/ lunes 4 de marzo de 2024

Uso estratégico de la IA como asistente del conocimiento

Por María Del Mar Oviedo Facundo

La IAGen está a disposición mundial y es el inicio de la gran oleada de avance tecnológico que abre lugar para quedarse. No hay vuelta atrás, es inadmisible ir en contra; por tal motivo, es necesario e inteligente conocerla, explorarla y adaptarse a sus herramientas.

Como se conoce, la IAGen origina texto, imágenes, audio, videos y códigos de programación expresados en lenguaje natural, que se presenta al mundo a través de plataformas sencillas con opción a un acceso gratuito o pago, desde su empresa fabricante, o a través de, alianzas con corporaciones tecnológicas como Google o Microsoft que están al alcance de todos.

Por tal razón, el aprender a usar la IA se ha convertido en una marcada necesidad para la sociedad, y, por ende, la IA debe de ser vista como un asistente de conocimiento. Sin embargo, existe una delgada línea que, si se cruza, nos puede llevar a un estancamiento cognitivo, pero esto es, en caso de hacer mal uso de esta, con fines de dejadez. La IA debe usarse con ingenio, pues puede llegar a complementar las actividades laborales y académicas positivamente.

De hecho, esta transformación que se está observando, debe de ser guiada desde las aulas en las instituciones educativas. Los docentes tienen la responsabilidad de enseñar el uso responsable de la IA porque, las generaciones presentes y nuevas, están inmersas en estas herramientas. La enseñanza ética, responsable y creativa de la IA es prioritaria para el buen uso de esta, y más aún, cuando este tipo de habilidades están siendo requeridas en el mercado laboral, pues el impacto de la IA en el mercado de trabajo es imperioso.

La IA ha demostrado ser un aliado para la productividad en todo el sentido de la palabra. Su función es hacer más fácil la realización de nuestras tareas. Por ejemplo, si un diseñador gráfico usa la IA de generación de imágenes, video y audio en su trabajo, va a minimizar tiempos en diseñar imágenes y videos inéditos y agregar voces artificiales, para así, poder dedicarse a otro tipo de tareas que requieren más tiempo y atención. Si un académico usa la IA de generación de texto, puede ayudar a responder preguntas y e inspirar para una creación literaria creativa, así como proporcionar complemento para un análisis estadístico avanzado. Si un desarrollador de software usa la IA de generación de códigos de programación, podrá generar código base para nuevas aplicaciones y automatizar tareas repetitivas.

Lo anterior, es una manera acertada y responsable de dar manejo a estas nuevas tecnologías, porque como se mencionó anteriormente, si nos decidimos en ser totalmente dependientes de la IA, nuestro pensamiento crítico y creativo pueden llegar a nublarse; pero esto sería, en caso, de hacer mal uso de la IA como, por ejemplo, que un estudiante le solicite a esta inteligencia, la elaboración de algún texto en concreto sin leerlo y aceptar ciegamente sus resultados. El uso conveniente para estos casos sería, solicitar a la IA ideas de cómo abordar el tema en cuestión, leer, analizar y comprender lo que arrojan sus resultados y usarlo como una guía para buscar y empaparse del tema para luego inspirarse y escribir con lente crítico y propio. No hay que subestimar nuestras propias habilidades cognitivas ni restringir el proceso natural de aprendizaje y crecimiento de cada uno de nosotros, pues esto, se construye desde la educación.

Las innovaciones tecnológicas son progreso y revolución. La sofisticación del avance tecnológico no puede ser un decaimiento para la sociedad. La IAGen, gracias a su avance nos deja a disposición su capacidad de procesar grandes volúmenes de información con rapidez y eficacia, ya que es alimentada por íntegras bases de datos que también poseen una fecha máxima de actualización.

En resumen, el uso de la IA como asistente de conocimiento permite automatizar tareas repetitivas, complementar nuestras ocupaciones y apoyarnos en una inspiración creativa. Para las organizaciones, permite el enfoque hacia tareas con mayor importancia, con un valor agregado considerable y aumentando la productividad laboral. Sin embargo, en el uso de la IA pueden recaer desafíos económicos como la redistribución del empleo y desigualdad de salarios; pero para mitigar esto, es necesario la alfabetización en IA y la formación de un capital humano avanzado en estos sistemas inteligentes que permitan adquirir habilidades tecnológicas y disruptivas más especializadas; de modo que, se requiere de políticas públicas apropiadas que permitan la creación de programas de capacitación y oferta educativa cada vez más predominante para alcanzar una inserción hacia una economía impulsada por IA.

MARIA DEL MAR OVIEDO FACUNDO es Profesional en Administración de Negocios Internacionales por la Universidad de Boyacá, Colombia y Maestra en Integración Económica por la Universidad de Sonora, México. Sus áreas de estudio son en la economía adentrándose en globalización, integración, desarrollo regional, innovación y disrupciones tecnológicas. Actualmente es estudiante de Doctorado en Desarrollo Regional del CIAD en México. Sígala en @MariadelMarOvi2.

