/ miércoles 18 de julio de 2018

Reconciliación y aplanadoras

En múltiples espacios se habla de la reconciliación como una tarea urgente para iniciar la construcción de un nuevo modelo de nación por el que bien o mal, sabedores o no de las implicaciones, apostó la mayoría de mexicanos que salió a votar el 1 de julio. El ejercicio de esa reconciliación, sin embargo, pasa más por la actuación generosa de los triunfadores, que por la claudicación de los miedos, deseos, ideales y principios por los que 24.8 millones de mexicanos que votaron por otras opciones.

En Morelos faltaría algo de claridad a este respecto en tanto la aplanadora que construyeron López Obrador y las circunstancias políticas de agotamiento institucional en el estado la consiguieron al hoy presidente electo un índice de votación local superior en 12 puntos porcentuales al que logró en el plano nacional; pero también en Morelos hace falta la reconciliación y el acercamiento entre quienes de buena fe consideraron que había mejores opciones que la representada por López Obrador y en general, por la coalición Juntos Haremos Historia, y la que ahora está obligada a mantener los pies en la tierra a la luz de los resultados locales.

Tejamos un poco sobre ello, los resultados del 1 de julio para Juntos Haremos Historia en Morelos cayeron en más de la mitad en las diferentes elecciones; el imponente triunfo de Andrés Manuel López Obrador con el 66 por ciento de los votos en la entidad, fue superior al que logró Cuauhtémoc Blanco Bravo, con 501 mil 743 votos. Es decir, 136 mil 946 morelenses, por lo menos, consideraron que Andrés Manuel debía ser presidente, pero Blanco Bravo no debía ser gobernador. Con todo y ello, el Cuauh resultó el candidato morelense más votado en la historia, y en el proceso sacó casi 12 mil votos más que la fórmula al Senado de la República, que encabeza Lucía Meza, y 59 mil 500 votos más que los cinco candidatos a diputados federales por la coalición Juntos Haremos Historia.

La votación de la alianza cayó aún más en la elección de diputados locales, donde pese a los triunfos en los doce distritos de mayoría, sólo logró el 32 por ciento de los votos, 312 mil 230, con lo que se coloca 20 puntos porcentuales por debajo del gobernador electo; y aún menos bien les fue en ayuntamientos, donde lograron 30.4 por ciento de la votación total emitida, es decir, sólo 289 mil 547 votos, es decir, más de 212 mil votos por debajo de Cuauhtémoc Blanco, y casi 350 mil votos por debajo de Andrés Manuel.

Los indiscutibles triunfos de la coalición no debiera cegarlos a la realidad, no toda la gente está con ellos y de hecho muchos morelenses prefieren alternativas diversas. El llamado de López Obrador para el voto en cascada fue efectivo en los resultados electorales más por el contexto en que se presentó que por la fortaleza de los candidatos de la coalición, entre quienes sólo lucieron imbatibles Cuauhtémoc Blanco Bravo y Lucía Meza Guzmán; y en un segundo nivel, algunos candidatos a alcaldes, como Juan Ángel Flores en Jojutla, Rafael Reyes en Jiutepec y Mario Ocampo en Puente de Ixtla; y a diputados, Alfonso Sotelo Martínez, en Jojutla; Ari Barrera Vázquez, en Jiutepec; y José Casas González en Tepoztlán. Curioso que la mayoría de ellos se hayan pronunciado por el respeto a sus adversarios políticos y la búsqueda de un escenario de conciliación política y social para el trabajo en Morelos, a lo mejor esa postura les granjeó mucha de la confianza que los morelenses depositaron en ellos.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

En múltiples espacios se habla de la reconciliación como una tarea urgente para iniciar la construcción de un nuevo modelo de nación por el que bien o mal, sabedores o no de las implicaciones, apostó la mayoría de mexicanos que salió a votar el 1 de julio. El ejercicio de esa reconciliación, sin embargo, pasa más por la actuación generosa de los triunfadores, que por la claudicación de los miedos, deseos, ideales y principios por los que 24.8 millones de mexicanos que votaron por otras opciones.

En Morelos faltaría algo de claridad a este respecto en tanto la aplanadora que construyeron López Obrador y las circunstancias políticas de agotamiento institucional en el estado la consiguieron al hoy presidente electo un índice de votación local superior en 12 puntos porcentuales al que logró en el plano nacional; pero también en Morelos hace falta la reconciliación y el acercamiento entre quienes de buena fe consideraron que había mejores opciones que la representada por López Obrador y en general, por la coalición Juntos Haremos Historia, y la que ahora está obligada a mantener los pies en la tierra a la luz de los resultados locales.

Tejamos un poco sobre ello, los resultados del 1 de julio para Juntos Haremos Historia en Morelos cayeron en más de la mitad en las diferentes elecciones; el imponente triunfo de Andrés Manuel López Obrador con el 66 por ciento de los votos en la entidad, fue superior al que logró Cuauhtémoc Blanco Bravo, con 501 mil 743 votos. Es decir, 136 mil 946 morelenses, por lo menos, consideraron que Andrés Manuel debía ser presidente, pero Blanco Bravo no debía ser gobernador. Con todo y ello, el Cuauh resultó el candidato morelense más votado en la historia, y en el proceso sacó casi 12 mil votos más que la fórmula al Senado de la República, que encabeza Lucía Meza, y 59 mil 500 votos más que los cinco candidatos a diputados federales por la coalición Juntos Haremos Historia.

La votación de la alianza cayó aún más en la elección de diputados locales, donde pese a los triunfos en los doce distritos de mayoría, sólo logró el 32 por ciento de los votos, 312 mil 230, con lo que se coloca 20 puntos porcentuales por debajo del gobernador electo; y aún menos bien les fue en ayuntamientos, donde lograron 30.4 por ciento de la votación total emitida, es decir, sólo 289 mil 547 votos, es decir, más de 212 mil votos por debajo de Cuauhtémoc Blanco, y casi 350 mil votos por debajo de Andrés Manuel.

Los indiscutibles triunfos de la coalición no debiera cegarlos a la realidad, no toda la gente está con ellos y de hecho muchos morelenses prefieren alternativas diversas. El llamado de López Obrador para el voto en cascada fue efectivo en los resultados electorales más por el contexto en que se presentó que por la fortaleza de los candidatos de la coalición, entre quienes sólo lucieron imbatibles Cuauhtémoc Blanco Bravo y Lucía Meza Guzmán; y en un segundo nivel, algunos candidatos a alcaldes, como Juan Ángel Flores en Jojutla, Rafael Reyes en Jiutepec y Mario Ocampo en Puente de Ixtla; y a diputados, Alfonso Sotelo Martínez, en Jojutla; Ari Barrera Vázquez, en Jiutepec; y José Casas González en Tepoztlán. Curioso que la mayoría de ellos se hayan pronunciado por el respeto a sus adversarios políticos y la búsqueda de un escenario de conciliación política y social para el trabajo en Morelos, a lo mejor esa postura les granjeó mucha de la confianza que los morelenses depositaron en ellos.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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