Los Sayones inundan de color las calles de Tetela en Semana Santa

Niños y adultos avivan una de las tradiciones más arraigadas en el municipio que se ubica a las faldas del volcán Popocatépetl

Emmanuel Ruiz / El Sol de Cuautla

  · viernes 29 de marzo de 2024

Los Sayones de Tetela del Volcán son Patrimonio Cultural de Morelos. /Emmanuel Ruiz / El Sol de Cuautla

Decenas de habitantes de Tetela del Volcán, en la región alta de Morelos, salieron a las calles este viernes 29 de marzo para encabezar la procesión que refleja los últimos momentos con vida de Cristo.

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Los Sayones, declarados Patrimonio Cultural de Morelos, imitan a los soldados que persiguieron a Jesús antes y durante el viacrucis. Se trata de personajes con atuendos coloridos que, además, portan grandes sombreros hechos con papel china.

"Aquí muchos seguimos la tradición. Es mi primer año participando y vine con mis amigos", dijo Carlos Alberto Aguilar, un joven de 20 años, al llegar al atrio del Exconvento de San Juan Bautista, una joya arquitectónica que actualmente está en proceso de reconstrucción.

La procesión inició poco después de las 10:00 horas y avanzó por las principales calles del pueblo. El párroco del pueblo pidió a los fieles abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas y refrescos en el camino, acompañando a Jesús en su sacrificio.

"Vamos a sacrificarnos un momento con él y, después, pueden tomar lo que ustedes quieran", dijo.

Los Sayoncitos de Tetela del Volcán

Emir tiene seis años y es el segundo que se viste de sayón. Fue de los primeros en llegar y se colocó hasta adelante en la procesión. Lo trajo su padre, quien, aunque nunca se disfrazó, se rindió ante su hijo cuando éste le manifestó su deseo de formar parte de la tradición.

La procesión de los Sayones avanzó por las principales calles de Tetela del Volcán. /Emmanuel Ruiz / El Sol de Cuautla

"Me gusta mucho, porque es una tradición", dice Emir. Cada año, decenas de niños también llegan disfrazados a la iglesia, con sombreros mucho más chicos. Para los adultos la situación es distinta, porque estas piezas pueden pesar hasta 20 kilos, pero eso depende de cada uno.

"Es la penitencia de cada uno", dijo Guadalupe Acevedo, habitante y artesana de Tetela del Volcán, quien, junto con su familia, se dedica a hacer sayones miniatura.