En el pintoresco pueblo de Tepoztlán, una nueva tendencia está tomando forma: la recuperación del cultivo de café. Después de años de dejar en desuso sus huertas, los lugareños han decidido revivir la tradición, pero con un giro moderno: el café de especialidad.
José Cortés, uno de los pioneros en este renacimiento del café, quien está a cargo del proyecto Café Nativo Tepoztlán, destacó el potencial que tiene el municipio para figurar en concursos de café de nivel internacional con propuestas únicas, con granos cosechados desde El Tepozteco:
"Hemos comenzado a cultivar café en el pueblo hace unos cinco años, y estamos rescatando huertas que tienen más de 200 años de antigüedad", dijo.
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La rica historia de estas tierras, combinada con técnicas modernas de cultivo, ha permitido producir granos de alta calidad. Pero no es solo el regreso al cultivo lo que es notable, sino también la innovación en los procesos.
"Trabajamos con café de especialidad y utilizamos tres procesos de secado distintos: naturales, anaeróbicos y enmielados. Estos son procesos altamente especializados que ofrecen perfiles de sabor únicos", destaca José.
La combinación entre lo antiguo y lo nuevo ha generado un producto que no solo es único para Tepoztlán sino para el mundo entero.
"Es algo único en el mundo. Vendemos nuestro café exclusivamente aquí, en Tepoztlán, donde lo sembramos y lo cosechamos", afirma Cortés.
La recuperación del cultivo, que comenzó a disminuir desde hace unos 50 años, va más allá de solo la producción. Es una experiencia completa para aquellos que lo degustan. José insiste en que el consumidor debe tomarse el tiempo para verdaderamente apreciar el café:
"Es parte de la experiencia. Estamos aquí para brindar toda la información sobre el trabajo que hacemos con el grano y enriquecer la experiencia del cliente con el café".
Hasta hace unos 50 años, la producción de café era uno de los fuerte de este pueblo mágico, hasta que la empresa que procesaba y comercializaba los granos dejó de visitar el municipio. Fue así como el cultivo se redujo a huertos de traspatio que han permanecido abandonados durante mucho tiempo, pero que hoy son recuperados por una generación de jóvenes que desean poner en marcha nuevos proyectos.
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