/ jueves 28 de septiembre de 2023

Colombia y su transición de imagen a nivel internacional ¿Ha cambiado realmente?

Andrea Morales Martínez y Santiago Ramos Ortíz


El pasado mes de julio (mes patrio en esta tierra andina), nos adentramos en uno de los países que más ha luchado por limpiar su imagen a nivel internacional. Aquella imagen que fue deteriorada durante años, producto de problemas sociales internos, malos manejos gubernamentales, abusos de autoridad, conflictos armados de paramilitares y guerrilleros, y claro, personajes famosos que mancharon la historia de una nación aterrorizando a su población, cuyo miedo crecía día con día, a raíz de la destrucción, tristeza y dolor que se vivía en este territorio.

Pero, ¿realmente lo ha logrado el país ahora en manos de Gustavo Petro? Después de haber aterrizado en el Aeropuerto El Dorado (uno de los más modernos y con más rutas aéreas de toda América Latina), caminando en la Bolívar, cruzando hacia la Torre Colpatria o abordo del Transmilenio (transporte colectivo en la capital) uno puede observar los mismos problemas sociales de pobreza y desigualdad que han hecho presencia en la América del Sur desde décadas atrás.

Entre la lluvia fría, la música andina de fondo y muchas palomas en la Plaza de Bolívar, se sigue sintiendo fuertemente la misma ideología que ascendió a la Marea Rosa a principios de los años 2000. Un grafiti con letrero “Patria o muerte”, “El pueblo unido jamás será vencido” y la inmortalización del Che Guevara en retratos del tamaño de un muro.

Preguntando a la gente, el resentimiento a la presencia estadounidense es notorio, no solo en la capital, sino en todo el país, siendo así que al llegar a una de las ciudades cercanas a su vecino Venezuela, residentes de Santa Marta expresaban su descontento con opiniones como “El gobierno ya vendió nuestro patria a los del norte” debido a la creciente llegada de empresas extranjeras multinacionales dentro del país; y es así que los cliente locales prefieren consumir marcas 100% colombianas, teniendo como ejemplo que durante nuestra travesía vimos establecimientos del famoso café Juan Valdéz en lugar de Starbucks o la cadena de supermercados Olímpica siendo la marca líder en su sector, en vez de una tienda Walmart.

“Si Latinoamérica se uniera de verdad, nada nos pararía, pero somos envidiosos, siempre tiramos de nuestro lado por nuestro beneficio” dijo un taxista cuyo origen es del territorio vecino, y vive desde hace más de 20 años en tierra colombiana, compartiendo el mismo pensamiento que “El libertador de América”, Simón Bolívar, aquel personaje que predicó hace más de 2 siglos dicha ideología. Haciendo referencia a todas aquellas alianzas e integraciones donde participó Colombia, que en su momento dieron de qué hablar y hoy en día fallaron, se encuentran disueltas o tienen aportación mínima al crecimiento de su presencia internacional, tales como G3, Comunidad Andina o la Unión de Naciones Suramericanas.

Hoy en día la presencia del país no solo ha sido relevante en temas de materia política, económica o social; sino que el gobierno ha optado por dar a conocer sus mayores riquezas culturales a través de fortalecer el sector turístico en ciertas ciudades alrededor de la nación. “En Colombia el único riesgo es querer quedarse” fue el lema oficial de una de las campañas promovidas por el gobierno (de la mano de celebridades colombianas como Shakira, Carlos Vives o Juanes) para atraer turistas a visitar el país; y certeramente podemos decir que ha ido funcionando, ya que al interactuar nosotros con visitantes locales, uruguayos, gente de Quebec, Rotterdam e incluso Copenhague, tienen ahora buena imagen de la tierra productora de café llegando así a denominarlo como “un gran destino turístico” gracias a sus zonas naturales como las playas de Cartagena, las dunas de La Guajira o el Parque Nacional Tayrona; o a su extensa cultura musical o gastronómica, como los bailes tradicionales por las calles de Cali, la arepa colombiana, el café, la bandeja paisa o el carnaval de Barranquilla (el segundo más grande de Latinoamérica) que permiten dar a conocer los gustos y costumbres de su gente.

En tierra paisa (Medellín), ciudad que fue más afectada por personajes que intimidaron y hundieron a toda la nación durante más de 10 años, y cuya gente local sigue recordando y contando anécdotas de lo sucedido, hoy en día, se esfuerza esta ciudad por atraer turistas tanto locales como extranjeros, para que puedan no solo conocer los principales sitios, como la plaza de Botero (uno de los principales artistas colombianos de su historia) o el peñol y pueblo de Guatapé, sino también conocer parte de su historia (como la famosa Comuna 13, lugar que en el pasado fue sede de violencia, delincuencia y ataques que la llevaron a tener mala fama, y la segunda fosa común más grande de Latinoamérica (apenas debajo de la ubicada en Santiago de Chile en tiempos de Augusto Pinochet), y hoy en día, con las remodelaciones, inversiones y arte urbano que ha levantado el nombre de este lugar, lo han posicionado como una de las paradas imperdibles de los turistas.

Finalmente, la buena imagen que ha conseguido crear poco a poco, ha logrado un avance en la inversión extranjera, ya que ha crecido considerablemente en ciudades como Barranquilla, en el departamento del Atlántico, la llegada de un sinfín de empresas para lograr industrializar dicha zona, con fines de atraer empleo y educación para mejorar la calidad de vida y levantar el nombre de Colombia convirtiéndolo no en la nación delictiva y violenta que su pasado y las series de Netflix nos hacen pensar, sino en aquella tierra próspera, con cada vez mayor presencia internacional, inversión, infraestructura, turismo y trabajo que puede llegar a ser.


