Con el convento agustino de San Guillermo Abad cerrado desde el sismo de septiembre de 2017 y su reconstrucción en pausa, los promotores de turismo en Totolapan tienen que reinventarse y enfocar su estrategia en otros espacios de interés.
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Edgar Amaro, miembro del Grupo Vigías del Patrimonio Cultural en el municipio, explicó cómo están adaptándose a esta situación.
“Sí, pero solamente proporcionamos recorridos cuando un grupo se pone en contacto con nosotros. Antes solíamos estar en el convento, pero ahora solamente lo hacemos por la parte de afuera”, indicó.
La estrategia se centra en promover otros atractivos de la localidad, como el túnel de San Sebastián La Cañada, el cerro de Santa Bárbara y la ruta de las capillas locales, que datan de la misma época que la construcción del convento, el siglo XIX.
"Varían por temporadas. Por ejemplo, durante la feria a los visitantes también les gusta mucho ir al aljibe, donde se apareció el Cristo Aparecido, el santo patrono del pueblo, y el cerro de Santa Bárbara", señaló Amaro.
Uno de los recorridos más destacados es la ruta de las capillas, que incluye cuatro de las cinco capillas existentes en la localidad, debido a la facilidad de traslado.
"Las capillas son del mismo año de la construcción del convento, pero pertenecen a las comunidades locales”, detalló el vigía.
Pero a pesar de estos esfuerzos, la ausencia del convento se siente en la afluencia turística. Según Amaro, el número de visitantes disminuyó notablemente: "Sí, están llegando, pero son muy pocos. La afluencia turística es muy poca ahorita".
A nivel federal, Vigías del Patrimonio Cultural son personas que reconocen el valor de su patrimonio y se organizan para su cuidado, promoción y difusión, desarrollando diversas actividades con las que fortalecen la identidad y el desarrollo cultural en beneficio de su comunidad.
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