El sismo del 19 de septiembre les arrebató su iglesia, pero no su fe ni sus tradiciones. Este año, en una capilla improvisada de Jiutepec, celebraron a su santo patrono: Santiago Apóstol.
El templo, con poco más de 400 años, resultó con severos daños por el sismo del 19 de septiembre; grietas en la nave, en el claustro, el desprendimiento de la cúpula y la caída de la torre.
Ahora el lugar se encuentra cercado por el Instituto Nacional de Antropología (INAH); alrededor de la parroquia se pueden ver los escombros y los trabajadores que buscan rehabilitarla.
En el patio se construyó desde hace meses una capilla con láminas, se adornó con los tradicionales colores de esta festividad patronal, rojo y amarillo, abundan en los grandes floreros con flores rojas y blancas, y las diversas imágenes y figuras de Santiago Apóstol o Santiago el Mayor, uno de los primeros discípulos en derramar su sangre y morir por Jesús.
Para las decenas de fieles católicos que acuden cada año a festejar a Santiago Apóstol, el sismo les pudo arrebatar su parroquia físicamente, pero no su fe ni sus tradiciones.
Carmen Villegas, fiel devota de Santiago Apóstol, expresó que sin duda le causa tristeza ver su templo en ruinas, pero no es pretexto para no celebrar a su santo patrono y mantener viva su fe.
Algunos feligreses llevaban sus imágenes o figuras de su santo, adornados principalmente en flores de colores rojos, blancas y amarillas. Asimismo, durante el día, llevan grupos de músicos, desde banda, mariachi, y danzantes, quienes lo hacen en manera de ofrenda, de agradecimiento y para cumplir sus mandas.
A los alrededores de la Iglesia, la instalación de puestos; donde se venden los tradicionales dulces mexicanos, comida, artesanías, ropa, y así como juegos mecánicos para grandes y pequeños.