/ martes 11 de julio de 2023

Fernanda Deschamps: El arte es expresión e identidad cultural y nacional

La artista radicada en Morelos desde hace años ha hecho en Cuernavaca gran parte de su proceso creativo y desarrollo artístico, consolidándose como pintora

“Fui una niña que siempre dibujó, desde muy chiquita, apenas tenía una crayola o un lápiz, ya estaba rayando y haciendo dibujos. Ya más grande mi mamá me fue encausando en las artes, me enseñó a dibujar, a tomar medidas y hacer las cosas con proporción, que desde un punto académico considero fundamental para representar la realidad”, expresa Fernanda Deschamps.

Durante la época de la secundaria era muy fan de los grupos de música ingleses de rock y new age, y le encantaba hacer retratos de los integrantes de Duran Duran y de Bono, de U2, para regalárselos a sus amigas.

“Me empezó a gustar mucho hacer retratos y lo hacía sin pretensiones, pero tiempo después un tío se dio cuenta que me quedaban más o menos bien las caras (risas), y me encargó mi primer retrato. Entonces ya era algo serio y donde me daban una retribución, eso fue en 1993 aproximadamente y lo hice de una manera autodidacta porque realmente no había tenido una formación profesional”.

Con el paso del tiempo siguió creando de forma autodidacta hasta que llegó la hora de tomar una decisión para su camino profesional, y estudió la Licenciatura en Historia del Arte.

“A mi mamá le daba miedo que estudiara Artes Plásticas porque no me fuera a pervertir, y con ese temor, de la difícil situación de los artistas, como si no tuvieran el suficiente talento de vivir de lo que hacen”.

En su obra Fernanda muestra la mirada lúdica, íntima, autorreferencial —en algunos casos— que seductoramente nos convida a adentrarnos a un mundo de sensaciones. Mundo cuya afluente primigenia se encuentra en la niñez, tiempo en el que ella misma moldeó su discurso estético. No es casualidad, por eso, que la fantasía y la realidad, lo onírico y lo real, lo figurativo y lo abstracto, conviven en su propuesta de forma armónica.

“Me gusta mucho plasmar paisajes en mi obra, porque son una manera de practicar la fuerza del color, el dibujo y las texturas. Pero la mayor parte de mi trabajo se enfoca en los retratos, tomo la figura humana como una metáfora de una idea o de un fragmento de poesía”.

Para presentar su trabajo, con el apoyo de su mamá buscó museos y casas de cultura, realizando importantes exposiciones principalmente en Ciudad de México y Cuernavaca.

“Mi primera exposición fue en la Casa de Cultura Reyes Heroles, en Coyoacán, y se vendieron todos mis cuadros, fue increíble iniciar con el pie derecho”.

Asimismo, Fernanda recuerda que en ese momento estudiaba en el Museo Nacional de la Acuarela que dirigía Alfredo Guati Rojo, y ahí realizó diversas exposiciones como alumna en los distintos salones, primero en los de aficionados y poco a poco entre los de más trayectoria.

“Alfredo Guati Rojo fue uno de mis grandes maestros de acuarela, una técnica que me encanta, porque a pesar de que tiene la fama de ser sumamente difícil, puedes tener un dibujo muy bien esclarecido para que con el agua, que es profundamente, haga lo que quiera. El dibujo es la parte estructural, rígida y el agua es la locura y la emoción, es una forma muy ecuánime de crear algo”.

Fernanda tomó cursos de técnicas y creatividad con Conrado Domínguez. Con José Luis Cuevas, en el Centro Morelense de las Artes (CMA) y con Enrique Cattaneo, con quien aprendió técnicas de grabado y estampación, tema del que hizo su tesis de licenciatura.

“Podría decir que no me acabo de formar porque los artistas debemos seguir estudiando constantemente, dibujar y nunca dejar de hacerlo”.

En Cuernavaca ha realizado exposiciones en La Tallera, Museo de la Ciudad de Cuernavaca (Mucic), el Jardín Borda y el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano, entre otros.

“En Cuernavaca habemos muchos artistas, y a las autoridades (quiero) decirles que se requieren muchos espacios para todas las disciplinas y presupuestos para la educación y exposición del talento”.

En 2002 fue invitada al proyecto Dos momentos: Plástica de la Zona Centro, del Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes, donde compartió espacio con Gilberto Aceves Navarro, Rafael Coronel, Rafael Cauduro, Luis Nishizawa, Rufino Tamayo y Francisco Toledo.

De la misma manera, en 2006 su pintura El otro Ángel, ¿de la Independencia? fue seleccionada, de entre más de 2000 obras de todo el continente, en la Primera Bienal de Dibujo de las Américas Rafael Cauduro.

Su calidad artística le otorgó el primer lugar del Sexto Concurso de Retrato Autores UNAM 2018 con la obra titulada Edmundo O’Gorman.

Fernanda ha compartido su talento y experiencia con las nuevas generaciones a través de la docencia a nivel universitario, impartiendo clases de Historia de la Arquitectura e Historia del Mobiliario, experiencia que ha sido muy enriquecedora.

Asimismo, menciona que otras artes como la música y la poesía han sido parte fundamental de su proceso creativo e inspiración. Aunque al momento de pintar o dibujar en el lienzo prefiere el ambiente en total silencio.

“Voltear la mirada a otras disciplinas artísticas es riquísimo, porque como pintora enriquece mucho las ideas y el lenguaje plástico”.

