/ viernes 29 de diciembre de 2023

¿Cuál es la naturaleza de la migración?

“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

-Antonio Machado

La migración es un fenómeno global que ha sido una constante a lo largo de la historia. Es el desplazamiento de individuos o grupos de un área geográfica a otra, ya sea dentro de las fronteras nacionales o cruzando hacia otros países, con la intención de establecerse temporal o permanentemente en una nueva ubicación. Este proceso es dinámico y multifacético. Desde la búsqueda incansable de oportunidades económicas más prometedoras hasta el anhelo de seguridad y paz en tiempos de conflictos armados o desastres naturales devastadores; e incluso, el deseo de la reunificación familiar.

En el caso concreto de nuestro país, situado estratégicamente en la encrucijada de América del Norte y América Central, desempeña un papel trascendente en el panorama de la migración. En el transcurso del 2023, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hubo un incremento del 62% en los primeros ocho meses en comparación con el mismo período de 2022. Este incremento se traduce en un total de 402,324 migrantes en situación irregular en México entre enero y agosto de 2023, frente a los 248,735 registrados en el mismo lapso del año anterior, reflejando una situación cada vez más compleja y diversificada.

Este aumento se ha visto acompañado por un cambio en las tendencias de origen de los migrantes. Aunque los centroamericanos siguen siendo la mayoría, se ha observado un incremento notable en los migrantes provenientes de Sudamérica, especialmente de Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú y Brasil. Además, ha habido un aumento en la proporción de migrantes de África y Asia.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, ha reconocido este incremento en la migración irregular, lo que pone de manifiesto la presión sobre los recursos y las infraestructuras para manejar estos crecientes flujos migratorios. La situación en la frontera entre México y EE. UU. es particularmente crítica, dado que no sólo somos un país de destino, sino también un punto de tránsito clave para los que buscan llegar a los Estados Unidos.

Esta situación invita a una reflexión profunda y matizada sobre el establecimiento de los migrantes en México. Existe una posibilidad en la usurpación de oportunidades laborales y el ejercicio de derechos destinados a los ciudadanos mexicanos. Además, aquellos que aspiran alcanzar Estados Unidos pero no logran su objetivo, a menudo optan por permanecer en territorio nacional. Esta realidad plantea una problemática, en términos de integración social, económica y jurídica.

Por tales razones, independientemente de su estatus legal, sus Derechos Humanos Constitucionales deben ser respetados y protegidos. Esto incluye el derecho a la vida, la libertad, la seguridad, y a no ser sometido a tratos inhumanos o degradantes. Además, los derechos a la educación y al acceso a servicios de salud son cruciales para garantizar una vida digna y el bienestar integral.

Si bien la Constitución consagra estos derechos, su implementación práctica frecuentemente enfrenta obstáculos, en especial en contextos de discriminación. México, en su doble papel como país de origen y de tránsito, se ve en la inflexión de conciliar la seguridad fronteriza con la protección de los Derechos Humanos.

La creciente complejidad de los patrones migratorios resalta la urgencia de desarrollar políticas y prácticas que aborden la seguridad y la gestión migratoria, que faciliten la integración efectiva de los migrantes en la sociedad, respeten la diversidad cultural y combatan cualquier forma de discriminación.

Paralelamente, es fundamental establecer una cooperación internacional robusta para afrontar sus causas fundamentales, como son la inestabilidad económica, los conflictos políticos y las crisis humanitarias, para fortalecer el tejido social, político y económico de las naciones receptoras, fomentando comunidad más inclusivas.

Esta odisea migratoria, más que un desplazamiento, es la manifestación de la aspiración humana para un futuro mejor. Refleja las complejas dinámicas socioeconómicas y políticas que continúan moldeando el tapiz de nuestra sociedad global. En estas ideas, es primordial que idealicemos estos desafíos con humanidad, entendimiento y una visión compartida hacia un mundo empático.

