/ sábado 20 de marzo de 2021

[Especial] Municipios indígenas: problemas sin solución

El reconocimiento a Xoxocotla, Hueyapan y Coatetelco, ha sido insuficiente para atender a las comunidades originarias

El 10 de noviembre de 2017 parecía que en Morelos comenzaba a gestarse una acción histórica, humana y patriótica, donde los protagonistas eran los diputados locales, luego de haber aprobado por unanimidad el reconocimiento de municipios indígenas; una larga exigencia anhelada por los pueblos y todo indicaba que la justicia social había llegado. Para eso cercenaron territorio a Tetela del Volcán con Hueyapan, Miacatlán con Coatetelco y a Puente de Ixtla con Xoxocotla; además a Cuautla con Tetelcingo, pero esa…es otra historia.

A partir de esa fecha y con el reconocimiento de su territorio, pareció también que los nuevos municipios, al quedar en el desamparo, no supieron cómo encarar esa nueva realidad, y confundieron la libertad con libertinaje. Así, en cada decisión que iban tomando los desacuerdos y conflictos crecían ante la falta de operación, entendimiento y compresión de los funcionarios sobre la idiosincrasia y cosmovisión de estos pueblos.

Para José Martínez Cruz, integrante de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, los pueblos originarios tienen voz y rostro. Sin embargo, parecieran invisibles ante los dueños del poder y del dinero. “No se les escucha en sus justos reclamos. Se les margina y excluye de las decisiones y únicamente se les voltea a ver cuándo se quieren apoderar de sus tierras y territorios para imponer sus megaproyectos de desarrollo económico, en donde son vistos como un obstáculo y se les trata de desaparecer”.

Ante esta falta de entendimiento, el único camino que ha encontrado la autoridad estatal es la violencia antes que el diálogo, la fuerza antes que los argumentos, el autoritarismo antes que la consulta, todas estas son las constantes en contra de pueblos y comunidades indígenas.

Sin embargo, aunque representantes de varios sectores consideraron que la decisión del reconocimiento a su autonomía fue precipitada, José Martínez Cruz consideró que en la historia de los pueblos no es nuevo el hecho de resistir y luchar, y sobrevivir en medio de la pobreza, la miseria, la marginación y el olvido.

Como ejemplo, dijo, hace 500 años que cayó luchando la gran Tenochtitlán y se iniciaron 300 años de colonialismo y sometimiento, explotación del trabajo esclavo y la muerte de millones por pandemias que parecieran lejanas, pero que fueron traídas precisamente por enfermedades transmitidas más que por virus, por un sistema que se impuso a sangre y fuego para alimentar la acumulación originaria de capital.

En la actualidad ya son 30 años desde que se llevó a cabo la Marcha del Color de la Tierra, convocada por el Congreso Nacional Indígena y el EZLN que exigió el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, desde el Tercer Congreso del CNI realizado en Nurío, Michoacán, donde asistió una delegación de Morelos integrada con gente de Xoxocotla, Cuentepec, Santa Catarina, Tlayacapan y de la CIDHM. La voz de la comandanta Esther se escuchó desde la tribuna del Congreso de la Unión y resonó en todo el mundo. Sin embargo, la Ley sobre derechos y cultura indígena no incluyó los acuerdos ya pactados.

Recordó cómo, en Morelos, la iniciativa de Ley Indígena fue elaborada por los pueblos en encuentros realizados en 1996 en Tetelcingo, Hueyapan, Cuentepec, Xoxocotla, Santa Catarina y la legislatura la recibió en sesión, pero no la aprobó, sino años después, sin incluir verdaderamente el respeto a la autonomía y libre determinación.