Finalmente, Deschamps menciona que su próximo proyecto pictórico aborda la temática de hacer conciencia acerca de las violencias normalizadas que hay en el seno de las familias.

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Facebook: /fernandadeschampsartistavisual


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“Fui una niña que siempre dibujó, desde muy chiquita, apenas tenía una crayola o un lápiz, ya estaba rayando y haciendo dibujos. Ya más grande mi mamá me fue encausando en las artes, me enseñó a dibujar, a tomar medidas y hacer las cosas con proporción, que desde un punto académico considero fundamental para representar la realidad”, expresa Fernanda Deschamps.

Durante la época de la secundaria era muy fan de los grupos de música ingleses de rock y new age, y le encantaba hacer retratos de los integrantes de Duran Duran y de Bono, de U2, para regalárselos a sus amigas.

“Me empezó a gustar mucho hacer retratos y lo hacía sin pretensiones, pero tiempo después un tío se dio cuenta que me quedaban más o menos bien las caras (risas), y me encargó mi primer retrato. Entonces ya era algo serio y donde me daban una retribución, eso fue en 1993 aproximadamente y lo hice de una manera autodidacta porque realmente no había tenido una formación profesional”.

Con el paso del tiempo siguió creando de forma autodidacta hasta que llegó la hora de tomar una decisión para su camino profesional, y estudió la Licenciatura en Historia del Arte.

“A mi mamá le daba miedo que estudiara Artes Plásticas porque no me fuera a pervertir, y con ese temor, de la difícil situación de los artistas, como si no tuvieran el suficiente talento de vivir de lo que hacen”.

En su obra Fernanda muestra la mirada lúdica, íntima, autorreferencial —en algunos casos— que seductoramente nos convida a adentrarnos a un mundo de sensaciones. Mundo cuya afluente primigenia se encuentra en la niñez, tiempo en el que ella misma moldeó su discurso estético. No es casualidad, por eso, que la fantasía y la realidad, lo onírico y lo real, lo figurativo y lo abstracto, conviven en su propuesta de forma armónica.

“Me gusta mucho plasmar paisajes en mi obra, porque son una manera de practicar la fuerza del color, el dibujo y las texturas. Pero la mayor parte de mi trabajo se enfoca en los retratos, tomo la figura humana como una metáfora de una idea o de un fragmento de poesía”.

Para presentar su trabajo, con el apoyo de su mamá buscó museos y casas de cultura, realizando importantes exposiciones principalmente en Ciudad de México y Cuernavaca.

“Mi primera exposición fue en la Casa de Cultura Reyes Heroles, en Coyoacán, y se vendieron todos mis cuadros, fue increíble iniciar con el pie derecho”.

Asimismo, Fernanda recuerda que en ese momento estudiaba en el Museo Nacional de la Acuarela que dirigía Alfredo Guati Rojo, y ahí realizó diversas exposiciones como alumna en los distintos salones, primero en los de aficionados y poco a poco entre los de más trayectoria.

“Alfredo Guati Rojo fue uno de mis grandes maestros de acuarela, una técnica que me encanta, porque a pesar de que tiene la fama de ser sumamente difícil, puedes tener un dibujo muy bien esclarecido para que con el agua, que es profundamente, haga lo que quiera. El dibujo es la parte estructural, rígida y el agua es la locura y la emoción, es una forma muy ecuánime de crear algo”.

Fernanda tomó cursos de técnicas y creatividad con Conrado Domínguez. Con José Luis Cuevas, en el Centro Morelense de las Artes (CMA) y con Enrique Cattaneo, con quien aprendió técnicas de grabado y estampación, tema del que hizo su tesis de licenciatura.

“Podría decir que no me acabo de formar porque los artistas debemos seguir estudiando constantemente, dibujar y nunca dejar de hacerlo”.

En Cuernavaca ha realizado exposiciones en La Tallera, Museo de la Ciudad de Cuernavaca (Mucic), el Jardín Borda y el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano, entre otros.

“En Cuernavaca habemos muchos artistas, y a las autoridades (quiero) decirles que se requieren muchos espacios para todas las disciplinas y presupuestos para la educación y exposición del talento”.

En 2002 fue invitada al proyecto Dos momentos: Plástica de la Zona Centro, del Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes, donde compartió espacio con Gilberto Aceves Navarro, Rafael Coronel, Rafael Cauduro, Luis Nishizawa, Rufino Tamayo y Francisco Toledo.

De la misma manera, en 2006 su pintura El otro Ángel, ¿de la Independencia? fue seleccionada, de entre más de 2000 obras de todo el continente, en la Primera Bienal de Dibujo de las Américas Rafael Cauduro.

Su calidad artística le otorgó el primer lugar del Sexto Concurso de Retrato Autores UNAM 2018 con la obra titulada Edmundo O’Gorman.

Fernanda ha compartido su talento y experiencia con las nuevas generaciones a través de la docencia a nivel universitario, impartiendo clases de Historia de la Arquitectura e Historia del Mobiliario, experiencia que ha sido muy enriquecedora.

Asimismo, menciona que otras artes como la música y la poesía han sido parte fundamental de su proceso creativo e inspiración. Aunque al momento de pintar o dibujar en el lienzo prefiere el ambiente en total silencio.

“Voltear la mirada a otras disciplinas artísticas es riquísimo, porque como pintora enriquece mucho las ideas y el lenguaje plástico”.

Finalmente, Deschamps menciona que su próximo proyecto pictórico aborda la temática de hacer conciencia acerca de las violencias normalizadas que hay en el seno de las familias.

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