existe, sólo hay que construirla desde abajo, no desde las cúpulas del poder. “No robar, no mentir, no traicionar”.
Andrés Manuel López Obrador 2018-2024, pre-candidato a la Presidencia de México. Una lucha de 18 años, un país más, y como dijo él con las benditas redes sociales ¿Cómo tratara de enderezar el barco? Con tantos jóvenes, pero también con tantos adultos mayores, con una gran problemática sobre todo de la pobreza, con un sistema de salud insuficiente para atender a la vejez.
En poco más de una década, una quinta parte de los mexicanos serán adultos mayores, de hecho él ya lo es y además ya sufrió un infarto, ya con un órgano fundamental dañado.
Realmente deseo que su equipo de trabajo sea sumamente capaz e inteligente y que tenga a las fuerzas armadas consolidadas a servicio de la patria.
