/ lunes 6 de agosto de 2018

Peña-AMLO y la realidad paralela

El escenario en nuestro país es algo que se podría calificar como inusual, por decir lo menos, Peña Nieto llega al ocaso sexenal con el peor nivel de desaprobación que un mandatario haya tenido en la historia moderna, la encuesta publicada recientemente por Parametría dice que por lo menos 7 de cada 10 mexicanos califican como nefasta la administración saliente, esto es digno de analizarse, tomando en cuenta a un Vicente Fox finalizando su ciclo con un nivel de desaprobación del 19% y a Felipe Calderón quién con todo y su sangrienta guerra contra el narco tuvo un 35% de opiniones negativas, nada mal si lo comparamos con el 71% alcanzado por EPN.


El aún presidente abona con acciones firmes a esos lamentables resultados estadísticos y deja un país que solo sus ojos y los de sus allegados ven positivamente, pero ante la percepción generalizada, México está sumido en una violencia de niveles históricos, agregando otros records peñistas tenemos la mayor deuda pública en la historia de nuestro país que alcanza ya los 10 Billones 427 mil 506.1 Millones de pesos según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), sería bueno saber si en el encuentro entre Amlo y Peña, éste último comentó algo sobre los intereses por deuda más altos desde 1990, una “friolera”de 713 mil 842 millones de pesos.


Para continuar desglosando los “méritos” que ocasionaron el derrumbe de la popularidad peñista y siguiendo en el conteo de los records impuestos, tenemos el déficit fiscal en el mayor nivel alcanzado en los últimos 30 años sin olvidar el “gasolinazo” de 2017, sumando también la matanza de periodistas, los 43 de Ayotzinapa, La Estafa Maestra, Odebrecht y una interminable lista de razones para desear que este sexenio termine ya, a pesar de que el Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida contagiado por el cinismo o ingenuidad según se vea, que le ha ocasionado vivir en el mundo de Peña, afirma que el Presidente no dejará un país en guerra, afirmación que el día de hoy, compartió titulares de prensa con la noticia de los 30 muertos en fin de semana tan solo en Cd. Juárez, ¿hace falta comentar algo al respecto?




Sin duda todo esto ha influido para que las mayorías estén impacientes por el arranque del próximo gobierno y López Obrador haya iniciado una suerte de gobierno alterno, con el optimismo de unos y la desconfianza de otros, despachando en donde estuvo ubicada su casa de campaña, en la antigua Colonia Roma, de la capital del país, hasta donde han llegado asociaciones, políticos, diplomáticos, amigos y enemigos para exponer peticiones y escuchar los planes de gobierno que parecen no tomar en cuenta que la casa de los pinos todavía está habitada, ocasionando una situación sui generis en la que parecen coexistir dos gobiernos, que trabajan, despachan y deciden de forma simultánea y paralela aunque uno rodeado de cámaras y con la atención de medios y ciudadanos y el otro desvaneciéndose no solo en imagen sino en importancia.


Faltan 90 días para el cambio de gobierno y los votantes que echaron al PRI hasta los rincones que ocupará en los próximos años, están urgidos de cambios, la tarea no será nada fácil, es compleja la situación y el revertirla aún más, los simpatizantes de Amlo creen en él a pesar de que algunas de sus últimas decisiones han sido acompañadas por la polémica, los detractores están atentos de los fallos y el país entero, envuelto en una expectativa nunca antes vista, espera.

El escenario en nuestro país es algo que se podría calificar como inusual, por decir lo menos, Peña Nieto llega al ocaso sexenal con el peor nivel de desaprobación que un mandatario haya tenido en la historia moderna, la encuesta publicada recientemente por Parametría dice que por lo menos 7 de cada 10 mexicanos califican como nefasta la administración saliente, esto es digno de analizarse, tomando en cuenta a un Vicente Fox finalizando su ciclo con un nivel de desaprobación del 19% y a Felipe Calderón quién con todo y su sangrienta guerra contra el narco tuvo un 35% de opiniones negativas, nada mal si lo comparamos con el 71% alcanzado por EPN.


El aún presidente abona con acciones firmes a esos lamentables resultados estadísticos y deja un país que solo sus ojos y los de sus allegados ven positivamente, pero ante la percepción generalizada, México está sumido en una violencia de niveles históricos, agregando otros records peñistas tenemos la mayor deuda pública en la historia de nuestro país que alcanza ya los 10 Billones 427 mil 506.1 Millones de pesos según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), sería bueno saber si en el encuentro entre Amlo y Peña, éste último comentó algo sobre los intereses por deuda más altos desde 1990, una “friolera”de 713 mil 842 millones de pesos.


Para continuar desglosando los “méritos” que ocasionaron el derrumbe de la popularidad peñista y siguiendo en el conteo de los records impuestos, tenemos el déficit fiscal en el mayor nivel alcanzado en los últimos 30 años sin olvidar el “gasolinazo” de 2017, sumando también la matanza de periodistas, los 43 de Ayotzinapa, La Estafa Maestra, Odebrecht y una interminable lista de razones para desear que este sexenio termine ya, a pesar de que el Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida contagiado por el cinismo o ingenuidad según se vea, que le ha ocasionado vivir en el mundo de Peña, afirma que el Presidente no dejará un país en guerra, afirmación que el día de hoy, compartió titulares de prensa con la noticia de los 30 muertos en fin de semana tan solo en Cd. Juárez, ¿hace falta comentar algo al respecto?




Sin duda todo esto ha influido para que las mayorías estén impacientes por el arranque del próximo gobierno y López Obrador haya iniciado una suerte de gobierno alterno, con el optimismo de unos y la desconfianza de otros, despachando en donde estuvo ubicada su casa de campaña, en la antigua Colonia Roma, de la capital del país, hasta donde han llegado asociaciones, políticos, diplomáticos, amigos y enemigos para exponer peticiones y escuchar los planes de gobierno que parecen no tomar en cuenta que la casa de los pinos todavía está habitada, ocasionando una situación sui generis en la que parecen coexistir dos gobiernos, que trabajan, despachan y deciden de forma simultánea y paralela aunque uno rodeado de cámaras y con la atención de medios y ciudadanos y el otro desvaneciéndose no solo en imagen sino en importancia.


Faltan 90 días para el cambio de gobierno y los votantes que echaron al PRI hasta los rincones que ocupará en los próximos años, están urgidos de cambios, la tarea no será nada fácil, es compleja la situación y el revertirla aún más, los simpatizantes de Amlo creen en él a pesar de que algunas de sus últimas decisiones han sido acompañadas por la polémica, los detractores están atentos de los fallos y el país entero, envuelto en una expectativa nunca antes vista, espera.

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