Tal vez ese sea el origen de los desacuerdos, y no necesariamente que no exista razonamiento entre esta gente. Además, recordó que de los cuatro municipios indígenas reconocidos por esa ley, sigue el litigio que impide que Tetelcingo sea validado, a pesar de ser uno de los pueblos con mayor tradición y cultura indígena; Xoxocotla ha sido atacado y dividido desde fuera y dentro para no consolidar sus órganos de decisión, Hueyapan ha sido confrontado por decisiones externas desde el poder electoral y se desangra en medio del crecimiento de los enconos y enfrentamientos que son aprovechados para detener y encarcelar a 16 personas y criminalizar su lucha, aún cuando entre los dos Consejos haya personas de lucha a quienes conocemos y valoramos por su defensa de los derechos indígenas. A la vez, Alpuyeca vive un proceso de lucha por el establecimiento del municipio indígena, fincando sólidamente su organización comunitaria, rescatando sus raíces históricas y documentando antropológicamente su identidad. Por último, destacó que la lucha indígena también tiene rostro de mujer y hoy eleva su voz para que nunca más haya un México sin el reconocimiento de los derechos indígenas. Mientras el secretario de Gobierno, Pablo Ojeda, insistió que por parte del gobierno del estado la invitación al diálogo tanto en Xoxocotla como en Hueyapan está abierta; aunque los ánimos están caldeados, dijo, no existe ingobernabilidad.

Xoxocotla: la belicosidad por delante

El pueblo de Xoxocotla fue el primero en donde la disputa por el cargo comenzó fuerte, fue en este lugar, tradicionalmente un pueblo que enfrentaba cualquier imposición del municipio que dependía (Puente de Ixtla). Los grupos internos comenzaron con la pelea para asumir de inmediato la presidencia.

Leonel Zeferino asumió el cargo al frente del primer concejo municipal indígena, desde el 2019, y desde entonces sus opositores han asegurado que hubo irregularidades en las elecciones, realizadas en febrero 2018.

Para este año, habrá posibilidad de renovar el Concejo, sin embargo, aunque se ha mantenido en calma y las protestas, como bloqueos en la carretera y los grupos de ciudadanos frente al congreso o casa de gobierno han sido esporádicos, la situación no tarda en explotar.

Así, ha transcurrido todo este tiempo, luego de separarse de Puente de Ixtla, con la renovación de integrantes del concejo por “usos y costumbres y además, y en muchos momentos han estado solicitando que le congelen el presupuesto al concejo de Leonel Zeferino; que los servicios públicos y seguridad pública, se manejen con los grupos organizados y el concejo del pueblo; que todo el presupuesto se etiquete para obras “en beneficio del pueblo”, y que no haya cargo para nadie que no sea de Xoxocotla.

Acusan además que a lo largo de esta administración de Leonel Zaferino la inseguridad creció, asesinatos de ganaderos, Mototaxistas, robo entre otros. El titular, Javier Jiménez aseguró que la policía de la localidad tiene capacitación en combatir la inseguridad. Sin embargo –dicen los mismos pobladores- en varias ocasiones la policía de Xoxocotla ha sido señalada por abuso de autoridad, retenes ilegales, detenciones, multas inexistentes.

La confrontación no tarda en llegar, porque en estos desacuerdos se han anunciado dos fechas diferentes para la elección, una el 23 de mayo anunciada por la Comisión Electoral de Xoxocotla, y el 30 de mayo próximo programada por Leonel Zeferino.

Hueyapan y sus desacuerdos

“Somos un pueblo de paz, respetuosos de las leyes y de trabajo”, dijeron ciudadanos de este lugar cuando una exigencia para reconocer al nuevo Concejo terminó en enfrentamiento y detenidos, supuestamente porque pretendían retener a funcionarios estatales.

Aunque en la primera conformación del concejo hubo jaloneos las cosas no habían pasado a mayores cosas, salvo el enfrentamiento histórico que han mantenido con el municipio de Tetela del Volcán por los manantiales, incluso por esta causa ha habido intentos de enfrentamiento.

