/ viernes 1 de marzo de 2024

La desilusión del primer mundo: la extrema derecha en Alemania

El pasado 3 de febrero, las manifestaciones contra la xenofobia de la extrema derecha en Alemania tomaron lugar a lo largo del país de manera extensiva. Desde la manifestación masiva en Berlín con una asistencia de 150,000 personas que se plantaron cerca de la sede del parlamento; hasta la histórica asistencia de alrededor de 30,000 personas en la ciudad de Friburgo, al sur de Alemania.

No obstante, esta ola de manifestaciones ha intentado, desde inicios de año, socavar los intentos de la extrema derecha de ganar lugar en el panorama socio-político alemán, siendo llevadas a cabo por una variedad de grupos y organizaciones, desde partidos políticos de centro-izquierda hasta grupos de la sociedad civil, activistas antifascistas y climáticos, sindicatos, iglesias e instituciones educativas; teniendo como objetivo denunciar el discurso de odio, la discriminación y la intolerancia promovidos por dichos grupos de extrema derecha, así como defender los valores democráticos y la diversidad cultural.

Muchos alemanes coinciden que esto es alarmante, especialmente después de incidentes como los ataques xenófobos en Chemnitz en 2018, donde se produjeron disturbios violentos tras el asesinato de un ciudadano alemán, presuntamente a manos de migrantes; convirtiéndose una de las razones principales detrás de estas manifestaciones, la preocupación por el resurgimiento del extremismo de derecha y la consolidación de discursos antiinmigrantes, anti-musulmanes y anti-refugiados.

Recordemos que, desde finales del año 2023, se dio a conocer que varios empresarios, políticos del ala más conservadora y grupos neonazis, se reunieron secretamente para discutir sobre la situación actual respecto a los migrantes en país; y no fue hasta el pasado enero que finalmente se dio a conocer una propuesta de política de "reemigración" que plantea el retorno a sus países de origen a aquellas personas que no puedan demostrar su integración a la sociedad alemana. Esta integración se mide según diversos criterios, que van desde el dominio del idioma y el conocimiento de la cultura alemana hasta la posesión de un empleo estable en el país. Todo esto se justificaba bajo la excusa de promover la eficiencia económica, mediante la acogida selectiva de individuos que el grupo consideraba "capacitados" para residir en Alemania.

Pero ¿cómo se llegó a todo esto?

En los últimos años, Alemania ha sido testigo de un fenómeno político preocupante: el ascenso gradual de la extrema derecha en el escenario político. Este movimiento, representado principalmente por el partido Alternativa para Alemania (Alternative für Deutschland - AfD), no puede entenderse sin considerar el contexto político y social en el que ha surgido. Las crisis de refugiados que ha llevado a Alemania a recibir un gran número de solicitantes de asilo, desencadenó un intenso debate sobre la inmigración y la identidad nacional. La retórica antiinmigrante y anti-establishment del AfD resonó entre aquellos que se sentían desplazados por los cambios sociales y económicos.

En este ascenso de la extrema derecha, se han planteado serias interrogantes sobre el estado de la democracia alemana y su capacidad para resistir los embates del extremismo. ¿Qué factores han contribuido a este resurgimiento? ¿Cuáles son las implicaciones para la estabilidad política y social del país?

En primer lugar, la crisis migratoria ha desempeñado un papel fundamental en el fortalecimiento de la extrema derecha. La llegada masiva de refugiados a Alemania ha generado ansiedad y temores sobre la seguridad, el empleo y la identidad cultural entre ciertos segmentos de la población, alimentando el discurso antiinmigrante de los partidos de extrema derecha. Asimismo, la creciente desigualdad económica y la percepción de que las élites políticas tradicionales no están abordando adecuadamente las preocupaciones de la clase trabajadora han alimentado el resentimiento y la desconfianza hacia el establishment, creando un caldo de cultivo propicio para el surgimiento de movimientos populistas y antiestablishment. Además, la polarización política y el aumento de la desinformación en las redes sociales han exacerbado aún más las divisiones en la sociedad alemana, facilitando la propagación de mensajes xenófobos y racistas y socavando la cohesión social en momentos como éste donde la diversidad cultural ha definido a Alemania en las últimas décadas.

