Ser madre es el sueño más grande de muchas mujeres. Pero, por diversas circunstancias, educar a otro ser humano, formarlo y estar en cada momento y en cada paso de su vida para algunas mamás no es posible y se convierten en madres a distancia.
Laura tiene dos hijos. La vida la llevó a estar recluida en una cárcel de Morelos por el delito de secuestro, por lo que su mamá y una de sus hermanas se hacen cargo de los menores.
Ser detenida le cambió la vida al tener que separarse de sus dos hijos; en ese entonces, Julio, el más pequeño, tenía cinco años. y el mayor, casi siete. Desde ese día han pasado cinco años; “ella se ha perdido momentos de su desarrollo y crecimiento; ahora con la pandemia, más, porque no dejan que menores de edad ingresen a la cárcel y sólo nos queda platicarle cómo están y llevarle fotos”, explica la mamá de Laura.
Pero la historia de Laura no es la única. En México y Morelos existen cientos de mujeres que enfrentan algún proceso penal dentro de las cárceles; algunas llegan embarazadas y tienen a sus hijos en prisión, quienes durante sus primeros años de vida viven con ellas, sin embargo, después tienen que dejar el lugar.
De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Morelos, hasta el año 2016, había un total de 20 menores de edad que vivían con sus madres en los centros penitenciarios de la entidad.
Estos centros o cárceles carecen de espacios exclusivos para mujeres y para los menores, como espacios de desenvolvimiento y el sano desarrollo de las infancias, sin embargo, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Población Privado de Liberta (ENPOL), la cual fue realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en donde cuestionó a madres privadas de la libertad con hijos viviendo con ellas, cuales son los servicios y bienes que reciben, señalando que se cuentan con varios servicios para los menores, pero no los suficientes.
Algunos de los servicios que tienen son: servicios médicos, vacunas y alimentos, pero se les brinda en menor proporción atención psicológica, medicamentos, atención escolar, juguetes, material escolar, ropa o calzado, de acuerdo con lo establecido en la última encuesta del 2017.
Por lo que señalan que ante esta falta de atención es que en algunos casos, las mujeres prefieren que sus hijos se vayan con familiares que puedan ofrecerles mejores servicios, al verse impedidas a poder ofrecerles en esos lugares mejores condiciones de vida.
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