De acuerdo al último informe 2020 del Índice de Paz México, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), desde 2015 la tasa de homicidios se ha elevado 86%, convirtiendo al homicidio en la principal causa de muerte entre las personas de 15 a 44 años, y la principal, también, entre los jóvenes de 15 a 29 años, una situación grave y dolosa que afecta muchas aristas del contexto mexicano, pues, durante 2019, y de acuerdo al mismo informe, tan sólo el “impacto económico de la violencia superó por ocho veces al gasto público en salud y por seis veces al gasto en educación”.
La semana pasada se publicó el Informe de Incidencia Delictiva Nacional por parte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública correspondiente a abril de 2020, el mes del confinamiento social derivado de la pandemia de Covid-19. Datos que arrojan 2,950 homicidios dolosos, con una ligera disminución del 1.7%, es decir, 50 homicidios dolosos menos respecto al mes de marzo. Y, 70 feminicidios registrados, 10.3% menos, respecto al mes anterior, es decir, solo 8 feminicidios menos. La cifras obtenidas de asesinatos -homicidios dolosos y feminicidios- registrados en el mes de abril representan un total de 3,020 víctimas, 58 víctimas menos respecto a marzo, catalogado como el mes más violento en lo que va del sexenio con 3,078 muertes. Pese a la pandemia y al confinamiento social, abril de 2020, se convierte así en el abril más violento desde el año 2015.
Desde el inicio de la administración de López Obrador, se ha apostado por el despliegue de las Fuerzas Armadas para temas de seguridad pública, hecho que se ha vuelto realidad, frente al “Acuerdo por el que se dispone de la Fuerza Armada permanente para llevar a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria”, publicado el 11 de mayo en el Diario Oficial de la Federación. De esta forma, las Fuerzas Armadas contribuirán con la Guardia Nacional en las funciones de seguridad pública “durante el tiempo en que dicha institución policial desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, sin que dicha participación exceda de cinco años contados a partir de la entrada en vigor del Decreto”.
Hasta el 26 de mayo de 2020, se registraron 2,023 homicidios, aproximadamente 78 homicidios por día, cifras que, si siguen tal ritmo, alcanzarían para finales del mes 2,340 homicidios, una reducción mínima, sin embargo, los reportes obtenidos por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) son preliminares, lo que, en cifras oficiales, resultarían igual de alarmantes o más aún que las obtenidas en marzo y abril. Frente a las cifras obtenidas entre abril y parte de mayo, podemos evidenciar que, a pesar del confinamiento por la pandemia, los homicidios dolosos siguen un ritmo alarmante.
Plantearnos escenarios futuros, frente a las cifras a diario obtenidas por los reportes de la SSPC, frente a un acuerdo del Presidente que busca la intervención de las Fuerzas Armadas en temas de seguridad pública, y sobre todo, frente a una pandemia que ha evidenciado nuestros múltiples desajustes y deficiencias, da cuenta, que nos falta mucho para frenar la violencia y las otras muertes que no necesariamente son producto de un virus.
