En el reino animal existen diversas estrategias reproductivas. Algunas especies tienen muchas crías pero no las cuidan. Varios insectos y algunos peces ponen cientos de huevos para aumentar las posibilidades de que aunque sea unas pocas crías sobrevivan.
Otras especies apuestan por tener una o un par de crías pero cuidarlas para asegurar su éxito. Las limpian, alimentan y protegen como varias aves y mamíferos.
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Para muchas especies el cuidado de las crías es compartido; para otras, no tanto, porque además, entre sexos también hay estrategias distintas.
Ya casi es 10 de mayo y quería escribir sobre una especie que tuviera cuidado parental. Contrario a lo que se piensa, muchas veces los machos se involucran activamente en la supervisión de las crías y de su familia. El perrito de las praderas es un mamífero muy carismático que vive en colonias que a su vez se organizan en clanes y luego en familias.
Los machos cuidan la madriguera mientras que las hembras están al tanto de las crías que no dejan el hogar hasta después de 45 días. Una vez que los bebés dejan la madriguera, los machos se relajan y ponen a un lado su conducta agresiva.
Además de tener una extraordinaria organización social, su comunicación es sumamente compleja. Hay miembros de la familia que se dedican a ser vigilantes, avisando de manera particular con vocalizaciones de cada uno de los eventos: si es un halcón, es diferente a si es una serpiente, por ejemplo. Estos chillidos alertan a toda la familia para resguardarse y además tienen la capacidad de aprender nuevos sonidos de alerta todo el tiempo.
El juego y el aseo son fundamentales para mantener la cohesión de las familias, de hecho este tipo de contacto es muy bueno para el desarrollo cognitivo y social de las crías de varias especies, incluyendo humanos.
Esta especie, como otras, está amenazada por la desaparición de su hábitat, por lo que son una especie en peligro. En México esta semana se celebra el Día de las Madres y la columna de esta semana va dedicada a ellas. Aproveché, además, las impresionantes fotografías que tomó mi amigo Daniel Bates de esta especie en el norte del país.
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