Ante la violencia e inseguridad de la que han sido víctimas las parroquias de Morelos, sacerdotes han implementado protocolos de seguridad para evitar ser víctimas de esta ola delictiva presente en la actualidad, informó el vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, al tiempo de anotar este tipo de acciones se han ejercido por el caos vivido en los últimos tiempos.
Indicó que en este sentido los clérigos deben informar sobre su paradero, más allá de saber la vida de los padres, es el protocolo de seguridad a implementar, a dónde van, dónde están y avisar si salen de vacaciones, si tomarán algún curso o si dejarán la iglesia asignada. El protocolo no solo es en busca de la seguridad de la parroquia sino también de la persona sacerdotal en todo el estado.
A nivel nacional los religiosos han sido violentados en su integridad, por lo cual el llamado de la Diócesis desde siempre ha sido el cuidado y la seguridad, "lo que ha sucedido en las parroquias denota que debemos tener cierto cuidado en nuestras personas, lugares y acciones que se deban realizar, pero sobre todo como sacerdotes necesitamos dar a conocer a las comunidades pero también hacer protocolos de seguridad", acentuó.
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Señaló que la ola de violencia y de inseguridad de la han sido víctimas es conforme a la situación presente actualmente, al ser conocido el caos es en relación a lo que se esta viviendo, hablando del bien y del mal y que tras pasar la línea en donde la conciencia dice no esta bien, suceden actos delictivos e incluso en lo que consideran sagrado.
Como ocurrió el pasado 29 de diciembre en la Parroquia de Santa Catalina de Siena de Cuernavaca donde además de hacer daño a las instalaciones para tratar de robar, también profanaron el Santísimo Sacramento, denunció el obispo Ramón Castro Castro en sus redes sociales.
En 2015, el jerarca religioso denunció en redes sociales el asalto contra la parroquia de Santo Domingo, en el poblado de Oaxtepec, en el cual delincuentes abrieron el Sagrario y rompieron las alcancías del templo.
Mientras que el año pasado advirtieron que religiosas y los mismos sacerdotes padecieron intentos de extorsión a través de la figura del obispo Ramón Castro Castro, manifestándoles había sufrido un accidente y tenían que depositarle una cierta cantidad, situación de la que, desde octubre de 2018, habían sido víctimas.