/ jueves 26 de abril de 2018

Identidad y Orgullo

La globalización ha sido una tendencia que ha avanzado de manera inexorable tratando de conjuntar bajo un todo a países y poblaciones dentro de un discurso de integración dominado por intereses comerciales y económicos que promueven la economía de mercado como un modelo de desarrollo avanzado y de beneficio total para el mundo.


El debate sobre el modelo de globalización económica ha encontrado diversas vertientes, desde la ponderación de lo valioso que resulta el intercambio del conocimiento puesto al servicio de la sociedad global, como de las barreras ideológicas y de otro tipo al fenómeno migratorio que ha crecido a la par del impulso al libre intercambio comercial.


Un aspecto que de manera particular merece una reflexión profunda tiene que ver con la transformación cultural que se observa en la sociedad global. Si bien es cierto que existen países cuya historia fortalece un legado que se preserva y da identidad a su formación como Estado, también lo es que hay una serie de factores que algunos consideran como elementos subyacentes al fenómeno de la globalización y que se expresan en conductas que se basan en códigos de comunicación que no necesariamente responden o pertenecen a la educación y demás elementos que dan identidad a la sociedad de un determinado territorio.


México es una nación que cuenta con una rica y profunda cultura que se formó en el crisol de una historia compleja y que hoy se mantiene como un frente de identidad que da cohesión una sociedad diversa y que integra un mosaico que nos plantea múltiples retos y nos brinda también grandes posibilidades.


En ese contexto, Morelos –siendo una de las entidades de la República con menor extensión territorial– presenta una riqueza cultural propia que conjuga una historia con la presencia de una sociedad dinámica y demandante que ha sido el motor de la contante transformación de su realidad.


La presencia hoy de un componente significativo de población indígena que se interrelaciona con grupos de inmigrantes de tierras cercanas y remotas, junto con las generaciones que se han formado en un territorio con una biodiversidad altamente apreciada, son elementos que nutren una riqueza sociocultural que muchas veces no es apreciada por quienes no se han alimentado del espíritu que identifica a los morelenses.


Para quienes nos hemos nutrido de esta rica cuna y que hemos crecido en un entorno que amamos por su benévolo trato, nos duele ver el abuso de que ha sido esta tierra y sus habitantes.


Es por ello que hoy, la identidad que nos hace sentirnos y ser hijos de Morelos, nos debe mover con orgullo a recuperar nuestro estado, para nuestros hijos y las futuras generaciones.


Twitter: @CaballeroSolano

Facebook: Manuel Caballero Solano

La globalización ha sido una tendencia que ha avanzado de manera inexorable tratando de conjuntar bajo un todo a países y poblaciones dentro de un discurso de integración dominado por intereses comerciales y económicos que promueven la economía de mercado como un modelo de desarrollo avanzado y de beneficio total para el mundo.


El debate sobre el modelo de globalización económica ha encontrado diversas vertientes, desde la ponderación de lo valioso que resulta el intercambio del conocimiento puesto al servicio de la sociedad global, como de las barreras ideológicas y de otro tipo al fenómeno migratorio que ha crecido a la par del impulso al libre intercambio comercial.


Un aspecto que de manera particular merece una reflexión profunda tiene que ver con la transformación cultural que se observa en la sociedad global. Si bien es cierto que existen países cuya historia fortalece un legado que se preserva y da identidad a su formación como Estado, también lo es que hay una serie de factores que algunos consideran como elementos subyacentes al fenómeno de la globalización y que se expresan en conductas que se basan en códigos de comunicación que no necesariamente responden o pertenecen a la educación y demás elementos que dan identidad a la sociedad de un determinado territorio.


México es una nación que cuenta con una rica y profunda cultura que se formó en el crisol de una historia compleja y que hoy se mantiene como un frente de identidad que da cohesión una sociedad diversa y que integra un mosaico que nos plantea múltiples retos y nos brinda también grandes posibilidades.


En ese contexto, Morelos –siendo una de las entidades de la República con menor extensión territorial– presenta una riqueza cultural propia que conjuga una historia con la presencia de una sociedad dinámica y demandante que ha sido el motor de la contante transformación de su realidad.


La presencia hoy de un componente significativo de población indígena que se interrelaciona con grupos de inmigrantes de tierras cercanas y remotas, junto con las generaciones que se han formado en un territorio con una biodiversidad altamente apreciada, son elementos que nutren una riqueza sociocultural que muchas veces no es apreciada por quienes no se han alimentado del espíritu que identifica a los morelenses.


Para quienes nos hemos nutrido de esta rica cuna y que hemos crecido en un entorno que amamos por su benévolo trato, nos duele ver el abuso de que ha sido esta tierra y sus habitantes.


Es por ello que hoy, la identidad que nos hace sentirnos y ser hijos de Morelos, nos debe mover con orgullo a recuperar nuestro estado, para nuestros hijos y las futuras generaciones.


Twitter: @CaballeroSolano

Facebook: Manuel Caballero Solano

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