Andrea Morales Martínez y Santiago Ramos Ortíz son alumnos de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la ESCA Santo Tomás.


Andrea Morales Martínez y Santiago Ramos Ortíz


El pasado mes de julio (mes patrio en esta tierra andina), nos adentramos en uno de los países que más ha luchado por limpiar su imagen a nivel internacional. Aquella imagen que fue deteriorada durante años, producto de problemas sociales internos, malos manejos gubernamentales, abusos de autoridad, conflictos armados de paramilitares y guerrilleros, y claro, personajes famosos que mancharon la historia de una nación aterrorizando a su población, cuyo miedo crecía día con día, a raíz de la destrucción, tristeza y dolor que se vivía en este territorio.

Pero, ¿realmente lo ha logrado el país ahora en manos de Gustavo Petro? Después de haber aterrizado en el Aeropuerto El Dorado (uno de los más modernos y con más rutas aéreas de toda América Latina), caminando en la Bolívar, cruzando hacia la Torre Colpatria o abordo del Transmilenio (transporte colectivo en la capital) uno puede observar los mismos problemas sociales de pobreza y desigualdad que han hecho presencia en la América del Sur desde décadas atrás.

Entre la lluvia fría, la música andina de fondo y muchas palomas en la Plaza de Bolívar, se sigue sintiendo fuertemente la misma ideología que ascendió a la Marea Rosa a principios de los años 2000. Un grafiti con letrero “Patria o muerte”, “El pueblo unido jamás será vencido” y la inmortalización del Che Guevara en retratos del tamaño de un muro.

Preguntando a la gente, el resentimiento a la presencia estadounidense es notorio, no solo en la capital, sino en todo el país, siendo así que al llegar a una de las ciudades cercanas a su vecino Venezuela, residentes de Santa Marta expresaban su descontento con opiniones como “El gobierno ya vendió nuestro patria a los del norte” debido a la creciente llegada de empresas extranjeras multinacionales dentro del país; y es así que los cliente locales prefieren consumir marcas 100% colombianas, teniendo como ejemplo que durante nuestra travesía vimos establecimientos del famoso café Juan Valdéz en lugar de Starbucks o la cadena de supermercados Olímpica siendo la marca líder en su sector, en vez de una tienda Walmart.

“Si Latinoamérica se uniera de verdad, nada nos pararía, pero somos envidiosos, siempre tiramos de nuestro lado por nuestro beneficio” dijo un taxista cuyo origen es del territorio vecino, y vive desde hace más de 20 años en tierra colombiana, compartiendo el mismo pensamiento que “El libertador de América”, Simón Bolívar, aquel personaje que predicó hace más de 2 siglos dicha ideología. Haciendo referencia a todas aquellas alianzas e integraciones donde participó Colombia, que en su momento dieron de qué hablar y hoy en día fallaron, se encuentran disueltas o tienen aportación mínima al crecimiento de su presencia internacional, tales como G3, Comunidad Andina o la Unión de Naciones Suramericanas.

Hoy en día la presencia del país no solo ha sido relevante en temas de materia política, económica o social; sino que el gobierno ha optado por dar a conocer sus mayores riquezas culturales a través de fortalecer el sector turístico en ciertas ciudades alrededor de la nación. “En Colombia el único riesgo es querer quedarse” fue el lema oficial de una de las campañas promovidas por el gobierno (de la mano de celebridades colombianas como Shakira, Carlos Vives o Juanes) para atraer turistas a visitar el país; y certeramente podemos decir que ha ido funcionando, ya que al interactuar nosotros con visitantes locales, uruguayos, gente de Quebec, Rotterdam e incluso Copenhague, tienen ahora buena imagen de la tierra productora de café llegando así a denominarlo como “un gran destino turístico” gracias a sus zonas naturales como las playas de Cartagena, las dunas de La Guajira o el Parque Nacional Tayrona; o a su extensa cultura musical o gastronómica, como los bailes tradicionales por las calles de Cali, la arepa colombiana, el café, la bandeja paisa o el carnaval de Barranquilla (el segundo más grande de Latinoamérica) que permiten dar a conocer los gustos y costumbres de su gente.

En tierra paisa (Medellín), ciudad que fue más afectada por personajes que intimidaron y hundieron a toda la nación durante más de 10 años, y cuya gente local sigue recordando y contando anécdotas de lo sucedido, hoy en día, se esfuerza esta ciudad por atraer turistas tanto locales como extranjeros, para que puedan no solo conocer los principales sitios, como la plaza de Botero (uno de los principales artistas colombianos de su historia) o el peñol y pueblo de Guatapé, sino también conocer parte de su historia (como la famosa Comuna 13, lugar que en el pasado fue sede de violencia, delincuencia y ataques que la llevaron a tener mala fama, y la segunda fosa común más grande de Latinoamérica (apenas debajo de la ubicada en Santiago de Chile en tiempos de Augusto Pinochet), y hoy en día, con las remodelaciones, inversiones y arte urbano que ha levantado el nombre de este lugar, lo han posicionado como una de las paradas imperdibles de los turistas.

Finalmente, la buena imagen que ha conseguido crear poco a poco, ha logrado un avance en la inversión extranjera, ya que ha crecido considerablemente en ciudades como Barranquilla, en el departamento del Atlántico, la llegada de un sinfín de empresas para lograr industrializar dicha zona, con fines de atraer empleo y educación para mejorar la calidad de vida y levantar el nombre de Colombia convirtiéndolo no en la nación delictiva y violenta que su pasado y las series de Netflix nos hacen pensar, sino en aquella tierra próspera, con cada vez mayor presencia internacional, inversión, infraestructura, turismo y trabajo que puede llegar a ser.


Andrea Morales Martínez y Santiago Ramos Ortíz son alumnos de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la ESCA Santo Tomás.