Pero el asunto fue que generó toda esta molestia contra sus propios representantes fueron los desacuerdos con quienes llaman el “equipo de Jorge Enrique N” que ha buscado un enfrentamiento luego que el 24 de diciembre del 2020 el TEEM resolvió una acción a favor de “Don Pablo”, y ya divididos se organizó con el comité del agua para conformar un concejo paralelo.

El cambio de concejales, fue producto del uso indebido de recursos públicos, y es que los recursos recibidos por parte del gobierno son: en el 2019 por 16.5 millones de pesos. En el 2020, este llegó a 21.5 millones de pesos, y en el 2021 de enero hasta febrero de 2.4 millones de pesos haciendo un total de 40.05 millones de pesos, administrados por los concejales destituidos.

Por esta situación desde el domingo 07 de marzo se iniciaron diversas manifestaciones en el municipio de Hueyapan derivado de la sentencia del Tribunal Electoral del Estado de Morelos del 20 de febrero del año 2021, en la que dejó sin efectos las asambleas de 3 y 10 de enero, en las que se habían electo nuevas autoridades en el municipio, lo que desencadenó inconformidades que derivaron en la retención de nueve elementos policiales, de los cuales ocho son estatales y uno municipal, con la finalidad de ejercer presión para el reconocimiento de uno de los grupos en pugna.

El 9 de marzo, un contingente se desplazó a la capital del estado, en donde se instaló una mesa de diálogo con los representantes de ambos concejos municipales en pugna; miembros del concejo cuya asamblea fue invalidada por el Tribunal Electoral del Estado de Morelos, a fin de ejercer presión para lograr el reconocimiento oficial, junto con diversas personas causaron daños sobre vehículos, al tiempo de realizar pintas y alterar el orden público, momento en el que realizaron la retención de tres funcionarios del Gobierno del Estado, todo ello sobre la calle Aurora casi esquina con la calle Alicia de la colonia Maravillas, interviniendo como consecuencia elementos de la Policía Morelos, sin uso de fuerza física ni de armamento de cargo, para lograr la liberación de los servidores públicos.

Coatetelco: la tranquilidad, antes que nada

De los municipios indígenas que hasta hoy tienen esta categoría, Coatetelco parece ser el menos conflictivo y el que ha transitado en mejores condiciones desde el 03 de enero del 2019 y hasta este año que concluirá su vigencia Norberto Zamorano Ortega, nada parece alterar el orden.

Pero eso no significa que se estén haciendo las cosas bien, dice, Martha Aleman Melgar originaria de esta poblado, lo cierto es que la gente prefiere estar en paz para no provocar el alejamiento de los visitantes.

A diferencia de sus pares, Xoxocotla que vive del comercio, o de Hueyapan cuya actividad es artesanal, en Coatetelco se vive del turismo; dar la imagen de pueblo violento significaría disminuir o acabar con la forma de sustento que da vida a ese municipio.

“Hemos transitado sino en un gran acuerdo, pero estamos conscientes de que no podemos provocar situaciones violentas, los que gobiernan ahorita no es que sean mejores o peores, la gente solo permite que las cosas sucedan, es cuestión de la adaptabilidad que atraviesa la comunidad al separarse de Miacatlán”.

Si probablemente no es un sometimiento el que pudo haber marcada a la comunidad desde el cacicazgo que se originaba en Miacatlán. Pero eso no significa que el pueblo sea pasivo, por el contrario, cuando se trata de defender la identidad hay una reacción diferente.

La originaria de esa comunidad, explicó que probablemente el municipio indígena de Coatetelco, esta atravesando mas rápido el proceso de adaptación como municipio. Lo único que solicitan los ciudadanos es que no se trate a los originarios de estas comunidades como menores de edad o en el desamparo.

“Nos estamos adaptando a este nuevo escenario y forma de gobierno, aunque este proceso electoral se decidió que fuera por usos y costumbres cuando debió ser por partidos, como nuevos municipios, ya que por este hecho no se pierde identidad”. Esto es, dice Martha Alemán que solo de esa manera se puede alcanzar ese estatus de municipio como tal, porque los usos y costumbres al generar desacuerdos no existe otra manera de ordenar y regresar a la tranquilidad.