En este contexto, es crucial reflexionar sobre las causas subyacentes del ascenso de la extrema derecha y explorar estrategias para contrarrestar su influencia. Esto implica abordar las preocupaciones legítimas de aquellos que se sienten marginados o desatendidos por el sistema político, al mismo tiempo que se defienden los principios democráticos y se promueven valores de inclusión y diversidad. Es imperativo que los líderes políticos sean coherentes tanto en sus discursos como en sus acciones. el caso del canciller alemán Olaf Scholz, quien ha expresado su total respaldo a las manifestaciones en contra de la extrema derecha, en favor de la democracia y la diversidad. Sin embargo, también ha sido claro al afirmar que Alemania continuará respaldando a Israel en su supuesto derecho legítimo de defensa, en medio de la intensificación de la ocupación en Palestina desde el año pasado.

El ascenso de la extrema derecha en Alemania es un recordatorio poderoso de que la democracia no puede darse por sentada y que requiere un compromiso constante por parte de todos los ciudadanos en la defensa de los derechos y libertades fundamentales. En tiempos de incertidumbre y división, es imperativo fortalecer las instituciones democráticas y fomentar un diálogo constructivo que fomente la comprensión mutua y el respeto por la pluralidad de opiniones.

ALVA CECILIA MONTELONGO PUENTE es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS-UNAM). Auditora en Comercio Exterior en el Servicio de Administración Tributaria (SHCP-SAT). Investigadora Asociada en el proyecto de investigación de Ciencia de Frontera (CONACYT): Pandemia, Capitalismo Digital y Nuevas Desigualdades. Designada para el programa Weltwärtz para el sur global de la Deutsches Rotes Kreuz (DKR) en Alemania. Pueden seguirla en X como @cecitamonty

El pasado 3 de febrero, las manifestaciones contra la xenofobia de la extrema derecha en Alemania tomaron lugar a lo largo del país de manera extensiva. Desde la manifestación masiva en Berlín con una asistencia de 150,000 personas que se plantaron cerca de la sede del parlamento; hasta la histórica asistencia de alrededor de 30,000 personas en la ciudad de Friburgo, al sur de Alemania.

No obstante, esta ola de manifestaciones ha intentado, desde inicios de año, socavar los intentos de la extrema derecha de ganar lugar en el panorama socio-político alemán, siendo llevadas a cabo por una variedad de grupos y organizaciones, desde partidos políticos de centro-izquierda hasta grupos de la sociedad civil, activistas antifascistas y climáticos, sindicatos, iglesias e instituciones educativas; teniendo como objetivo denunciar el discurso de odio, la discriminación y la intolerancia promovidos por dichos grupos de extrema derecha, así como defender los valores democráticos y la diversidad cultural.

Muchos alemanes coinciden que esto es alarmante, especialmente después de incidentes como los ataques xenófobos en Chemnitz en 2018, donde se produjeron disturbios violentos tras el asesinato de un ciudadano alemán, presuntamente a manos de migrantes; convirtiéndose una de las razones principales detrás de estas manifestaciones, la preocupación por el resurgimiento del extremismo de derecha y la consolidación de discursos antiinmigrantes, anti-musulmanes y anti-refugiados.

Recordemos que, desde finales del año 2023, se dio a conocer que varios empresarios, políticos del ala más conservadora y grupos neonazis, se reunieron secretamente para discutir sobre la situación actual respecto a los migrantes en país; y no fue hasta el pasado enero que finalmente se dio a conocer una propuesta de política de "reemigración" que plantea el retorno a sus países de origen a aquellas personas que no puedan demostrar su integración a la sociedad alemana. Esta integración se mide según diversos criterios, que van desde el dominio del idioma y el conocimiento de la cultura alemana hasta la posesión de un empleo estable en el país. Todo esto se justificaba bajo la excusa de promover la eficiencia económica, mediante la acogida selectiva de individuos que el grupo consideraba "capacitados" para residir en Alemania.

