/ lunes 8 de abril de 2024

La cita del Sol y la Luna: la maravilla del eclipse del 8 de abril de 2024

Algunos fenómenos de la naturaleza son tan impactantes por su magnitud o su eventualidad, siendo los eclipses un claro ejemplo de ello. Son pocos los que pueden jactarse de haber presenciado en su vida más de dos eclipses solares totales, de tal manera que México será el escenario para que se presencie nuevamente un eclipse total de sol siendo el último de esta magnitud el del 11 de julio de 1991.

Inmersos en un contexto de postmodernidad donde la era de las redes sociales y lo digital cuyos contenidos en su mayoría rayan en lo banal y absurdo, en esta ocasión son una herramienta para difundir la gran oportunidad de este fenómeno que nos brinda la naturaleza y que algo así se repetirá en nuestro país hasta el 30 de marzo de 2052 de acurdo al Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es decir, dentro de 28 años, esperando que para ese entonces las condiciones socioeconómicas, educativas, deportivas, de seguridad y justicia del país hayan mejorado.

Debemos recalcar que un eclipse total de sol es unos de los sucesos astronómicos y naturales más espectaculares (en un sentido positivo) para la humanidad ya que su ocurrencia ha impactado tanto que traspasa el plano astronómico llegando a tener relevancia a lo largo de los tiempos en las distintas culturas en diversas dimensiones como la religiosa, política, energética, sociológica, científica y musical.

Incuestionable es la gran oportunidad de presenciar un eclipse, siendo un evento astronómico donde al alinearse el Sol y la Luna generan un punto focal de oscuridad momentánea en alguna parte de la Tierra, claro que en algunas zonas del planeta es más perceptible y por ende más espectacular. Cabe mencionar que hay eclipses lunares y solares, totales y parciales, siendo estos últimos más frecuentes, sin embargo, todos maravillosos para los amantes de la astronomía, y más tratándose de los eclipses de luna, pues para los que nos apasionan estos temas nos desvelamos con tal de ver un poco de su majestuosidad.

Recordemos que un eclipse en la antigüedad lo asociaban muchas culturas o civilizaciones con eventos paranormales, mágicos o manifestaciones de los dioses, que incluso eran un instrumento de las clases dominantes o gobernantes para infundir miedo en sus poblaciones, siendo entonces los eclipses solares mecanismos de dominación vinculados con aspectos religiosos. Todo ello conforma una cosmovisión especial como en el caso de las culturas mesoamericanas. Por ejemplo, las culturas de corte nahua creían que un eclipse implicaba peligro para el Dios Sol y por ende también peligro para la humanidad, y para ayudar al astro rey a vencer a la oscuridad efectuaban rituales como las ofrendas de sangre. En el caso de algunas culturas de la Península yucateca igualmente contaban con una visión referente a la posible extinción del Sol pero también tenían (y aún conservan en algunos casos) creencias de otra índole como el tema romántico o amoroso, donde el Sol y la Luna al tener una relación buscan encontrase, una linda metáfora donde a pesar de las distancias, sus diferencias entre el Sol y la Luna, se aceptan y al juntarse forman un eclipse perfecto. También creían que, lo que conocemos hoy como el planeta Venus, era el amante de la Luna, y en su intento de separarla del Sol se generaba los eclipses.

Un aspecto importante que se debe resaltar de la cultura maya es el desarrollo del estudio de los astros al grado de predecir eclipses, algo muy admirable para ese entonces, pues hoy en día con las teorías (como las de Newton) y avances tecnológicos es más fácil predecir muchos fenómenos astronómicos y estudiarlos. Derivado de ello, podemos decir que es la observación es aspecto muy importante en el desarrollo de la ciencia y la generación de conocimientos. Y en este sentido, los mayas realizaron grandes avances y cálculos astronómicos basados en la observación, algo que sorprendió a los europeos pero mucho de ese conocimiento fue destruido por no ser entendido y compatible con las ideas del viejo continente y hasta puede decirse que fue en muchos casos por el alto grado de envidia por parte de los europeos respecto a los grandes avances en astronomía de las culturas mesoamericanas.

Y bueno, el impacto de los eclipses ha sido tal no solo en las culturas antiguas sino en las contemporáneas, mencionando al ámbito musical, tomando como ejemplo a la banda Pink Floyd que encontramos en su álbum The Dark Side Of The Moon de 1973 el tema “Eclipse”. Dicho álbum es uno de los discos más emblemáticos en la historia del rock mundial, marca una cambió de paradigma en la manera de concebir una obra musical, se trata de la máxima expresión de un álbum conceptual, de ahí su importancia para la música, y bien, en cuanto al título de este disco (El lado oscuro de la luna) es una metáfora a la parte oscura de la humanidad y de la vida y que muchos ocultan o no quieren ver, pero que está presente a pesar de no mostrase a simple vista. Y bajo esta lógica en el tema “Eclipse” se expresa que todo lo que tocas, ves, amas, odias, sientes, negocias, robas, a todos a quienes conoces, todo lo que peleas, todo lo que fue, es y será, y todo en cuanto bajo el sol hay está en armonía, sin embargo, el sol está eclipsado por la luna, es decir, una analogía de que todo tiene su lado oculto.

Gustes o no de la astronomía, este acontecimiento es único y muy especial, y es a través de este tipo de maravillas que podemos tener conciencia de lo grandioso que es la vida y el universo, siendo nosotros diminutos universos frente a la fuerza de la creación.

Piensa que somos efímeros en este fugaz momento llamado vida, por lo que no queda más que deleitarnos con este regalo que nos brinda la alineación entre el Sol, la Luna y la Tierra.

