/ miércoles 7 de agosto de 2019

Construcción y vivienda: números

Entre enero y mayo del 2019, la industria de la construcción en México represento 211.5 billones de pesos, de los que apenas el 37.4% correspondió a obra pública. Los números representan una baja de 5.1% respecto del mismo período en el año anterior que impactó en la reducción de 3.9% del personal ocupado, y es atribuible, de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción a la caída en la obra privada, la incertidumbre económica, la falta de financiamientos suficientes y adecuados, las lagunas en materia jurídica, la corrupción, inseguridad, violencia, y factores externos como las medidas proteccionistas en economías productoras de acero y otros insumos para la construcción, la volatilidad en mercados financieros internacionales, por mencionar algunos.

En el caso de Morelos, la obra privada representó en los primeros cinco meses del año el 82.2% del total de las construcciones en el estado, mientras que la obra gubernamental no llegó ni a la mitad del promedio nacional, lo que podría explicar el hecho de que aún cuando la actividad total facturada incrementó en un 34.9% respecto del año anterior, el personal ocupado disminuyó en más de un 15%, 310 plazas.

El incremento en el valor de obra pública facturado en Morelos se explica porque, a pesar de que la obra gubernamental disminuyó en 17.9% durante los primeros cinco meses, el de la privada alcanzó un incremento de 56.8% una parte de ella derivada de la conclusión de proyectos de reconstrucción de viviendas, y otra de los nuevos desarrollos habitacionales y productivos. La caída en el aporte de la obra gubernamental, por cierto, pareciera más explicable por la falta de aportes federales (en el plano nacional la obra pública disminuyó 19.5% en el período), que por variaciones locales. El gobierno estatal ha invertido en obras públicas durante este período con recursos propios.

Todos estos datos vienen a cuento porque si bien la actividad en la industria de la construcción privada en Morelos ha sido sumamente relevante, aún hay problemas de déficit de vivienda importantes que limitan el desarrollo del sector, especialmente por factores como el alto costo de la tierra (que coloca los precios de departamentos y casas muy por encima de lo que puede pagarse), y el bajo ingreso per cápita en el estado que limita la posibilidad de adquirir crédito suficiente para la compra de vivienda.

El caso ejemplar es Cuernavaca, donde pese a que el ingreso familiar promedio es de alrededor de 5 mil pesos, el valor comercial de departamentos supera los 1.5 millones de pesos; lo que significa un problema en el corto plazo para la industria que podría empezar a experimentar una desaceleración más parecida a parálisis en los próximos meses que fortalecería aún más el mercado de renta de viviendas. El contraste, sin embargo, es con otros municipios como Temixco, Jiutepec, Emiliano Zapata, donde el costo de la vivienda es muy bajo en contraste con la capital del estado, a pesar de su relativa cercanía. La diferencia está en el atractivo de cada una de las ciudades, pero también en otros factores que Cuernavaca deberá empezar a enfrentar, como la reducción en el costo de la tenencia de la tierra, la dotación de estímulos para la vivienda vertical de menor costo, y mantener al mismo tiempo los atractivos de la ciudad.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Entre enero y mayo del 2019, la industria de la construcción en México represento 211.5 billones de pesos, de los que apenas el 37.4% correspondió a obra pública. Los números representan una baja de 5.1% respecto del mismo período en el año anterior que impactó en la reducción de 3.9% del personal ocupado, y es atribuible, de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción a la caída en la obra privada, la incertidumbre económica, la falta de financiamientos suficientes y adecuados, las lagunas en materia jurídica, la corrupción, inseguridad, violencia, y factores externos como las medidas proteccionistas en economías productoras de acero y otros insumos para la construcción, la volatilidad en mercados financieros internacionales, por mencionar algunos.

En el caso de Morelos, la obra privada representó en los primeros cinco meses del año el 82.2% del total de las construcciones en el estado, mientras que la obra gubernamental no llegó ni a la mitad del promedio nacional, lo que podría explicar el hecho de que aún cuando la actividad total facturada incrementó en un 34.9% respecto del año anterior, el personal ocupado disminuyó en más de un 15%, 310 plazas.

El incremento en el valor de obra pública facturado en Morelos se explica porque, a pesar de que la obra gubernamental disminuyó en 17.9% durante los primeros cinco meses, el de la privada alcanzó un incremento de 56.8% una parte de ella derivada de la conclusión de proyectos de reconstrucción de viviendas, y otra de los nuevos desarrollos habitacionales y productivos. La caída en el aporte de la obra gubernamental, por cierto, pareciera más explicable por la falta de aportes federales (en el plano nacional la obra pública disminuyó 19.5% en el período), que por variaciones locales. El gobierno estatal ha invertido en obras públicas durante este período con recursos propios.

Todos estos datos vienen a cuento porque si bien la actividad en la industria de la construcción privada en Morelos ha sido sumamente relevante, aún hay problemas de déficit de vivienda importantes que limitan el desarrollo del sector, especialmente por factores como el alto costo de la tierra (que coloca los precios de departamentos y casas muy por encima de lo que puede pagarse), y el bajo ingreso per cápita en el estado que limita la posibilidad de adquirir crédito suficiente para la compra de vivienda.

El caso ejemplar es Cuernavaca, donde pese a que el ingreso familiar promedio es de alrededor de 5 mil pesos, el valor comercial de departamentos supera los 1.5 millones de pesos; lo que significa un problema en el corto plazo para la industria que podría empezar a experimentar una desaceleración más parecida a parálisis en los próximos meses que fortalecería aún más el mercado de renta de viviendas. El contraste, sin embargo, es con otros municipios como Temixco, Jiutepec, Emiliano Zapata, donde el costo de la vivienda es muy bajo en contraste con la capital del estado, a pesar de su relativa cercanía. La diferencia está en el atractivo de cada una de las ciudades, pero también en otros factores que Cuernavaca deberá empezar a enfrentar, como la reducción en el costo de la tenencia de la tierra, la dotación de estímulos para la vivienda vertical de menor costo, y mantener al mismo tiempo los atractivos de la ciudad.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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