/ domingo 21 de noviembre de 2021

En Jericó, Tlayacapan, todas usan falda

En Jericó, todas las mujeres, desde que son niñas, visten de falda, y creen que la fe protege más que el cubrebocas contra la Covid-19

Desde la carretera, lo primero que atrae la vista al acercarse a Jericó es la cúpula de su santuario. En medio del campo, la cúpula de la Iglesia Nuevo Israel anuncia con toda intención lo que encontraremos en sus calles: un pueblo donde la fe lo es todo, que ha establecido su propia organización interna, y cuyos habitantes están convencidos de que la unión entre los vecinos los hará prosperar.

“Vivir aquí es muy pacífico. Se respira aire puro. Es estar junto a una comunidad donde se siente el aprecio de todos mis hermanos”, dice Efraín Rivera, representante de la localidad.

Jericó fue el lugar por el que los israelitas llegaron a la Tierra Prometida después del éxodo, pero en Tlayacapan es un pueblo con apenas 600 habitantes. Fundado como comunidad cristiana en 1978, las familias viven en casas rústicas, algunas recién empezadas a construir y cuyo proceso haberse detenido en algún momento. Excepto por la avenida principal, las calles no están pavimentadas, pero tampoco hay muchos vehículos que las transiten: el transporte público sólo entra por la mañana y por la noche, en horarios que los estudiantes aprovechan para trasladarse a la secundaria y preparatoria, y el resto para ir y volver del trabajo. De vez en cuando, un repartidor de tortillas cuya motocicleta quisiera ser un camión, al sonar el claxon para que los demás nos hagamos a un lado.

“La pavimentación de calles y el agua potable son los servicios más importantes que necesitamos, porque somos personas de bajos recursos, tenemos un trabajo donde ganamos el salario mínimo”, continúa Efraín.

Efraín se detiene antes de entrar al santuario, lugar al que los pobladores acuden varias veces al día para hacer oración, construido desde 2005 gracias al dinero y trabajo de todos. Orar, aquí, es una de las actividades más importantes: lo hacen a las cinco de la mañana, lo hacen las mujeres a las nueve y al mediodía, y lo hacen todos a las seis de la tarde. Y nos pedirán hacerlo a nosotros también, antes de probar la cecina que prepararon.

Gude Servín | El Sol de Cuautla

El pantalón, no permitido en las mujeres

Si la cúpula del santuario es lo primero que destaca al acercarse al pueblo, una vez dentro hay otro factor que distingue a esta comunidad de otras: en Jericó, las mujeres no pueden usar pantalón, así que, dentro y fuera de casa, visten con falda desde que son niñas y sólo se permite usar pantalón si es obligatorio para alguna empresa en la que estén trabajando.

“Es más o menos la costumbre y lo que sus papás les van enseñando, la educación de los papás. Debe ser de un solo modo, no podemos ser fríos o calientes”, dice Manuel, propietario de una tienda de abarrotes.

Durante mucho tiempo, algunas manifestaciones del cristianismo protestante han prohibido el uso del pantalón en las mujeres, basándose en un versículo del libro Deuterenomio del antiguo testamento. En Jericó, las mujeres están lejos de verlo como una obligación, como, en cambio, sí interpretan el hecho de tener que vestir pantalón en algunos empleos.

“Estamos completamente de acuerdo. Yo nací aquí y para mí es cómodo. A veces, por cuestiones de trabajo, solamente en empresas o algo así, se nos obliga a usar el pantalón, y en ese caso lo podemos hacer, siempre y cuando sea afuera”, dice Madián, una joven de 28 años que describe a su pueblo como un lugar tranquilo, donde los problemas entre vecinos no existen y la fe es la principal protección contra las enfermedades, incluida la que causa el virus SARS-CoV-2.

“Para nosotros no hay miedo a las enfermedades por la fe que tenemos en Dios. Entre nosotros no usamos el cubrebocas y gracias a Dios nadie se fue por la enfermedad”, afirma.

-¿Se enfermaron? —le pregunto.

-Hasta donde yo sé, no, y nadie se fue tampoco. Algunos de diferentes comunidades sí se enfermaron, pero gracias a Dios salieron. Estamos muy contentos y es la fe la que nos mantiene vivos -responde.

En abril de 2020, en plena ola de contagios, los habitantes de Jericó realizaron una kermés que congregó a más de 300 personas, hecho que derivó en la clausura del evento, pero también en la retención del síndico de Tlayacapan, Erasmo Mendoza, acusado por habitantes de un pueblo vecino de haber autorizado previamente esta celebración.