El 10 de noviembre de 2017 parecía que en Morelos comenzaba a gestarse una acción histórica, humana y patriótica, donde los protagonistas eran los diputados locales, luego de haber aprobado por unanimidad el reconocimiento de municipios indígenas; una larga exigencia anhelada por los pueblos y todo indicaba que la justicia social había llegado. Para eso cercenaron territorio a Tetela del Volcán con Hueyapan, Miacatlán con Coatetelco y a Puente de Ixtla con Xoxocotla; además a Cuautla con Tetelcingo, pero esa…es otra historia.

A partir de esa fecha y con el reconocimiento de su territorio, pareció también que los nuevos municipios, al quedar en el desamparo, no supieron cómo encarar esa nueva realidad, y confundieron la libertad con libertinaje. Así, en cada decisión que iban tomando los desacuerdos y conflictos crecían ante la falta de operación, entendimiento y compresión de los funcionarios sobre la idiosincrasia y cosmovisión de estos pueblos.

Para José Martínez Cruz, integrante de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, los pueblos originarios tienen voz y rostro. Sin embargo, parecieran invisibles ante los dueños del poder y del dinero. “No se les escucha en sus justos reclamos. Se les margina y excluye de las decisiones y únicamente se les voltea a ver cuándo se quieren apoderar de sus tierras y territorios para imponer sus megaproyectos de desarrollo económico, en donde son vistos como un obstáculo y se les trata de desaparecer”.

Ante esta falta de entendimiento, el único camino que ha encontrado la autoridad estatal es la violencia antes que el diálogo, la fuerza antes que los argumentos, el autoritarismo antes que la consulta, todas estas son las constantes en contra de pueblos y comunidades indígenas.

Sin embargo, aunque representantes de varios sectores consideraron que la decisión del reconocimiento a su autonomía fue precipitada, José Martínez Cruz consideró que en la historia de los pueblos no es nuevo el hecho de resistir y luchar, y sobrevivir en medio de la pobreza, la miseria, la marginación y el olvido.

Como ejemplo, dijo, hace 500 años que cayó luchando la gran Tenochtitlán y se iniciaron 300 años de colonialismo y sometimiento, explotación del trabajo esclavo y la muerte de millones por pandemias que parecieran lejanas, pero que fueron traídas precisamente por enfermedades transmitidas más que por virus, por un sistema que se impuso a sangre y fuego para alimentar la acumulación originaria de capital.

En la actualidad ya son 30 años desde que se llevó a cabo la Marcha del Color de la Tierra, convocada por el Congreso Nacional Indígena y el EZLN que exigió el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, desde el Tercer Congreso del CNI realizado en Nurío, Michoacán, donde asistió una delegación de Morelos integrada con gente de Xoxocotla, Cuentepec, Santa Catarina, Tlayacapan y de la CIDHM. La voz de la comandanta Esther se escuchó desde la tribuna del Congreso de la Unión y resonó en todo el mundo. Sin embargo, la Ley sobre derechos y cultura indígena no incluyó los acuerdos ya pactados.

Recordó cómo, en Morelos, la iniciativa de Ley Indígena fue elaborada por los pueblos en encuentros realizados en 1996 en Tetelcingo, Hueyapan, Cuentepec, Xoxocotla, Santa Catarina y la legislatura la recibió en sesión, pero no la aprobó, sino años después, sin incluir verdaderamente el respeto a la autonomía y libre determinación.

