La comunidad de Amilcingo, en Temoac, fomenta la construcción de hogares recurriendo al sistema tradicional a base de adobe, una técnica originaria que recurre a la tierra para la elaboración de bloques y que aún persiste en las comunidades indígenas del país.
De acuerdo con Jorge Velázquez Escalvazeta, de la Asamblea de la Resistencia de Amilcingo, la iniciativa se inspiró en el Proyecto Samir, a partir de la vivienda construida para la familia del activista Samir Flores Soberanes, quien fuera asesinado en 2019.
Recordó que tras la muerte del activista, se recaudaron fondos para la construcción de una vivienda para su esposa e hijos, de dos pisos con adobe.
“De ahí empieza a surgir esta iniciativa, porque trajeron el proyecto y nos gustó”, señala Jorge Velázquez.
El activista asegura que en el pueblo todavía existen casas que preservan algunas estructuras de adobe, si bien la mayoría de los habitantes han optado por erigir sus hogares con bloques de concreto. Con todo y eso, la nueva propuesta ha generado un renovado interés por recuperar la técnica originaria:
“Se usa tierra, zacate, baba de nopal y mortero”, explica Jorge.
Son materiales que se encuentran en la naturaleza y cuyo uso reduce significativamente el costo de construcción de una casa. Hasta la fecha, dos familias alzaron la mano para construir sus hogares con adobe, y se espera que en el transcurso del año el interés siga creciendo.
“Lo que estamos haciendo es socializarlo, que la gente aprenda a elaborar el adobe”, agrega Velázquez.
Así, el proyecto consiste en replicar este aprendizaje entre la comunidad y que cada familia pueda elaborarlo por su cuenta:
“Si la gente lo elabora, estaría ahorrándose mucho. Por ejemplo, el nopal se da en todas partes y por lo regular el que ocupamos lo regalan, porque son las pencas que los agricultores cortan al podar sus cultivos y las tiran, las avientan al surco para que se pudran y sirvan de abono, pero es lo que le da consistencia al adobe”.