La contaminación auditiva es un mal arraigado en las grande urbes. En Morelos, las principales ciudades, las de mayor crecimiento económico, son las que padecen en mayor proporción el problema: Cuernavaca, Yautepec, Cuautla, Emiliano Zapata, Jiutepec, Zacatepec, Temixco, Xochitepec, encabezan la lista de ciudades con más contaminación de este tipo, generada principalmente por fábricas, tráfico vehicular, antros, y comercios en general.
La contaminación acústica, a diferencian de otros contaminantes, es el más sencillo y barato de producir; si bien no deja residuos y no tiene un efecto acumulativo en el medio ambiente, sí puede generar en el ser humano problemas psicológicos, físicos, sociales y hasta económicos.
Además, su radio de acción es mucho menor al de otros contaminantes, con espacios muy concretos.
De acuerdo con Luis Ernesto Guerra, psicólogo clínico del Centro Eleia, en varias ciudades de México y del mundo, no existe ningún tipo de valoración o medición de los decibeles que genera el ruido, lo que da como resultados serios problemas de salud; la más grave, la pérdida del oído, por lo que es necesario cuidarlo del bombardeo de sonido elevado.
Más allá de un dolor de cabeza, el ruido puede provocar incluso depresión, porque no hay tranquilidad; por eso en la actualidad hay disciplinas como el yoga y la meditación que pueden ayudar a contrarrestar este tipo de problemas, porque se necesitan esos espacios de silencio, donde puedas hasta escuchar música más tranquila o tolerable, con sonidos de la naturaleza que cada vez se van perdiendo con todos estos niveles de sonidos que el ser humano no puede permitirlos sin verse afectado en su salud, ya que no está en su naturaleza percibir tanto ruido.
La contaminación acústica es la más sencilla y barata de producir; puede generar en el ser humano problemas psicológicos, físicos y sociales.
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