*Profesor de Derecho Civil y Derecho Familiar de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México


“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

-Antonio Machado

La migración es un fenómeno global que ha sido una constante a lo largo de la historia. Es el desplazamiento de individuos o grupos de un área geográfica a otra, ya sea dentro de las fronteras nacionales o cruzando hacia otros países, con la intención de establecerse temporal o permanentemente en una nueva ubicación. Este proceso es dinámico y multifacético. Desde la búsqueda incansable de oportunidades económicas más prometedoras hasta el anhelo de seguridad y paz en tiempos de conflictos armados o desastres naturales devastadores; e incluso, el deseo de la reunificación familiar.

En el caso concreto de nuestro país, situado estratégicamente en la encrucijada de América del Norte y América Central, desempeña un papel trascendente en el panorama de la migración. En el transcurso del 2023, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hubo un incremento del 62% en los primeros ocho meses en comparación con el mismo período de 2022. Este incremento se traduce en un total de 402,324 migrantes en situación irregular en México entre enero y agosto de 2023, frente a los 248,735 registrados en el mismo lapso del año anterior, reflejando una situación cada vez más compleja y diversificada.

Este aumento se ha visto acompañado por un cambio en las tendencias de origen de los migrantes. Aunque los centroamericanos siguen siendo la mayoría, se ha observado un incremento notable en los migrantes provenientes de Sudamérica, especialmente de Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú y Brasil. Además, ha habido un aumento en la proporción de migrantes de África y Asia.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, ha reconocido este incremento en la migración irregular, lo que pone de manifiesto la presión sobre los recursos y las infraestructuras para manejar estos crecientes flujos migratorios. La situación en la frontera entre México y EE. UU. es particularmente crítica, dado que no sólo somos un país de destino, sino también un punto de tránsito clave para los que buscan llegar a los Estados Unidos.

Esta situación invita a una reflexión profunda y matizada sobre el establecimiento de los migrantes en México. Existe una posibilidad en la usurpación de oportunidades laborales y el ejercicio de derechos destinados a los ciudadanos mexicanos. Además, aquellos que aspiran alcanzar Estados Unidos pero no logran su objetivo, a menudo optan por permanecer en territorio nacional. Esta realidad plantea una problemática, en términos de integración social, económica y jurídica.

Por tales razones, independientemente de su estatus legal, sus Derechos Humanos Constitucionales deben ser respetados y protegidos. Esto incluye el derecho a la vida, la libertad, la seguridad, y a no ser sometido a tratos inhumanos o degradantes. Además, los derechos a la educación y al acceso a servicios de salud son cruciales para garantizar una vida digna y el bienestar integral.

Si bien la Constitución consagra estos derechos, su implementación práctica frecuentemente enfrenta obstáculos, en especial en contextos de discriminación. México, en su doble papel como país de origen y de tránsito, se ve en la inflexión de conciliar la seguridad fronteriza con la protección de los Derechos Humanos.

La creciente complejidad de los patrones migratorios resalta la urgencia de desarrollar políticas y prácticas que aborden la seguridad y la gestión migratoria, que faciliten la integración efectiva de los migrantes en la sociedad, respeten la diversidad cultural y combatan cualquier forma de discriminación.

Paralelamente, es fundamental establecer una cooperación internacional robusta para afrontar sus causas fundamentales, como son la inestabilidad económica, los conflictos políticos y las crisis humanitarias, para fortalecer el tejido social, político y económico de las naciones receptoras, fomentando comunidad más inclusivas.

Esta odisea migratoria, más que un desplazamiento, es la manifestación de la aspiración humana para un futuro mejor. Refleja las complejas dinámicas socioeconómicas y políticas que continúan moldeando el tapiz de nuestra sociedad global. En estas ideas, es primordial que idealicemos estos desafíos con humanidad, entendimiento y una visión compartida hacia un mundo empático.

*Profesor de Derecho Civil y Derecho Familiar de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México