Boing es una de las bebidas más tradicionales en México. Detrás de esta empresa mexicana hay una historia que respalda la Cooperativa Pascual, un ejemplo de lucha y perseverancia laboral.
Refresquera Pascual S.A., liderada por Rafael Víctor Jiménez Zamudio, contaba con distintas plantas en la República Mexicana y dos en la Ciudad de México, donde se originó una lucha de trabajadores que dio origen a Cooperativa Pascual.
Raúl Pedraza Quintanar, en su publicación de 2017, Cronología de la Lucha Sindical de Refrescos Pascual¹. 18 de mayo de 1982 - 18 de agosto de 1984: 823 días, asegura que la lucha fue organizada por los trabajadores de la planta norte, en la Ciudad de México, en busca de mejores condiciones laborales.
La protesta inició por el incumplimiento de aumento salarial de 10, 20 y 30 por ciento decretado por el gobierno federal en la planta norte, quienes se sumaron al Comité de Base Obrero del Partido Mexicano de los Trabajadores (PTM) para luchar por sus derechos constitucionales y realizaron el paro de brazos caídos.
Filiberto Bucio Rodríguez, socio fundador de Cooperativa Pascual y quien fuera gerente de la planta en Morelos durante muchos años, comparte esta historia de lucha que comenzó el 18 de mayo de 1982.
"Fue un paro; no teníamos ninguna representación sindical. La empresa tenía más de 40 departamentos y el más necesitado era el de Mantenimiento Mecánico y Herrería; buscaron cómo pedirle al patron que nos diera el aumento que recomendaba el gobierno, pero había antecedentes de que a otros grupos organizados les quitaron el trabajo. Entonces se acercaron al Partido Mexicano de los Trabajadores, liderado por Demetrio Vallejo Martínez, exlíder ferrocarrilero, y él les dijo que tenían que parar la empresa".
Decidieron seguir la recomedación y parar en la planta norte, y al siguiente día los trabajadores de la planta se unieron a la suspensión laboral.
"Llega el rumor de que el patrón estaba organizando a otras plantas de Cuernavaca, Veracruz y Toluca, y mandó a traer gente. Ya en la Ciudad de México les dijo que era para quitar a unos revoltosos y les dieron varillas, pistolas y metralletas. Rafael Jiménez y 200 personas más entraron a la fuerza en la planta sur; hubo dos muertos y 17 heridos de los trabajadores en protesta".
"Ese hecho provocó mucha solidaridad, los compañeros se organizaron con volantes para que la gente supiera quiénes éramos y qué habia pasado. Después de dos años y medio ganamos todos los juicios", cuenta Pedraza Quintanar en su publicación.
Al no llegar a ningún acuerdo con Rafael Jiménez Zamudio, se dio un embargo precautorio y los trabajadores ganaron salarios caídos, aumento salarial, que se mostrara la caratula de las utilidades y la indemnización de los compañeros fallecidos.
Debido a que el dueño metió varios amparos y no iba a pagar, la empresa se fue a remate y se le propuso a los trabajadores participar para quedarse con la empresa; "la sentencia valía mil 700 millones de pesos y nosotros teníamos un laudo de mil 200, es decir, que reuníamos con legalidad las dos terceras partes para ser postores legales en el remate. Nos presentamos al remate y así fue como nos quedamos con la empresa"; pero los trabajadores sólo eran dueños de los bienes muebles, no tenían dónde operar.
"Vallejo nos propuso trabajar con la modalidad de cooperativismo, y que la Secretaría del Trabajo nos capacitará; el presidente Miguel de la Madrid nos dio todas las facilidades en los trámites y constituimos la Sociedad Cooperativa Trabajadoras de Pascual".
El exdueño, Rafael Jiménez empezó a producir con la marca, desde ciudades como Cuernavaca y Veracruz, y el Boing llegaba a las tiendas, por lo que la cooperativa comenzó a confiscar y asaltar sus camiones.
Tiempo después, Cooperativa Pascual tomó fuerza y abrió más plantas en distintas ciudades de la República Mexicana, compitiendo con la refresquera del exdueño, a la que poco a poco fueron desplazando.
En 1989, Filiberto Bucio tomó la la gerencia en Cuernavaca, y en 1991 se fue de nuevo al consejo para, posteriormente, en 1993, regresará a la gerencia en la ciudad de la eterna primavera, desde donde comenzó con la exportación a Estados Unidos.
Posteriormente fundaron la empresa de Transportes Valbo, ya que con la cooperativa pagaban más impuestos por las unidades de transporte, y aunque en un principio el servicio era exclusivo para la cooperativa Pascual, con el paso del tiempo incursionaron en el mercado nacional, posicionándose entre los mejores.
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Filiberto Bucio trabajó durante 52 años en la empresa y se jubiló en 2022, siempre con el entusiasmo de luchar por sus derechos y los de sus compañeros, siendo parte de esta importante historia que marcó el ámbito laboral en nuestro país.
"Cuando formamos la cooperativa, no nos daban ni seis meses, pensaban que sería un fracaso, y orgullosamente seguimos aquí 38 años después, compitiendo incluso con refresqueras trasnacionales, marcando la diferencia en el mercado porque nuestro producto es elaborado con frutas naturales, que compramos directamente en el mercado y con los productores".
A la fecha, los trabajadores continúan con la Cooperativa Pascual, y cada año se reúnen para celebrar aquella lucha social de la que salieron victoriosos y marcaron la historia.
Filiberto Bucio Rodríguez, socio fundador "Cuando formamos la cooperativa, no nos daban ni seis meses, pensaban que sería un fracaso, y orgullosamente seguimos aquí, compitiendo con refresqueras trasnacionales"
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