Pero ¿cómo se llegó a todo esto?

En los últimos años, Alemania ha sido testigo de un fenómeno político preocupante: el ascenso gradual de la extrema derecha en el escenario político. Este movimiento, representado principalmente por el partido Alternativa para Alemania (Alternative für Deutschland - AfD), no puede entenderse sin considerar el contexto político y social en el que ha surgido. Las crisis de refugiados que ha llevado a Alemania a recibir un gran número de solicitantes de asilo, desencadenó un intenso debate sobre la inmigración y la identidad nacional. La retórica antiinmigrante y anti-establishment del AfD resonó entre aquellos que se sentían desplazados por los cambios sociales y económicos.

En este ascenso de la extrema derecha, se han planteado serias interrogantes sobre el estado de la democracia alemana y su capacidad para resistir los embates del extremismo. ¿Qué factores han contribuido a este resurgimiento? ¿Cuáles son las implicaciones para la estabilidad política y social del país?

En primer lugar, la crisis migratoria ha desempeñado un papel fundamental en el fortalecimiento de la extrema derecha. La llegada masiva de refugiados a Alemania ha generado ansiedad y temores sobre la seguridad, el empleo y la identidad cultural entre ciertos segmentos de la población, alimentando el discurso antiinmigrante de los partidos de extrema derecha. Asimismo, la creciente desigualdad económica y la percepción de que las élites políticas tradicionales no están abordando adecuadamente las preocupaciones de la clase trabajadora han alimentado el resentimiento y la desconfianza hacia el establishment, creando un caldo de cultivo propicio para el surgimiento de movimientos populistas y antiestablishment. Además, la polarización política y el aumento de la desinformación en las redes sociales han exacerbado aún más las divisiones en la sociedad alemana, facilitando la propagación de mensajes xenófobos y racistas y socavando la cohesión social en momentos como éste donde la diversidad cultural ha definido a Alemania en las últimas décadas.

En este contexto, es crucial reflexionar sobre las causas subyacentes del ascenso de la extrema derecha y explorar estrategias para contrarrestar su influencia. Esto implica abordar las preocupaciones legítimas de aquellos que se sienten marginados o desatendidos por el sistema político, al mismo tiempo que se defienden los principios democráticos y se promueven valores de inclusión y diversidad. Es imperativo que los líderes políticos sean coherentes tanto en sus discursos como en sus acciones. el caso del canciller alemán Olaf Scholz, quien ha expresado su total respaldo a las manifestaciones en contra de la extrema derecha, en favor de la democracia y la diversidad. Sin embargo, también ha sido claro al afirmar que Alemania continuará respaldando a Israel en su supuesto derecho legítimo de defensa, en medio de la intensificación de la ocupación en Palestina desde el año pasado.

El ascenso de la extrema derecha en Alemania es un recordatorio poderoso de que la democracia no puede darse por sentada y que requiere un compromiso constante por parte de todos los ciudadanos en la defensa de los derechos y libertades fundamentales. En tiempos de incertidumbre y división, es imperativo fortalecer las instituciones democráticas y fomentar un diálogo constructivo que fomente la comprensión mutua y el respeto por la pluralidad de opiniones.

ALVA CECILIA MONTELONGO PUENTE es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS-UNAM). Auditora en Comercio Exterior en el Servicio de Administración Tributaria (SHCP-SAT). Investigadora Asociada en el proyecto de investigación de Ciencia de Frontera (CONACYT): Pandemia, Capitalismo Digital y Nuevas Desigualdades. Designada para el programa Weltwärtz para el sur global de la Deutsches Rotes Kreuz (DKR) en Alemania. Pueden seguirla en X como @cecitamonty