Es vergonzoso y preocupante los resultados de los índices de fuerza política de las mujeres en la legislatura en Morelos, sumado a los casos de violencia política, así lo consideró Yndiya Sandoval de las Constituyentes MX Feministas, quien espera que no se quede en la congeladora la iniciativa de la Ley 3 de 3.
La organización Buró Parlamentario hizo la presentación del informe denominado “Fuerza Política de las Legisladoras en los Congresos Locales de México”, en donde señaló que el Congreso de Morelos si bien existe presencia de mujeres al frente de las bancadas, pero coordinan poca gente y hace falta la asignación de mujeres en la coordinación de comisiones importantes o estratégicas.
Yndiya Sandoval indicó que los resultados del Congreso de Morelos son vergonzosos, además preocupantes la violencia política que se ha venido gestando en las últimas legislaturas.
Recordó que en la pasada legislatura faltó poco para que se diera el desafuero de un grupo de legisladoras y consideró que la actual deja mucho que decir de los Tribunales Electorales que deja al desamparo acuerdos interparlamentarios a lo que pueda suceder al interior del pleno lo que por mucho tiempo se tradujo en una parálisis legislativa y que tiene repercusiones en la ciudadanía.
Celebró que la Ley 3 de 3 haya llegado al pleno del Congreso de Morelos a través de la diputada de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Paola Cruz Torres, junto con otras fuerzas políticas, esperando que no se quede en el tintero.
La iniciativa ciudadana 3 de 3 Contra la Violencia Hacia las Mujeres exige como requisitos obligatorios que cualquier persona que busque ostentar un cargo público o de elección popular incluyendo los órganos autónomos y niveles de gobierno, no sea deudor de pensión alimenticia, agresor sexual incluyendo el acoso y hostigamiento sexual, así como no ser agresor de mujer5es en el ámbito familiar, público o político.
La también defensora de derechos humanos llamó a un nuevo pacto político y social, el cual debe verse traducido en las leyes, en las normas, en las políticas públicas, en los presupuestos y lo cual se hace en los parlamentos políticos.
“Podríamos correr el riesgo de ser un aditamento del patriarcado si las mujeres en el poder no tienen poder, si el poder que tienen no necesariamente les sirve a las mujeres”, finalizó.
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