A más de 120 años de la creación de la guardia civil de Hueyapan, por primera vez las mujeres tienen un lugar dentro de este cuerpo de seguridad regido por usos y costumbres, en el que los propios habitantes velan por la integridad de los cinco barrios y las rancherías que integran al municipio indígena. Sin embargo, las comandantes consideran que todavía hace falta mucho por lograr.
Así lo expuso Ángela Pérez Barrios, comandante de la guardia civil perteneciente al barrio de San Bartolo, para quien formar parte de la primera generación de mujeres es un hecho histórico:
"Ha pasado mucho tiempo y esta vez decidieron integrar a mujeres por la equidad de género, y ahí es donde afortunadamente me toca participar... Estamos viendo algo muy importante, porque es la seguridad de la ciudadanía y de todo el municipio indígena, así que es un papel importante en el que nos encontramos mis compañeras y yo", dijo Pérez Barrios.
La guardia civil de Hueyapan fue creada oficialmente en 1896, aunque los habitantes consideran que este mecanismo de seguridad debió existir tiempo antes.
En sus primeros años, el papel de la guardia era proteger a la comunidad indígena de los ataques que tuvieron lugar durante la Revolución Mexicana, así como del rapto de jóvenes por parte de los revolucionarios. Hoy en día, los comandantes son quienes responden ante la comisión de delitos y otros incidentes, de manera que fungen como enlace entre la población y las autoridades policiacas.
"Nuestro trabajo es la seguridad del pueblo, de nuestros barrios y nuestra gente. La ciudadanía nos da la oportunidad de servirles, porque nos conocen como vecinos, así que tienen más confianza con nosotros que con la policía, porque ellos vienen de fuera", dice Pedro Morales, coordinador de la guardia civil.
A pesar de esto, Pérez Barrios considera que aún hay mucho por hacer para lograr que tanto hombres como mujeres, puedan desempeñar sus funciones en las mejores condiciones, como contar con equipo de seguridad para hacer frente a situaciones que pongan en riesgo sus vidas e incluso la facultad de contar con armas de fuego.
"Nos gustaría tocar puertas para ver hasta dónde podemos obtener algo para la seguridad de nuestra propia persona, porque hay problemas que de repente son complicados, en los que tenemos que participar y ayudar a la gente conforme a nuestro entendimiento y lo que sabemos", expuso Pérez Barrios.
La guardia civil de Hueyapan está integrada por 10 pobladores, dos por cada barrio, cinco mujeres y cinco hombres se organizan diariamente para hacer rondines en las comunidades desde una camioneta, brindando auxilio a la población.
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