Gloria Edith Guerra Aguilar
El impacto de Spotify en el mundo de la música es innegable pues ha transformado la experiencia auditiva con su lanzamiento en 2008. Daniel Ek y Martin Lorentzo crearon una plataforma que va más allá de la simple reproducción de canciones, abarcando podcast, música en línea y fuera de línea, entre otras funciones.
La clave del éxito de Spotify radica en su extensa biblioteca y un algoritmo inteligente que adapta las recomendaciones a los gustos individuales. Su flexibilidad en los costos de suscripción y una interfaz intuitiva consolidan su posición como el gigante en la industria del audio.
En el transcurso de este año, Spotify ha evolucionado al incorporar la ubicación geográfica en la ecuación musical del usuario. Esta actualización destaca la dimensión global de la plataforma, pero plantea interrogantes sobre su alcance en los países menos desarrollados, revelando una disparidad en la influencia de la globalización, de hecho, esta se encuentra muy lejos de ser solo un fenómeno económico y cultural, se presenta como una fuerza transformadora que distorsiona las identidades nacionales. La cual plantea las siguientes interrogantes: ¿Por qué Spotify a pesar de ser un gigante no ha llegado a países cuya presencia en la escena musical global es limitada? ¿Es por falta de rentabilidad, limitaciones tecnológicas o la focalización de la globalización en ciertos países?
La verdad es que la industria musical global sigue orientada hacia los perfiles tradicionales marcados por el mercado occidental. Desde este lado del mundo, la aceptación de la música estadounidense es evidente con artistas como Beyoncé y Taylor Swift predominando en las listas. Este fenómeno implica que la mayoría ha escuchado alguna de sus canciones.
Es en este contexto que México se encuentra en un grupo selecto de países con la tecnología necesaria para plataformas como Spotify. Aunque no alcanza el nivel de industrialización de algunos, cuenta con un mercado sólido y una capacidad de pago considerable para las grandes cadenas internacionales. La expansión de empresas como Spotify se facilita en países con economías estables y una afinidad cultural hacia los poderes globales tradicionales, como es el caso de la República Mexicana.
En última instancia, estas situaciones y contextos revelan cómo las grandes empresas aprovechan la historia y la identidad cultural de las naciones para su expansión.
La conquista, que en algún momento fue con armas, ahora se manifiesta como comercial e ideológica. Spotify como parte de este fenómeno continúa moldeando la percepción musical mundial, aunque aún enfrenta desafíos para llegar a todos los rincones del mundo.
La expansión de Spotify hacia nuevos territorios con realidades económicas y tecnológicas diversas presenta desafíos considerables. A pesar de su éxito en países consolidados, la empresa se encuentra con barreras significativas al adentrarse en naciones donde la conectividad y la infraestructura tecnológica son limitadas. Además, la percepción cultural desempeña un papel fundamental, ya que la preferencia musical varía considerablemente de un lugar a otro.
En muchos países, la música local ocupa un lugar central en la escena auditiva y la penetración de artistas internacionales puede resultar complicada. La diversidad cultural se convierte en un obstáculo para plataformas como Spotify que han sido modeladas por patrones predominantemente occidentales, sin embargo, la compañía puede capitalizar esta diversidad al colaborar con artistas locales y ofrecer contenido más personalizado.
La rentabilidad también surge como un factor crucial en la expansión global de Spotify. En naciones menos desarrolladas, los modelos de suscripción pueden ser menos asequibles para la población, lo que afecta directamente la viabilidad financiera de la plataforma. Aquí es donde la empresa debe innovar considerando estrategias de precios diferenciados, asociaciones locales y modelos de negocio adaptados a las realidades económicas específicas de cada región, si es que la intención es llegar a ellas.
La tecnología, aunque ha avanzado de manera significativa, todavía no llega a todos los rincones del mundo de manera equitativa. En algunas áreas la conectividad a internet es limitada, lo que dificulta la apropiación masiva de plataformas de transmisión de música en línea. Es aquí donde Spotify podría desempeñar un papel clave al impulsar iniciativas que mejoren la infraestructura tecnológica en estas regiones, permitiendo así una mayor participación de la audiencia. Es por ello que resulta esencial abordar la cuestión de si la globalización está enfocada en ciertos países imperialistas.
Actualmente existe una percepción arraigada de que las grandes empresas, incluidas las de la industria del entretenimiento, tienden a favorecer los intereses de las potencias económicas, sin embargo, la globalización debería aspirar a ser inclusiva, trascendiendo las divisiones geográficas y culturales, ¿No es así? La música, como forma de expresión mundial tiene el poder de unir a las personas a través de fronteras.
Spotify, al reconocer este punto a su favor, podría desempeñar un papel fundamental en la construcción de puentes culturales y en la promoción de la diversidad musical en todo el mundo, además que ayudaría a cerrar la brecha de segregación geográfica que existe. Esto implicaría no solo la disponibilidad de contenido local, sino también la creación y aceptación de contenido auditivo que venga de todo el mundo.
¿Acaso la expansión global de Spotify no se convierte en un intrigante viaje, trascendiendo más allá de la mera distribución de contenido musical? ¿No se torna en un desafío apasionante que demanda una comprensión profunda de las complejidades culturales, económicas y tecnológicas e inclusive políticas de cada región? En su búsqueda por conquistar nuevos horizontes, ¿podría Spotify ser un catalizador para abrazar la diversidad, innovar en modelos de negocio y derribar las barreras que limitan el acceso a la música en todo el mundo? ¿No sería este el momento de reflexionar sobre la influencia de la cultura occidental, la noción de países imperialistas y la música como un "idioma común" capaz de unir a las personas alrededor del globo?
Podría decirse que la expansión global de Spotify es un viaje complejo que va más allá de la simple distribución de contenido musical. Requiere una comprensión profunda de las complejidades implícitas. A medida que la empresa busca llegar a nuevos horizontes, debe abrazar la diversidad, innovar en modelos de negocio y trabajar para superar las barreras que impiden el acceso equitativo a la música en todo el mundo.
GLORIA EDITH GUERRA AGUILAR es alumna de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la ESCA Santo Tomás.