Procesión en Totolapan pide buen temporal

Como cada año en el Jueves de Ascensión los pobladores suben al cerro de Santa Bárbara cargando al Cristo Aparecido para pedir una buena temporada de lluvias

Emmanuel Ruiz | El Sol de Cuautla

  · jueves 18 de mayo de 2023

Habitantes de Totolapan realizan procesión de acuerdo con la tradición, pidiendo por una buena temporada de lluvias / Cortesía | Ayuntamiento de Totolapan

Como cada año, en el Jueves de Ascensión los habitantes de Totolapan siguen la tradición religiosa de subir al cerro de Santa Bárbara en procesión implorando una buena temporada de lluvias, los creyentes cargan sobre sus hombros la imagen del Cristo Aparecido, el santo patrono del pueblo.

Desde la década de los 80, los párrocos sentaron la base de esta práctica portando el Cristo Aparecido, una cruz que cargaban como un estandarte.

"Sólo era el párroco, no se permitía que lo hiciera alguien externo, sino que la gente solamente lo acompañaba en procesión", recuerda Araceli Martínez, promotora cultural de la localidad.

El rito se convirtió en una potente señal de fe, ya que, según Martínez, "a veces lo sacaban al pueblo cuando no llovía, y entonces lo sacaban en procesión por el pueblo para que lloviera y casualmente en la tarde ya llovía", agrega la habitante.

En la actualidad, la tradición perdura. En el Jueves de Ascensión, la comunidad sigue llevando el Cristo Aparecido al cerro. Aunque, debido al desgaste de la figura de Cristo, ésta se ha reservado para ocasiones especiales.

"Casi no lo sacan para el cerro para que no se dañe", explica Martínez, "solo en fechas especiales, como esta, se hace la procesión, en un nicho, así como en la Feria del Quinto Viernes de Cuaresma".

Cortesía | Ayuntamiento de Totolapan


En este día especial, también tiene lugar el corte de caja del Comité de la Mayordomía del Cristo Aparecido, que entrega su servicio anual al Cristo.

"Elijen al nuevo comité, internamente, en una junta a la que asisten los más de 200 mayordomos y ahí es donde elijen a sus compañeros, y al final son nueve quienes quedan al frente, dos de cada barrio", explica Martínez.

El camino hasta el cerro no es fácil, la cruz es llevada en un nicho de madera que requiere de seis personas para ser transportado debido a su peso. Los mayordomos se turnan durante el recorrido, demostrando su devoción y resiliencia ante este rito que une a la comunidad en su deseo común de un buen temporal.



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