Hay niños que tienen la fortuna de vivir bajo un techo al lado de una familia. Poder comer un plato de comida caliente todos los días. Calzar y vestir e incluso hasta tener juguetes para divertirse en sus ratos libres.

Pero también hay otros que carecen de todo lo anterior: viven a la intemperie, comen cada vez que se puede y, en el peor de los casos, no cuentan con una familia que los cuide y llene de amor.

En Morelos el número de niños en situación de calle va en aumento, de acuerdo con Miguel Ángel Chávez Díaz, presidente de la asociación civil CHADIM.

Agregó que en los últimos 10 meses en la entidad se ha visto un incremento de menores en estas condiciones, pero provenientes de otros países como Colombia, Cuba y Haití, lo cual les ha llamado la atención.

Consideró que esto se debe a que Morelos es un estado de paso hacia el norte del país, aunque muchos se quedan en la entidad al ver facilidades para obtener dinero, aunado a la poca atención y regulación por parte de las autoridades correspondientes.

Detalló que en la región oriente, específicamente en los municipios de Cuautla y Yautepec, reportan un mayor crecimiento de casos de niños y jóvenes en situación de calle.

Estimó que en cada municipio existe un promedio de 250 niños en esta condición y aclaró que se consideran niños y niñas todos aquellos menores de 18 años.

Dijo que del año 2018 a la fecha se calcula que en todo Morelos aumentaron en promedio 150 más niños en situación de calle, de acuerdo a los trabajos de investigación que los integrantes de la asociación han hecho.

“Si las autoridades de las áreas pertinentes como los DIF estatales, municipales o incluso el gobierno federal, no hacen nada por los niños mexicanos en situación de calle, dudo mucho que hagan algo por los de otros países”.

Chávez Díaz apuntó que existen dos categorías: niños de la calle y niños de la calle en situación de riesgo, siendo estos últimos los que además sufren amenazas y explotación por parte de los padres de familia o tutores.

En los casos de niños en situación de calle, nueve de cada 10 en algún momento de su vida probarán algún tipo de droga para que algunos continúen con su uso regular, mientras que seis niñas de cada 10 tendrán algún embarazo no deseado.

“Es complicado llevar estadísticas exactas o atender caso por caso, ya que para eso se necesitan recursos económicos que nosotros no tenemos. También es necesario ganarse su confianza y estar casi 24 horas con ellos, pero llevamos cuatro años haciendo esta labor y es por eso que nos damos cuenta del aumento de los menores”, concluyó.