Tal vez ese sea el origen de los desacuerdos, y no necesariamente que no exista razonamiento entre esta gente. Además, recordó que de los cuatro municipios indígenas reconocidos por esa ley, sigue el litigio que impide que Tetelcingo sea validado, a pesar de ser uno de los pueblos con mayor tradición y cultura indígena; Xoxocotla ha sido atacado y dividido desde fuera y dentro para no consolidar sus órganos de decisión, Hueyapan ha sido confrontado por decisiones externas desde el poder electoral y se desangra en medio del crecimiento de los enconos y enfrentamientos que son aprovechados para detener y encarcelar a 16 personas y criminalizar su lucha, aún cuando entre los dos Consejos haya personas de lucha a quienes conocemos y valoramos por su defensa de los derechos indígenas. A la vez, Alpuyeca vive un proceso de lucha por el establecimiento del municipio indígena, fincando sólidamente su organización comunitaria, rescatando sus raíces históricas y documentando antropológicamente su identidad. Por último, destacó que la lucha indígena también tiene rostro de mujer y hoy eleva su voz para que nunca más haya un México sin el reconocimiento de los derechos indígenas. Mientras el secretario de Gobierno, Pablo Ojeda, insistió que por parte del gobierno del estado la invitación al diálogo tanto en Xoxocotla como en Hueyapan está abierta; aunque los ánimos están caldeados, dijo, no existe ingobernabilidad.

Xoxocotla: la belicosidad por delante

El pueblo de Xoxocotla fue el primero en donde la disputa por el cargo comenzó fuerte, fue en este lugar, tradicionalmente un pueblo que enfrentaba cualquier imposición del municipio que dependía (Puente de Ixtla). Los grupos internos comenzaron con la pelea para asumir de inmediato la presidencia.

Leonel Zeferino asumió el cargo al frente del primer concejo municipal indígena, desde el 2019, y desde entonces sus opositores han asegurado que hubo irregularidades en las elecciones, realizadas en febrero 2018.

Para este año, habrá posibilidad de renovar el Concejo, sin embargo, aunque se ha mantenido en calma y las protestas, como bloqueos en la carretera y los grupos de ciudadanos frente al congreso o casa de gobierno han sido esporádicos, la situación no tarda en explotar.

Así, ha transcurrido todo este tiempo, luego de separarse de Puente de Ixtla, con la renovación de integrantes del concejo por “usos y costumbres y además, y en muchos momentos han estado solicitando que le congelen el presupuesto al concejo de Leonel Zeferino; que los servicios públicos y seguridad pública, se manejen con los grupos organizados y el concejo del pueblo; que todo el presupuesto se etiquete para obras “en beneficio del pueblo”, y que no haya cargo para nadie que no sea de Xoxocotla.

Acusan además que a lo largo de esta administración de Leonel Zaferino la inseguridad creció, asesinatos de ganaderos, Mototaxistas, robo entre otros. El titular, Javier Jiménez aseguró que la policía de la localidad tiene capacitación en combatir la inseguridad. Sin embargo –dicen los mismos pobladores- en varias ocasiones la policía de Xoxocotla ha sido señalada por abuso de autoridad, retenes ilegales, detenciones, multas inexistentes.

La confrontación no tarda en llegar, porque en estos desacuerdos se han anunciado dos fechas diferentes para la elección, una el 23 de mayo anunciada por la Comisión Electoral de Xoxocotla, y el 30 de mayo próximo programada por Leonel Zeferino.

Hueyapan y sus desacuerdos

“Somos un pueblo de paz, respetuosos de las leyes y de trabajo”, dijeron ciudadanos de este lugar cuando una exigencia para reconocer al nuevo Concejo terminó en enfrentamiento y detenidos, supuestamente porque pretendían retener a funcionarios estatales.

Aunque en la primera conformación del concejo hubo jaloneos las cosas no habían pasado a mayores cosas, salvo el enfrentamiento histórico que han mantenido con el municipio de Tetela del Volcán por los manantiales, incluso por esta causa ha habido intentos de enfrentamiento.

Pero el asunto fue que generó toda esta molestia contra sus propios representantes fueron los desacuerdos con quienes llaman el “equipo de Jorge Enrique N” que ha buscado un enfrentamiento luego que el 24 de diciembre del 2020 el TEEM resolvió una acción a favor de “Don Pablo”, y ya divididos se organizó con el comité del agua para conformar un concejo paralelo.