Gude Servín | El Sol de Cuautla

Todos son bienvenidos en Jericó

En Jericó hay un jardín de niños y una primaria, pero no hay secundarias y mucho menos una preparatoria. Para seguir estudiando, los adolescentes y jóvenes tienen que trasladarse hasta la cabecera municipal de Tlayacapan o San Juan Texcalpan, en el municipio vecino de Atlatlahucan. Sin embargo, llegar ahí requiere de cuarenta minutos de trayecto a pie.

“Estamos gestionando una secundaria”, afirma Efraín.

Hay, en cambio, una construcción que destaca sobre el resto, con una placa en la entrada que dice: “Por la verdad y justicia, en memoria de una bella elección, sábado 23 de septiembre de 1978”. Y la estrella de Israel.

“Es la fecha en que se fundó el pueblo”, dice Manuel, el hombre de la tienda de abarrotes.

La construcción, al fondo de un jardín con césped sobre el que crecen varios árboles podados, que resplandece intensamente con la luz del mediodía, es el hogar del pastor de esta congregación y ha sido edificada con la cooperación de las familias.

“Si no nos unimos nosotros, no se hace, y una comunidad unida avanza mucho”, dirá otra mujer a la mitad de una calle, antes de dirigirse a su casa para seguir con sus labores e insistir en que Jericó es un lugar donde todos son bienvenidos.


➡️ Recibe GRATIS la información relevante en tu correo a través de nuestro Newsletter

Súmate a nuestro canal de Youtube



Un vistazo a la 'Semana en Imágenes'



Desde la carretera, lo primero que atrae la vista al acercarse a Jericó es la cúpula de su santuario. En medio del campo, la cúpula de la Iglesia Nuevo Israel anuncia con toda intención lo que encontraremos en sus calles: un pueblo donde la fe lo es todo, que ha establecido su propia organización interna, y cuyos habitantes están convencidos de que la unión entre los vecinos los hará prosperar.

“Vivir aquí es muy pacífico. Se respira aire puro. Es estar junto a una comunidad donde se siente el aprecio de todos mis hermanos”, dice Efraín Rivera, representante de la localidad.

Jericó fue el lugar por el que los israelitas llegaron a la Tierra Prometida después del éxodo, pero en Tlayacapan es un pueblo con apenas 600 habitantes. Fundado como comunidad cristiana en 1978, las familias viven en casas rústicas, algunas recién empezadas a construir y cuyo proceso haberse detenido en algún momento. Excepto por la avenida principal, las calles no están pavimentadas, pero tampoco hay muchos vehículos que las transiten: el transporte público sólo entra por la mañana y por la noche, en horarios que los estudiantes aprovechan para trasladarse a la secundaria y preparatoria, y el resto para ir y volver del trabajo. De vez en cuando, un repartidor de tortillas cuya motocicleta quisiera ser un camión, al sonar el claxon para que los demás nos hagamos a un lado.

“La pavimentación de calles y el agua potable son los servicios más importantes que necesitamos, porque somos personas de bajos recursos, tenemos un trabajo donde ganamos el salario mínimo”, continúa Efraín.

Efraín se detiene antes de entrar al santuario, lugar al que los pobladores acuden varias veces al día para hacer oración, construido desde 2005 gracias al dinero y trabajo de todos. Orar, aquí, es una de las actividades más importantes: lo hacen a las cinco de la mañana, lo hacen las mujeres a las nueve y al mediodía, y lo hacen todos a las seis de la tarde. Y nos pedirán hacerlo a nosotros también, antes de probar la cecina que prepararon.

Gude Servín | El Sol de Cuautla

El pantalón, no permitido en las mujeres

Si la cúpula del santuario es lo primero que destaca al acercarse al pueblo, una vez dentro hay otro factor que distingue a esta comunidad de otras: en Jericó, las mujeres no pueden usar pantalón, así que, dentro y fuera de casa, visten con falda desde que son niñas y sólo se permite usar pantalón si es obligatorio para alguna empresa en la que estén trabajando.

“Es más o menos la costumbre y lo que sus papás les van enseñando, la educación de los papás. Debe ser de un solo modo, no podemos ser fríos o calientes”, dice Manuel, propietario de una tienda de abarrotes.

