Familiares de personas desaparecidas señalaron que las instituciones poco hacen para dar con el paradero de sus seres queridos e incluso son omisas, pues cuentan con testigos que han aportado datos pero no realizan las búsquedas a tiempo.
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“Han pasado casi diez años que mi hijo desapareció. Desde ese día, estoy muerto en vida, pero no descansaré hasta encontrarlo. Desapareció en el 2014; él, siendo joven con grandes sueños, respetuoso y que cuidaba de su familia, un buen día simplemente desapareció y las autoridades no han hecho nada. ¿Y qué hago yo con su ausencia, con su silla vacía en mi mesa?”, relató un hombre de 78 años originario de Cuautla, que prefirió guardar el anonimato.
Natty, una mujer que también busca a su hijo, narró que desde hace ocho meses fue privado de la libertad; esto ocurrió cuando sujetos arribaron a su trabajo y se lo llevaron.
Detalló que hubo varios testigos que aportaron datos del vehículo y características de quienes se lo llevaron, pero acusó que la autoridad tardó días para tomar toda esa información, lo cual provoca que se pierda cualquier dato que ayude a su localización.
De igual forma, Fanny acusó que la omisión de las autoridades los lleva a pasar años buscando a sus familiares:
“Muchas veces no encontramos la empatía en las instituciones. Ellos no saben lo que es vivir sin saber dónde está tu hijo. No entienden por qué nosotros buscamos hasta debajo de las piedras. No es humano vivir así, con la duda, sin saber dónde está ni cómo está. Varias veces voy a la Fiscalía para que pueda ayudar a encontrarlo, y la única respuesta que recibo es que tienen mucho trabajo”.
Al igual que ellos, otras cinco personas se dieron cita la mañana de este sábado 26 de agosto en el ayuntamiento de Cuautla, sitio desde donde fueron trasladados para la toma de muestras de ADN al Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH) ubicado en el municipio de Xochitepec.
En total, fueron ocho personas, principalmente de los municipios de Cuautla y Yecapixtla, quienes atendieron a la convocatoria para tomar sus muestras y hacer el cruce de información para la identificación de cuerpos que han sido encontrados.
La mayoría de quienes acudieron a realizar la toma de muestras narraron cómo, desde que desaparecieron sus seres queridos, principalmente hijos, han tenido que realizar la labor que le corresponde a la autoridad. Ello al referir que, a pesar de que con la tecnología de los teléfonos celulares se cuenta con ubicaciones, las autoridades se niegan a realizar la búsqueda y han sabido de casos en los que incluso se niegan a iniciar las denuncias.
Otra de las madres buscadoras contó que su hijo desapareció hace cuatro años cuando recibió una llamada durante su jornada laboral en Ocuituco, en la cual una mujer le dijo que tenía que ir a su casa porque había problemas; él salió y, a partir de ese momento, ya no supieron nada de él.
Los familiares de desaparecidos coincidieron en que continuarán con la búsqueda hasta donde les sea posible, pues muchas veces tienen que trasladarse a otros sitios en busca de indicios, con sus propios recursos.
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