/ miércoles 22 de mayo de 2024

Día del estudiante

Como universitaria que soy, no puedo dejar pasar la conmemoración del día del estudiante. Una fecha que en los últimos años ha resultado primeramente festiva como una significación de los estudiantes sobre todo de educación superior. Luego, una festividad que deriva en cultural.

Me parece importante hacer un poco de memoria y recordar lo que dio pauta a la fijación del 23 de mayo de cada año como un día conmemorativo especialmente de los estudiantes universitarios.

Fue creada la universidad en 1910, en tiempos aún de Porfirio Díaz, inicialmente el entonces Ministro de Instrucción Pública era el jefe de la universidad y el presidente nombraba al rector de la misma. Pasaron casi 20 años cuando se comenzó a abordar la necesaria autonomía de la UNAM respecto de la autoridad del estado, o mejor dicho, del gobierno federal. Una solicitud que, por supuesto, tuvo un inicial rechazo por parte del entonces presidente provisional Emilio Portes Gil, debido al asesinato de Álvaro Obregón. Fue creciendo la conciencia respecto de esta necesidad entre el alumnado universitario sin que ello fuera visto con buenos ojos por el jefe del ejecutivo.

Las autoridades universitarias de la facultad cambiaron fechas de exámenes. Fue entonces cuando el equipo alumnado de la facultad de derecho y ciencias sociales organizado en un “comité provisional de huelga” se constituye para resolver el conflicto existente que sin resultados positivos propusieron la declaración de “huelga”, a lo que el gobierno federal respondió con su clausura y la represión a los alumnos en huelga. Era 23 de mayo de 1929.

Lo que siguió fue un forcejeo político entre autoridades universitarias, gobierno y estudiantes con una gran tensión que incluyó marchas y protestas exigiendo la autonomía y la cancelación de reconocimientos semestrales de estudios por escrito propuestos por la Escuela Nacional de Jurisprudencia. El fruto de este forcejeo fue la aceptación del presidente de esta exigencia el 29 de mayo. Fue importante la participación del jefe de la UNAM José Manuel Puig Casauranc. Se publicó en medios:

“A las doce y media horas se retiraron las tropas. A las diecisiete tenía lugar, en la Facultad de Derecho, un mítin. Se homenajeó a los heridos del 23 y se exigió que el 23 de mayo fuera declarado Día del Estudiante y que en la Plaza de Santo Domingo fuera colocada una placa con el texto Plaza 23 de Mayo. El doctor Puig Casauranc se declaró a favor, y placas fueron colocadas… unos días más tarde”

Así que, recordemos los motivos de nuestra conmemoración y tomemos conciencia de la importancia de la participación política y social de los universitarios cuyas iniciativas han de coadyuvar al bienestar de los morelenses.

Como universitaria que soy, no puedo dejar pasar la conmemoración del día del estudiante. Una fecha que en los últimos años ha resultado primeramente festiva como una significación de los estudiantes sobre todo de educación superior. Luego, una festividad que deriva en cultural.

Me parece importante hacer un poco de memoria y recordar lo que dio pauta a la fijación del 23 de mayo de cada año como un día conmemorativo especialmente de los estudiantes universitarios.

Fue creada la universidad en 1910, en tiempos aún de Porfirio Díaz, inicialmente el entonces Ministro de Instrucción Pública era el jefe de la universidad y el presidente nombraba al rector de la misma. Pasaron casi 20 años cuando se comenzó a abordar la necesaria autonomía de la UNAM respecto de la autoridad del estado, o mejor dicho, del gobierno federal. Una solicitud que, por supuesto, tuvo un inicial rechazo por parte del entonces presidente provisional Emilio Portes Gil, debido al asesinato de Álvaro Obregón. Fue creciendo la conciencia respecto de esta necesidad entre el alumnado universitario sin que ello fuera visto con buenos ojos por el jefe del ejecutivo.

Las autoridades universitarias de la facultad cambiaron fechas de exámenes. Fue entonces cuando el equipo alumnado de la facultad de derecho y ciencias sociales organizado en un “comité provisional de huelga” se constituye para resolver el conflicto existente que sin resultados positivos propusieron la declaración de “huelga”, a lo que el gobierno federal respondió con su clausura y la represión a los alumnos en huelga. Era 23 de mayo de 1929.

Lo que siguió fue un forcejeo político entre autoridades universitarias, gobierno y estudiantes con una gran tensión que incluyó marchas y protestas exigiendo la autonomía y la cancelación de reconocimientos semestrales de estudios por escrito propuestos por la Escuela Nacional de Jurisprudencia. El fruto de este forcejeo fue la aceptación del presidente de esta exigencia el 29 de mayo. Fue importante la participación del jefe de la UNAM José Manuel Puig Casauranc. Se publicó en medios:

“A las doce y media horas se retiraron las tropas. A las diecisiete tenía lugar, en la Facultad de Derecho, un mítin. Se homenajeó a los heridos del 23 y se exigió que el 23 de mayo fuera declarado Día del Estudiante y que en la Plaza de Santo Domingo fuera colocada una placa con el texto Plaza 23 de Mayo. El doctor Puig Casauranc se declaró a favor, y placas fueron colocadas… unos días más tarde”

Así que, recordemos los motivos de nuestra conmemoración y tomemos conciencia de la importancia de la participación política y social de los universitarios cuyas iniciativas han de coadyuvar al bienestar de los morelenses.