Algunos fenómenos de la naturaleza son tan impactantes por su magnitud o su eventualidad, siendo los eclipses un claro ejemplo de ello. Son pocos los que pueden jactarse de haber presenciado en su vida más de dos eclipses solares totales, de tal manera que México será el escenario para que se presencie nuevamente un eclipse total de sol siendo el último de esta magnitud el del 11 de julio de 1991.

Inmersos en un contexto de postmodernidad donde la era de las redes sociales y lo digital cuyos contenidos en su mayoría rayan en lo banal y absurdo, en esta ocasión son una herramienta para difundir la gran oportunidad de este fenómeno que nos brinda la naturaleza y que algo así se repetirá en nuestro país hasta el 30 de marzo de 2052 de acurdo al Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es decir, dentro de 28 años, esperando que para ese entonces las condiciones socioeconómicas, educativas, deportivas, de seguridad y justicia del país hayan mejorado.

Debemos recalcar que un eclipse total de sol es unos de los sucesos astronómicos y naturales más espectaculares (en un sentido positivo) para la humanidad ya que su ocurrencia ha impactado tanto que traspasa el plano astronómico llegando a tener relevancia a lo largo de los tiempos en las distintas culturas en diversas dimensiones como la religiosa, política, energética, sociológica, científica y musical.

Incuestionable es la gran oportunidad de presenciar un eclipse, siendo un evento astronómico donde al alinearse el Sol y la Luna generan un punto focal de oscuridad momentánea en alguna parte de la Tierra, claro que en algunas zonas del planeta es más perceptible y por ende más espectacular. Cabe mencionar que hay eclipses lunares y solares, totales y parciales, siendo estos últimos más frecuentes, sin embargo, todos maravillosos para los amantes de la astronomía, y más tratándose de los eclipses de luna, pues para los que nos apasionan estos temas nos desvelamos con tal de ver un poco de su majestuosidad.

Recordemos que un eclipse en la antigüedad lo asociaban muchas culturas o civilizaciones con eventos paranormales, mágicos o manifestaciones de los dioses, que incluso eran un instrumento de las clases dominantes o gobernantes para infundir miedo en sus poblaciones, siendo entonces los eclipses solares mecanismos de dominación vinculados con aspectos religiosos. Todo ello conforma una cosmovisión especial como en el caso de las culturas mesoamericanas. Por ejemplo, las culturas de corte nahua creían que un eclipse implicaba peligro para el Dios Sol y por ende también peligro para la humanidad, y para ayudar al astro rey a vencer a la oscuridad efectuaban rituales como las ofrendas de sangre. En el caso de algunas culturas de la Península yucateca igualmente contaban con una visión referente a la posible extinción del Sol pero también tenían (y aún conservan en algunos casos) creencias de otra índole como el tema romántico o amoroso, donde el Sol y la Luna al tener una relación buscan encontrase, una linda metáfora donde a pesar de las distancias, sus diferencias entre el Sol y la Luna, se aceptan y al juntarse forman un eclipse perfecto. También creían que, lo que conocemos hoy como el planeta Venus, era el amante de la Luna, y en su intento de separarla del Sol se generaba los eclipses.

Un aspecto importante que se debe resaltar de la cultura maya es el desarrollo del estudio de los astros al grado de predecir eclipses, algo muy admirable para ese entonces, pues hoy en día con las teorías (como las de Newton) y avances tecnológicos es más fácil predecir muchos fenómenos astronómicos y estudiarlos. Derivado de ello, podemos decir que es la observación es aspecto muy importante en el desarrollo de la ciencia y la generación de conocimientos. Y en este sentido, los mayas realizaron grandes avances y cálculos astronómicos basados en la observación, algo que sorprendió a los europeos pero mucho de ese conocimiento fue destruido por no ser entendido y compatible con las ideas del viejo continente y hasta puede decirse que fue en muchos casos por el alto grado de envidia por parte de los europeos respecto a los grandes avances en astronomía de las culturas mesoamericanas.

Y bueno, el impacto de los eclipses ha sido tal no solo en las culturas antiguas sino en las contemporáneas, mencionando al ámbito musical, tomando como ejemplo a la banda Pink Floyd que encontramos en su álbum The Dark Side Of The Moon de 1973 el tema “Eclipse”. Dicho álbum es uno de los discos más emblemáticos en la historia del rock mundial, marca una cambió de paradigma en la manera de concebir una obra musical, se trata de la máxima expresión de un álbum conceptual, de ahí su importancia para la música, y bien, en cuanto al título de este disco (El lado oscuro de la luna) es una metáfora a la parte oscura de la humanidad y de la vida y que muchos ocultan o no quieren ver, pero que está presente a pesar de no mostrase a simple vista. Y bajo esta lógica en el tema “Eclipse” se expresa que todo lo que tocas, ves, amas, odias, sientes, negocias, robas, a todos a quienes conoces, todo lo que peleas, todo lo que fue, es y será, y todo en cuanto bajo el sol hay está en armonía, sin embargo, el sol está eclipsado por la luna, es decir, una analogía de que todo tiene su lado oculto.

Gustes o no de la astronomía, este acontecimiento es único y muy especial, y es a través de este tipo de maravillas que podemos tener conciencia de lo grandioso que es la vida y el universo, siendo nosotros diminutos universos frente a la fuerza de la creación.

Piensa que somos efímeros en este fugaz momento llamado vida, por lo que no queda más que deleitarnos con este regalo que nos brinda la alineación entre el Sol, la Luna y la Tierra.