La Fundación Cultural Garro y Paz deja la estafeta a Raquel Steinmann, esposa del primo de Elenita Paz Garro, quien comenta que su esposo siempre dijo que Elena Garro merecía un lugar para resguardar su obra, para recibir visitantes e incluso para representar su teatro e impartir cursos. Su mayor inquietud era sobre todo que la leyeran, así lo expuso.
Se prevé un proyecto editorial por parte de la fundación, próximamente con la reedición del libro Elena en la intimidad, con poemas inéditos de Garro.
En el acervo se trabaja e incluye diarios personales de Garro, notas sueltas, relatos, dentro de los materiales hay un cuaderno con los recortes de notas periodísticas, que reunía la también dramaturga. Un cuaderno, que por cierto de la marca Scribe tamaño profesional, con papel rasgado por los araños de los gatos, ya que tenía muchos gatos, contiene datos relacionados con el movimiento estudiantil del 68, la sucesión presidencial de Estados Unidos en aquel año y la renuncia de Octavio Paz a la Embajada de la India.
Sus últimos años Elena Garro y su Hija Elenita tomaron como residencia Cuernavaca, en la casa que habitaron desaparecieron manuscritos. No están en la Universidad de Princeton. Steinmann manifestó desconocer de este valioso material, que fue vendido a dicha Universidad, ya que las autoras hicieron una previa venta.
Una de las tantas pérdidas es una novela El enigma imperial, donde Elena Garro, con su intuición de que la última heredera de los zares rusos era la actriz Greta Garbo. También un libro grueso, con ensayos de Helena Paz Garro, con ensayos.
Helena Paz expuso que junto con su madre fueron víctimas de robo perpetrado por una maestra mexicana, que reside en Estados Unidos, de nombre Patricia Rosas Lopátegui. Consta en hechos ante la PGR con fecha 29 de agosto de 2003. Helena indicó que firmaron contratos con Rosas Lopátegui en 1997, para que fuera su agente literaria en EUA. Únicamente de las obras ya publicadas de Elena Garro, y de ningún inédito.
Rosas Lopátegui efectivamente tiene una página, donde pide siempre hacer honor a Elena Garr, y se ostenta como agente literaria de Elena Garro y Helena Paz. Ella afirmó en una carta pública de 2010, que Elena Garro era víctima de sus cuidadores. Así las vio Patricia Rosas Lopátegui, solas y desconsoladas, y por eso el homenaje que les rinde en su página y el fervor con el que se los rinde es doblemente valioso.
¡Pero! Sari Bermúdez estaba al frente de Conaculta, se convirtió en su hada madrina y cuidó de su salud, a pesar de esto las dos Elenas querían regresar a París.
Por otro lado, Helena señala a su primo, ya que disponía de sus pertenencias, sin su consentimiento. Estas declaraciones hacen ruido con el legado de la escritora, para las reivindicadas por la fundación.
José Tramini, segunda esposa de Paz falleció el pasado mes de julio, guardaba las cartas de Elena Garro, al igual las que envió Helenita a su padre Octavio Paz. Y son parte del archivo que quieren rescatar, la Fundación Cultural Garro-Paz.
Con todo esto puedo decir: “El Árbol”, que retoña, nuevas hojas, las verdes hojas, las hojas secas y un árbol sin hojas…a caso así fue la vida de Elena Garro, con todas las vivencias que tuvo a lo largo de su vida. Creo que sí un Árbol. Hoy muchos quieren su sombra.
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