El cambio de concejales, fue producto del uso indebido de recursos públicos, y es que los recursos recibidos por parte del gobierno son: en el 2019 por 16.5 millones de pesos. En el 2020, este llegó a 21.5 millones de pesos, y en el 2021 de enero hasta febrero de 2.4 millones de pesos haciendo un total de 40.05 millones de pesos, administrados por los concejales destituidos.

Por esta situación desde el domingo 07 de marzo se iniciaron diversas manifestaciones en el municipio de Hueyapan derivado de la sentencia del Tribunal Electoral del Estado de Morelos del 20 de febrero del año 2021, en la que dejó sin efectos las asambleas de 3 y 10 de enero, en las que se habían electo nuevas autoridades en el municipio, lo que desencadenó inconformidades que derivaron en la retención de nueve elementos policiales, de los cuales ocho son estatales y uno municipal, con la finalidad de ejercer presión para el reconocimiento de uno de los grupos en pugna.

El 9 de marzo, un contingente se desplazó a la capital del estado, en donde se instaló una mesa de diálogo con los representantes de ambos concejos municipales en pugna; miembros del concejo cuya asamblea fue invalidada por el Tribunal Electoral del Estado de Morelos, a fin de ejercer presión para lograr el reconocimiento oficial, junto con diversas personas causaron daños sobre vehículos, al tiempo de realizar pintas y alterar el orden público, momento en el que realizaron la retención de tres funcionarios del Gobierno del Estado, todo ello sobre la calle Aurora casi esquina con la calle Alicia de la colonia Maravillas, interviniendo como consecuencia elementos de la Policía Morelos, sin uso de fuerza física ni de armamento de cargo, para lograr la liberación de los servidores públicos.

Coatetelco: la tranquilidad, antes que nada

De los municipios indígenas que hasta hoy tienen esta categoría, Coatetelco parece ser el menos conflictivo y el que ha transitado en mejores condiciones desde el 03 de enero del 2019 y hasta este año que concluirá su vigencia Norberto Zamorano Ortega, nada parece alterar el orden.

Pero eso no significa que se estén haciendo las cosas bien, dice, Martha Aleman Melgar originaria de esta poblado, lo cierto es que la gente prefiere estar en paz para no provocar el alejamiento de los visitantes.

A diferencia de sus pares, Xoxocotla que vive del comercio, o de Hueyapan cuya actividad es artesanal, en Coatetelco se vive del turismo; dar la imagen de pueblo violento significaría disminuir o acabar con la forma de sustento que da vida a ese municipio.

“Hemos transitado sino en un gran acuerdo, pero estamos conscientes de que no podemos provocar situaciones violentas, los que gobiernan ahorita no es que sean mejores o peores, la gente solo permite que las cosas sucedan, es cuestión de la adaptabilidad que atraviesa la comunidad al separarse de Miacatlán”.

Si probablemente no es un sometimiento el que pudo haber marcada a la comunidad desde el cacicazgo que se originaba en Miacatlán. Pero eso no significa que el pueblo sea pasivo, por el contrario, cuando se trata de defender la identidad hay una reacción diferente.

La originaria de esa comunidad, explicó que probablemente el municipio indígena de Coatetelco, esta atravesando mas rápido el proceso de adaptación como municipio. Lo único que solicitan los ciudadanos es que no se trate a los originarios de estas comunidades como menores de edad o en el desamparo.

“Nos estamos adaptando a este nuevo escenario y forma de gobierno, aunque este proceso electoral se decidió que fuera por usos y costumbres cuando debió ser por partidos, como nuevos municipios, ya que por este hecho no se pierde identidad”. Esto es, dice Martha Alemán que solo de esa manera se puede alcanzar ese estatus de municipio como tal, porque los usos y costumbres al generar desacuerdos no existe otra manera de ordenar y regresar a la tranquilidad.

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