Por María Del Mar Oviedo Facundo

La IAGen está a disposición mundial y es el inicio de la gran oleada de avance tecnológico que abre lugar para quedarse. No hay vuelta atrás, es inadmisible ir en contra; por tal motivo, es necesario e inteligente conocerla, explorarla y adaptarse a sus herramientas.

Como se conoce, la IAGen origina texto, imágenes, audio, videos y códigos de programación expresados en lenguaje natural, que se presenta al mundo a través de plataformas sencillas con opción a un acceso gratuito o pago, desde su empresa fabricante, o a través de, alianzas con corporaciones tecnológicas como Google o Microsoft que están al alcance de todos.

Por tal razón, el aprender a usar la IA se ha convertido en una marcada necesidad para la sociedad, y, por ende, la IA debe de ser vista como un asistente de conocimiento. Sin embargo, existe una delgada línea que, si se cruza, nos puede llevar a un estancamiento cognitivo, pero esto es, en caso de hacer mal uso de esta, con fines de dejadez. La IA debe usarse con ingenio, pues puede llegar a complementar las actividades laborales y académicas positivamente.

De hecho, esta transformación que se está observando, debe de ser guiada desde las aulas en las instituciones educativas. Los docentes tienen la responsabilidad de enseñar el uso responsable de la IA porque, las generaciones presentes y nuevas, están inmersas en estas herramientas. La enseñanza ética, responsable y creativa de la IA es prioritaria para el buen uso de esta, y más aún, cuando este tipo de habilidades están siendo requeridas en el mercado laboral, pues el impacto de la IA en el mercado de trabajo es imperioso.

La IA ha demostrado ser un aliado para la productividad en todo el sentido de la palabra. Su función es hacer más fácil la realización de nuestras tareas. Por ejemplo, si un diseñador gráfico usa la IA de generación de imágenes, video y audio en su trabajo, va a minimizar tiempos en diseñar imágenes y videos inéditos y agregar voces artificiales, para así, poder dedicarse a otro tipo de tareas que requieren más tiempo y atención. Si un académico usa la IA de generación de texto, puede ayudar a responder preguntas y e inspirar para una creación literaria creativa, así como proporcionar complemento para un análisis estadístico avanzado. Si un desarrollador de software usa la IA de generación de códigos de programación, podrá generar código base para nuevas aplicaciones y automatizar tareas repetitivas.

Lo anterior, es una manera acertada y responsable de dar manejo a estas nuevas tecnologías, porque como se mencionó anteriormente, si nos decidimos en ser totalmente dependientes de la IA, nuestro pensamiento crítico y creativo pueden llegar a nublarse; pero esto sería, en caso, de hacer mal uso de la IA como, por ejemplo, que un estudiante le solicite a esta inteligencia, la elaboración de algún texto en concreto sin leerlo y aceptar ciegamente sus resultados. El uso conveniente para estos casos sería, solicitar a la IA ideas de cómo abordar el tema en cuestión, leer, analizar y comprender lo que arrojan sus resultados y usarlo como una guía para buscar y empaparse del tema para luego inspirarse y escribir con lente crítico y propio. No hay que subestimar nuestras propias habilidades cognitivas ni restringir el proceso natural de aprendizaje y crecimiento de cada uno de nosotros, pues esto, se construye desde la educación.

Las innovaciones tecnológicas son progreso y revolución. La sofisticación del avance tecnológico no puede ser un decaimiento para la sociedad. La IAGen, gracias a su avance nos deja a disposición su capacidad de procesar grandes volúmenes de información con rapidez y eficacia, ya que es alimentada por íntegras bases de datos que también poseen una fecha máxima de actualización.

En resumen, el uso de la IA como asistente de conocimiento permite automatizar tareas repetitivas, complementar nuestras ocupaciones y apoyarnos en una inspiración creativa. Para las organizaciones, permite el enfoque hacia tareas con mayor importancia, con un valor agregado considerable y aumentando la productividad laboral. Sin embargo, en el uso de la IA pueden recaer desafíos económicos como la redistribución del empleo y desigualdad de salarios; pero para mitigar esto, es necesario la alfabetización en IA y la formación de un capital humano avanzado en estos sistemas inteligentes que permitan adquirir habilidades tecnológicas y disruptivas más especializadas; de modo que, se requiere de políticas públicas apropiadas que permitan la creación de programas de capacitación y oferta educativa cada vez más predominante para alcanzar una inserción hacia una economía impulsada por IA.

MARIA DEL MAR OVIEDO FACUNDO es Profesional en Administración de Negocios Internacionales por la Universidad de Boyacá, Colombia y Maestra en Integración Económica por la Universidad de Sonora, México. Sus áreas de estudio son en la economía adentrándose en globalización, integración, desarrollo regional, innovación y disrupciones tecnológicas. Actualmente es estudiante de Doctorado en Desarrollo Regional del CIAD en México. Sígala en @MariadelMarOvi2.