Seis integrantes de la Junta Soberana de Anenecuilco, que el 6 de febrero pasado firmaron el Plan de Anenecuilco, hicieron su propia versión de la Marcha por Nuestra Democracia a la par de la caminata masiva que tuvo lugar en la Ciudad de México y en más de 100 localidades del país.
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Los manifestantes iniciaron su trayecto en el Museo Casa Zapata, donde está la casa en que nació Emiliano Zapata Salazar, con rumbo a Cuautla.
“Aquí estamos, arrancando, y a nivel nacional se habla de una gran concentración en la Ciudad de México. Hay cientos de miles de mexicanos concentrados en la CDMX con el mismo objetivo. Muchos compañeros se tuvieron que ir a la Ciudad de México, en Cuernavaca, pero alguien tiene que quedarse aquí”, dijo Andrés Cosset, integrante de la Junta Soberana.
El grupo caminó sobre la ciclovía de la carretera Ayala-Cuautla y detuvo su paso al llegar a la Plaza de la Revolución del Sur, donde reposan los restos del caudillo.
A pesar de la poca convocatoria que tuvo la marcha, Cosset reconoció que muchas personas prefieren quedarse en sus hogares o pasar tiempo con sus familias, lo que, dijo, es respetable:
“Era lo que queríamos, seguir actuando en congruencia de los ideales y la acción, y no queremos molestar a la gente. Es un día muy importante para la gente, algunos tienen que ir a la iglesia, convivir con la familia”, dijo.
La caminata, según expusieron los manifestantes, se enmarca dentro de las propuestas del Plan de Anenecuilco, un documento que propone acciones encaminadas a devolver el poder al pueblo, de acuerdo con la aspiración zapatista que marcó el movimiento revolucionario a principios del siglo pasado.
“Qué bueno que siguen en sus casas, que disfruten todavía esos momentos de libertad que tienen, en tanto nosotros seguimos contribuyendo a que se cimiente de manera más firme la democracia en nuestro país”.
