Nosotros, desde hace mucho tiempo, hemos tenido la hipótesis de que los animales son un aliado fundamental en la Educación para la Biodiversidad (EB).
Esto a pesar de que yo soy principalmente botánico. Sí, aunque son extremadamente interesantes las plantas, también tengo que aceptar que los “plantólogos” no podemos competir -en términos generales- con el carisma de los animales. Esto se debe especialmente al movimiento que tiene este grupo de organismos, en su vasta mayoría.
Nuestra hipótesis fundamental es que las especies animales que “inspiran” temor o que presentan una morfología diferente, son importantes agentes de EB. Tal es el caso de los reptiles y, precisamente los murciélagos. Y hablando de este fascinante grupo de mamíferos, es muy biodiverso; es decir, presenta una gran diversidad de grupos alimenticios (frugívoros, polinívoros, hematófagos, e insectívoros). Por esta razón, los murciélagos son muy importantes en la polinización, la dispersión de semillas y la depredación de toneladas de insectos cada noche en los diferentes ecosistemas del planeta. Es por esta razón que son muy importantes en el control de plagas: agrícolas, en la dispersión de semillas y en la polinización de diversas plantas de importancia económica del ser humano para elaborar: pulque, tequila y mezcal). Pero, infortunadamente no han sido muy favorecidos en la aceptación de la mayoría de los seres humanos.
Esta semana tuve la fortuna de revisar una conferencia del Dr. Rodrigo Medellín del Instituto de Ecología de la UNAM. Él estuvo hablando de diferentes aspectos importantes acerca de la biología de este fascinante grupo de mamíferos, del cual es especialista. El Dr. Medellín mencionó que existen 140 especies de murciélagos en México. En Sonora, por ejemplo, se ha calculado que de una sola especie se presenta hasta 20 millones de individuos en un lugar relativamente pequeño. Sin embargo, también dijo que muchas especies de murciélagos se eliminan, debido a diferentes razones, especialmente por desconocimiento de la importancia de este grupo de mamíferos.
Por supuesto que la Pandemia del Coronavirus Sarov-2 ha contribuido a esta lamentable tendencia. El discurso del Dr. Medellín fue suficientemente optimista, pero justificadamente fuerte, enfatizando que, nosotros somos todos los que debemos trabajar para conservar los murciélagos, no solamente él (especialista de ese grupo). Asimismo, él dice que no le debemos tener miedo a los virus por -sí mismo- ya que ellos son parte de todos los ecosistemas del mundo.
Él considera que no es que una especie cambie automáticamente de hospedero, sino que -más bien- ambos virus (el del hospedero “original”, quizás en un murciélago, y el virus del ser humano), comparten un ancestro común. Es decir, no enfatiza a la Zoonósis directa como tal. Sin embargo, sí es mucho más frecuente en lugares alterados y con poca diversidad biológica. El Dr. Medellín sí dice que somos nosotros los que alteramos el ecosistema, los culpables de este desastre de biodiversidad; y, por lo tanto, habrá más pandemias cada día con más más frecuencia.
Finaliza su conferencia con la premisa “estamos perdiendo más especies por unidad de tiempo”. Por lo tanto, la enfermedad del COVID-19 es la primera gran llamada de atención: “si no cuidamos lo que tenemos, se va a convertir en una cosa mucho peor. Y esto es un llamado no sólo para las autoridades… sino para los ciudadanos en su conjunto”.