Durante mucho tiempo, algunas manifestaciones del cristianismo protestante han prohibido el uso del pantalón en las mujeres, basándose en un versículo del libro Deuterenomio del antiguo testamento. En Jericó, las mujeres están lejos de verlo como una obligación, como, en cambio, sí interpretan el hecho de tener que vestir pantalón en algunos empleos.

“Estamos completamente de acuerdo. Yo nací aquí y para mí es cómodo. A veces, por cuestiones de trabajo, solamente en empresas o algo así, se nos obliga a usar el pantalón, y en ese caso lo podemos hacer, siempre y cuando sea afuera”, dice Madián, una joven de 28 años que describe a su pueblo como un lugar tranquilo, donde los problemas entre vecinos no existen y la fe es la principal protección contra las enfermedades, incluida la que causa el virus SARS-CoV-2.

“Para nosotros no hay miedo a las enfermedades por la fe que tenemos en Dios. Entre nosotros no usamos el cubrebocas y gracias a Dios nadie se fue por la enfermedad”, afirma.

-¿Se enfermaron? —le pregunto.

-Hasta donde yo sé, no, y nadie se fue tampoco. Algunos de diferentes comunidades sí se enfermaron, pero gracias a Dios salieron. Estamos muy contentos y es la fe la que nos mantiene vivos -responde.

En abril de 2020, en plena ola de contagios, los habitantes de Jericó realizaron una kermés que congregó a más de 300 personas, hecho que derivó en la clausura del evento, pero también en la retención del síndico de Tlayacapan, Erasmo Mendoza, acusado por habitantes de un pueblo vecino de haber autorizado previamente esta celebración.

Gude Servín | El Sol de Cuautla

Todos son bienvenidos en Jericó

En Jericó hay un jardín de niños y una primaria, pero no hay secundarias y mucho menos una preparatoria. Para seguir estudiando, los adolescentes y jóvenes tienen que trasladarse hasta la cabecera municipal de Tlayacapan o San Juan Texcalpan, en el municipio vecino de Atlatlahucan. Sin embargo, llegar ahí requiere de cuarenta minutos de trayecto a pie.

“Estamos gestionando una secundaria”, afirma Efraín.

Hay, en cambio, una construcción que destaca sobre el resto, con una placa en la entrada que dice: “Por la verdad y justicia, en memoria de una bella elección, sábado 23 de septiembre de 1978”. Y la estrella de Israel.

“Es la fecha en que se fundó el pueblo”, dice Manuel, el hombre de la tienda de abarrotes.

La construcción, al fondo de un jardín con césped sobre el que crecen varios árboles podados, que resplandece intensamente con la luz del mediodía, es el hogar del pastor de esta congregación y ha sido edificada con la cooperación de las familias.

“Si no nos unimos nosotros, no se hace, y una comunidad unida avanza mucho”, dirá otra mujer a la mitad de una calle, antes de dirigirse a su casa para seguir con sus labores e insistir en que Jericó es un lugar donde todos son bienvenidos.


➡️ Recibe GRATIS la información relevante en tu correo a través de nuestro Newsletter

Súmate a nuestro canal de Youtube



Un vistazo a la 'Semana en Imágenes'



Seguridad

Caso del Obispo Salvador Rangel ha sido politizado: Episcopado Mexicano

Monseñor Ramón Castro, señaló que el caso de la desaparición y aparición del obispo emérito de Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza ha sido politizado

Local

Ejidatarios de Morelos todavía se resisten a practicar la agroecología

Tan sólo 30% de las personas capacitadas se mantienen en la práctica de generar productos del campo sin dañar el entorno ecológico

Local

Recorre en bici los manantiales que alimentan el Río Cuautla

Colectivo Yólotl reúne a cuautlenses para visitar el lugar donde nace el agua del río; desechos sólidos empañan la riqueza hídrica del municipio

Seguridad

500 elementos de la Guardia Nacional reforzarán seguridad en la zona oriente

Los elementos de la Guardia Nacional estarán desplegados en las células ya instaladas en seis colonias

Deportes

Mr. México Juvenil y Veterano 2024: Ya se acerca la competencia

La competencia se realizará del 10 al 12 de mayo en la ciudad de México; participantes de Morelos harán presencia

Doble Vía

Bamboo Fest: Cuautla recibe a estrellas del doblaje mexicano

El festival se llevó a cabo este 4 y 5 de mayo en la Quinta Oasis