/ miércoles 4 de julio de 2018

Voto morelense desde el exterior

Por primera vez ha ganado por la vía democrática institucional un partido de izquierda. Se trata de un afortunado y positivo episodio histórico para el país. En Morelos, los resultados electorales del domingo pasado siguen siendo parte de un proceso de asimilación de una nueva realidad que comienza a tomar forma al configurar un nuevo mapa político.

La decisión ciudadana se ha expresado de manera clara. Se depositó en Morena la responsabilidad de iniciar las correcciones económicas, sociales y políticas que durante más de treinta años impusieron determinados actores políticos y económicos.

Morena tiene una oportunidad histórica y desde los congresos legislativos, las alcaldías y los distintos gobiernos locales, también cuenta con la fuerza necesaria para hacer posible una profunda transformación a nivel nacional y estatal. Esta confianza por mejorar las condiciones prevalecientes en nuestra sociedad ha sido respaldada también desde el exterior.

De acuerdo con el último reporte de actas capturadas en el programa de resultados electorales preliminares (PREP), con el 95 por ciento de avance, sabemos que votaron desde el exterior 1 mil 843 personas para gobernador de Morelos.

Considerando las estimaciones académicas que se han venido utilizado en los últimos años, alrededor de 250 mil morelenses viven en el exterior, principalmente en EEUU. Partiendo de esta cifra, podemos decir que la capacidad para promover el voto desde el exterior tuvo un rotundo fracaso en esta elección.

Me parece que los resultados nos invitan a analizar sus causas y revisar objetivamente lo realizado, no sólo entre las instituciones electorales de la entidad sino también, junto con las distintas autoridades de los tres niveles de gobierno que por diversas razones mantienen canales de comunicación con los morelenses en el exterior.

Es evidente que algo no está funcionando. Por una parte, puede tratare del desinterés de los morelenses en el exterior por ejercer sus derechos políticos, pero aun considerando esta situación el tema regresa a las instituciones que no han podido involucrarlos.

Durante los últimos 6 años la agenda migrante ocupó parte importante de las actividades públicas de funcionarios de los tres niveles de gobierno. Decenas de reuniones, apoyos en trámites y servicios, impulso de actividades, recursos para migrantes, nuevos programas para reencontrar familias, eventos culturales, y en el último año, un estrecho acompañamiento interinstitucional ante la postura antimigrante de Trump.

En mi experiencia, la oficina de atención a migrantes del gobierno local se comprometió con mejorar los servicios de atención y ampliar la oferta de apoyos institucionales. Por su parte, el gobierno federal y los ayuntamientos, participaron en programas que fomentaban la organización y ejecución de diversos proyectos de beneficio comunitario. Sin dejar de reconocer que las autoridades electorales actuaron en tiempo y forma con la promoción.

Sin embargo, y a pesar de todo, la cifra es contundente: sólo votaron 1 mil 843 personas desde el exterior. De los cuales, si consideramos el aspecto político-electoral la mitad de los votos se dirigieron al partido de Morena (955), a pesar de no haber sido gobierno federal, local ni municipal durante los últimos 6 años. Llama la atención que inclusive otros partidos distintos al gobierno local y federal, es decir, partidos que no se promovieron con algún tipo de actividad gubernamental tuvieran un similar a mayor número de votos en comparación con quienes sí tuvieron una mayor vinculación.


La lectura que expresa el sentido del voto tiene una clara señal de castigo, de otra manera no se explica como el PES logró obtener un mayor o similar número de votos desde el exterior, en comparación con los partidos gobernantes. Partamos del castigo entonces y reflexionemos como sociedad para que en el 2021 tengamos un mayor número de morelenses involucrados en la vida democrática.


Ahora que inicia un proceso general de transformación, necesitamos a los morelenses del exterior.

Por primera vez ha ganado por la vía democrática institucional un partido de izquierda. Se trata de un afortunado y positivo episodio histórico para el país. En Morelos, los resultados electorales del domingo pasado siguen siendo parte de un proceso de asimilación de una nueva realidad que comienza a tomar forma al configurar un nuevo mapa político.

La decisión ciudadana se ha expresado de manera clara. Se depositó en Morena la responsabilidad de iniciar las correcciones económicas, sociales y políticas que durante más de treinta años impusieron determinados actores políticos y económicos.

Morena tiene una oportunidad histórica y desde los congresos legislativos, las alcaldías y los distintos gobiernos locales, también cuenta con la fuerza necesaria para hacer posible una profunda transformación a nivel nacional y estatal. Esta confianza por mejorar las condiciones prevalecientes en nuestra sociedad ha sido respaldada también desde el exterior.

De acuerdo con el último reporte de actas capturadas en el programa de resultados electorales preliminares (PREP), con el 95 por ciento de avance, sabemos que votaron desde el exterior 1 mil 843 personas para gobernador de Morelos.

Considerando las estimaciones académicas que se han venido utilizado en los últimos años, alrededor de 250 mil morelenses viven en el exterior, principalmente en EEUU. Partiendo de esta cifra, podemos decir que la capacidad para promover el voto desde el exterior tuvo un rotundo fracaso en esta elección.

Me parece que los resultados nos invitan a analizar sus causas y revisar objetivamente lo realizado, no sólo entre las instituciones electorales de la entidad sino también, junto con las distintas autoridades de los tres niveles de gobierno que por diversas razones mantienen canales de comunicación con los morelenses en el exterior.

Es evidente que algo no está funcionando. Por una parte, puede tratare del desinterés de los morelenses en el exterior por ejercer sus derechos políticos, pero aun considerando esta situación el tema regresa a las instituciones que no han podido involucrarlos.

Durante los últimos 6 años la agenda migrante ocupó parte importante de las actividades públicas de funcionarios de los tres niveles de gobierno. Decenas de reuniones, apoyos en trámites y servicios, impulso de actividades, recursos para migrantes, nuevos programas para reencontrar familias, eventos culturales, y en el último año, un estrecho acompañamiento interinstitucional ante la postura antimigrante de Trump.

En mi experiencia, la oficina de atención a migrantes del gobierno local se comprometió con mejorar los servicios de atención y ampliar la oferta de apoyos institucionales. Por su parte, el gobierno federal y los ayuntamientos, participaron en programas que fomentaban la organización y ejecución de diversos proyectos de beneficio comunitario. Sin dejar de reconocer que las autoridades electorales actuaron en tiempo y forma con la promoción.

Sin embargo, y a pesar de todo, la cifra es contundente: sólo votaron 1 mil 843 personas desde el exterior. De los cuales, si consideramos el aspecto político-electoral la mitad de los votos se dirigieron al partido de Morena (955), a pesar de no haber sido gobierno federal, local ni municipal durante los últimos 6 años. Llama la atención que inclusive otros partidos distintos al gobierno local y federal, es decir, partidos que no se promovieron con algún tipo de actividad gubernamental tuvieran un similar a mayor número de votos en comparación con quienes sí tuvieron una mayor vinculación.


La lectura que expresa el sentido del voto tiene una clara señal de castigo, de otra manera no se explica como el PES logró obtener un mayor o similar número de votos desde el exterior, en comparación con los partidos gobernantes. Partamos del castigo entonces y reflexionemos como sociedad para que en el 2021 tengamos un mayor número de morelenses involucrados en la vida democrática.


Ahora que inicia un proceso general de transformación, necesitamos a los morelenses del exterior.

ÚLTIMASCOLUMNAS