Este domingo 11 de febrero se cumplieron dos semanas desde la última vez que Miguel Molina, cicloviajero de la Ciudad de México que desapareció en Morelos mientras viajaba con rumbo a las playas de Oaxaca, fue visto con vida. Aunque la comunidad ciclista espera encontrarlo con vida, la incertidumbre es cada vez mayor y ya hubo quien intentó sacar provecho de este hecho con intentos de extorsión.
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“Tuve dos mensajes con intento de extorsión. En uno, me dijeron que él se había metido en un lugar equivocado, y que yo necesitaba depositar 15 mil pesos. Después, otra persona, de otro lugar, me dijo que me iba a dar información a cambio de tres mil pesos. He tratado de tomar estas cosas ‘con pinzas”, dice Benjamín García Rocha, quien viajaba junto a Molina. La última vez que lo vio fue el 28 de enero, en la localidad de Amayuca, en Jantetelco.
Retoman su búsqueda
Aunque García manifestó hace una semana sentirse cansado de la situación y afirmó que detendría la búsqueda para volver a la Ciudad de México, este 11 de enero reinició el camino rumbo a Morelos, específicamente al municipio indígena de Hueyapan, donde hay quien afirma haber visto a su compañero un día después de que fuera reportado como desaparecido. En Hueyapan, García, junto con otros voluntarios, serán apoyados por la guardia comunitaria “Los Tigres”, que vigila los montes.
“Ahora hay ánimo. Vamos para Hueyapan, donde lo vieron por última vez. Vamos a platicar con las personas, a ver qué noticias nos pueden dar, que nos den algún otro dato, que nos digan hacia dónde se fue”, dijo.
Otra brigada se trasladará a Oaxaca, intentando replicar el camino que Molina habría tomado de haber continuado con su viaje hacia las playas.
Miguel Molina Villegas tiene 29 años y mide un metro con 87 centímetros. Durante su viaje, vestía una camisa de color café claro con dos bolsillos a la altura del pecho, pantalón tipo cargo de color blanco y un sombrero de paja café.